Nación
“Arriba hay una Guajiva para que suba y se la coma”, las declaraciones de militares tras las investigaciones por abusos sexuales a niñas indígenas en Guaviare
En los testimonios algunos uniformados confirmaron que sus compañeros sostuvieron relaciones sexuales con una menor de edad.
En la Procuraduría están las declaraciones que rindieron algunos militares, ahora testigos en la investigación por presuntos hechos de abuso sexual en contra niñas indígenas en el departamento de Guaviare y que comprometen justamente a uniformados del Ejército Nacional.
Los hechos ocurrieron, de acuerdo con la declaración, entre el 12 y 15 de septiembre de 2019 cuando se reportó la desaparición de una menor indígena de la etnia Nukak Maku. De acuerdo con un soldado, que entregó su declaración a la oficina de disciplina del Ejército, algunos compañeros advirtieron que tenían una “Guajiva” y que varios sostenían relaciones sexuales con ella.
“Le fue a decir a otro compañero que arriba andaba una Guajiva y que subiera para que se la comiera, pero el compañero dijo que él no iba a subir, que él no se metía en esos problemas, de ahí se fueron como 6 y los 6 andan ahí metidos”, así quedó reseñada la declaración de un soldado que se convirtió en testigo de los hechos.
Las declaraciones están en poder de la Procuraduría y hacen parte del proceso que justamente se aperturó en 2019, con la reseña exacta de un presunto caso de abuso sexual que dejó a cinco militares: un sargento, un cabo y tres soldados, en medio de un proceso, que a decir verdad, no concluyó en nada.
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“Por hechos acontecidos en la base de Charras en el cual resulta una menor, indígena, de la comunidad Nukak, quien al parecer desapareció aproximadamente por cuatro días y presuntamente la tenían retenida unos soldados pertenecientes a la compañía ASPC4″, señala el documento que está en poder de la Procuraduría.
En las declaraciones los militares entrevistados contaron detalles de lo que, en criterio de delegados de las Naciones Unidas, era un caso de abuso sexual, incluso de secuestro de una niña que estuvo bajo intimidación, en una sede militar y en contra de su voluntad. Sin embargo, lo que aparece en esos testimonios es una versión distinta.
“Esa misma noche allá arriba la cogieron y la metieron en un matorral que está al frente de la guardia y luego fue que ahí al otro día empezaron los rumores…Yo solamente una vez a la peladita una vez que salí a llamar a las 19:00 pm y se quedaba como hasta las 3 am”, dijo el solado en su declaración, en la misma que explicó cómo la niña llegaba a la sede militar y esperaba a los uniformados.
En los documentos obtenidos por SEMANA también aparece una declaración de un mayor, comandante de los soldados, el sargento y el cabo que aparecieron implicados en todo esta investigación. Allí, asegura el mayor, que una vez conocidos los hechos, ordenó abrir las investigaciones y dispuso ante las autoridades a los uniformados implicados.
“Lo plasmé en el informe en base en la declaración de los dos soldados que me informaron, los cuales se enteraron personalmente, ya que ellos manifiestan de que en ese momento en horas de la noche, había alrededor de 4 ó 5 soldados en el sector de La Vara llamando”, dijo el mayor en su declaración.
En los documentos también aparece un informe de investigación de campo, ordenado por una fiscal seccional en Guaviare y que cumplieron los funcionarios de policía judicial. Los investigadores adjuntaron varias fotografías del lugar de los hechos, justamente donde, supuestamente, ocurrieron los abusos en contra de la niña. Toda esa documentación se complementó en un proceso que hasta hoy, no conoce resultados.