NACIÓN
Archivan proceso contra general Nicacio Martínez por supuestas presiones para cumplir metas mínimas de bajas en el Ejército
El Ministerio Público señaló que “quienes rindieron declaraciones dieron fe de que Martínez ‘fue enfático en exigir respeto por las normas del Derecho Internacional Humanitario, del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y la doctrina militar’”.
Al no encontrar mérito para continuar con la acción disciplinaria, la Procuraduría General de la Nación decidió archivar el proceso que adelantaba contra el entonces comandante del Ejército Nacional, general Nicacio Martínez Espinel, por presuntas irregularidades en las directrices dadas a los militares para mejorar los resultados en las operaciones.
Vale mencionar que el caso se conoció tras una revelación del diario estadounidense The New York Times, en el que se denunciaba cómo había directrices que, desde comienzos de este año, empezó a dar la comandancia del Ejército de Colombia y que iban encaminadas a aumentar el número de ataques, capturas, rendiciones y muertes en combate. Todo esto, según las fuentes y los documentos citados en ese momento por el diario más influyente de Estados Unidos, preocupaba a una buena fracción de los mandos de la institución, pues encontraban circunstancias similares a las que desembocaron en el episodio de los falsos positivos, cuando a mediados de la década pasada, alrededor de 5.000 civiles fueron asesinados por militares que los presentaron como delincuentes.
Sin embargo, el Ministerio Público señaló que luego de analizar las pruebas en la etapa de indagación preliminar, la Sala Disciplinaria de la Entidad evidenció que “en ninguna de las certificaciones allegadas al proceso se puede advertir que a los generales del Ejército Nacional se les haya presionado o exigido que cumplieran unas metas mínimas de bajas, capturas o desmovilizaciones”, se lee en una comunicación emitida por la entidad.
Además señala que, por el contrario, quienes rindieron declaraciones dieron fe de que Martínez “fue enfático en exigir respeto por las normas del Derecho Internacional Humanitario, del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y la doctrina militar”.
Tendencias
Asimismo, la dependencia agregó que el entonces comandante del Ejército Nacional no incurrió en irregularidad que pueda configurar falta disciplinaria, y por lo tanto ordenó la terminación del proceso.
La investigación
El general Nicacio Martínez Espinel, excomandante del Ejército, reconoció haber dado las nuevas órdenes y exigir que los oficiales establezcan objetivos concretos para matar, capturar o forzar la rendición de los grupos criminales, según el ‘Times’. “Dijo que había emitido una orden por escrito que instruía a los principales comandantes a doblar los resultados, explicando que había llegado a esa decisión debido a la amenaza que Colombia sigue enfrentando por parte de las organizaciones guerrilleras, paramilitares y criminales”, según la publicación.
Pero Martínez habría cuestionado cómo los oficiales interpretan esas instrucciones. “La orden que hay es de ser efectivos operacionalmente”, dijo. “Unos me dijeron superar el 10 por ciento. Listo, usted quiere superar el 10. Otros dijeron ‘yo quiero hacer el 50 por ciento más de las afectaciones, pero nunca de muertos’. Otros ‘yo quiero hacer el 100 por ciento’. Hay unos que la han cumplido, otros que no la han cumplido”. Además, reconoció que las órdenes instruyen a los comandantes para que hagan operaciones cuando todavía no están seguros de sus objetivos.
Sin embargo, el general Martínez le dijo al diario estadounidense que esas instrucciones se referían a la planificación de las misiones, no a su ejecución. “El respeto absoluto a los derechos humanos es lo más importante (...) “Todo lo que hagamos tiene que estar en el marco de la ley”.
Aún así, la orden del Ejército dice: “Hay que lanzar operaciones con un 60-70 por ciento de credibilidad y exactitud”. Eso, según los oficiales que hablaron con el diario, deja suficiente margen de error como para que esa política ya haya ocasionado asesinatos cuestionables.
Nicacio Martínez, cuestionado por otras irregularidades
Martínez se encontró en el centro de la polémica por los seguimientos realizados a más de 130 personas entre periodistas, exministros, funcionarios de Presidencia, generales, políticos y sindicalistas.
El uso ilegal de sofisticados equipos para espiar fue lo que precipitó la salida del entonces comandante del Ejército. Aunque manifestó que su salida obedecía razones familiares, SEMANA reveló en su momento que se iba porque algunos de sus subalternos se dedicaron en el último año a desplazar sus unidades móviles y utilizar sus equipos de última generación para saber en qué andan varios personajes de la vida pública.
Aunque el general Martínez había negado insistentemente a la opinión pública que se hubiera desarrollado alguna actividad de contrainteligencia para cazar informantes y fuentes de los medios, testimonios y evidencias recopiladas apuntan en otra dirección. De hecho, en su momento SEMANA reveló la evidencia recopilada de las actuaciones ilegales que algunos miembros del Ejército estarían llevando a cabo.