NUEVA YORK
"Hay una guerra menos en el planeta, ¡Y es la de Colombia!”
Con esa frase, el presidente Juan Manuel Santos remató su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
“Ha terminado el último y más viejo conflicto armado del Hemisferio Occidental”, proclamó con solemnidad el presidente Juan Manuel Santos este miércoles durante su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que le presentó al mundo el acuerdo final alcanzado entre el Gobierno y las FARC el pasado 24 de agosto. “América, desde la Patagonia hasta Alaska, es ahora una zona de paz”.
Hace un año, Santos dijo en ese mismo estrado que esperaba regresar como presidente de una Colombia en paz y reconciliada, y desde el comienzo de sus palabras anunció “con toda la fuerza de mi voz y de mi corazón, que la guerra en Colombia ha terminado”.
Santos dio su discurso sobre la solución negociada de un conflicto armado precisamente el 21 de septiembre, el Día Internacional de la Paz, como él mismo se encargó de destacar. Reconoció que sus antecesores buscaron, “cada cual a su manera”, la paz parasus compatriotas.
“Una nueva Colombia saluda hoy a la comunidad internacional”, anunció optimista. “Una Colombia llena de esperanza, una Colombia que –sin guerra– está lista para alcanzar su máximo potencial y para ser un factor positivo dentro del contexto mundial”.
Ante los líderes mundiales, el presidente colombiano exaltó el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, al subrayar que no se ha registrado un solo muerto por causa del conflicto con las FARC desde que se decretó el 29 de agosto. También hizo un resumen de los puntos más relevantes del acuerdo, además de defender el sistema de justicia pactado por los negociadores, que valoró como un precedente útil para futuros procesos de paz.
Más temprano el miércoles, Santos había entregado el documento de 297 páginas al Consejo de Seguridad, donde destacó que es tal vez “la primera vez que dos partes se ponen de acuerdo para establecer una Jurisdicción Especial de Paz, un tribunal especial, y someterse a ella”.
"Para mí será un honor asistir a la ceremonia" de firma del acuerdo, el 26 de septiembre en Cartagena, afirmó por su parte el secretario general de la ONU Ban Ki-moon durante esa entrega formal. "La paz en Colombia es un mensaje muy poderoso de esperanza para el mundo", añadió.
“Antes que nada, las FARC desaparecen como grupo armado, se reincorporan a la sociedad y podrán convertirse en un movimiento político dentro de la democracia”, destacó Santos ante la Asamblea General. Mencionó que luego de la concentración de la guerrilla y la entrega de armas a Naciones Unidas en un plazo de seis meses, las armas se fundirán para convertirlas en tres monumentos: uno en Nueva York, sede de la ONU; otro en Cuba, sede de los diálogos; y otro en Colombia.
Entre los puntos del acuerdo que destacó, el mandatario colombiano subrayó el cambio que significa que las FARC se comprometen a romper cualquier vínculo con el narcotráfico y a cooperar con acciones concretas, lo que traerá enormes beneficios ambientales, “no solo para nuestro país sino para el planeta”. A pesar de los debates internos sobre la conveniencia de las fumigaciones aéreas, y del innegable crecimiento de los cultivos de coca, Colombia ha defendido en diversos foros internacionales, y ante la misma ONU, la necesidad de un cambio de enfoque en la guerra global contra las drogas ilícitas.
La intervención de Santos corona varios días en los que la negociación de La Habana ha sido motivo de celebración por parte de líderes mundiales. Los presidentes de Argentina, México y Brasil hicieron sendas alusiones a la paz del país el martes en sus intervenciones ante la Asamblea General, y lo propio hizo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cuando recordó como parte de su legado que “hemos ayudado a Colombia a poner fin a la guerra más larga de Latinoamérica”.
De modo que Santos no desaprovechó la oportunidad de dar las gracias por el apoyo a los diálogos con las FARC, y particularmente a Cuba por ser sede de los diálogos; a Noruega, Chile y Venezuela, que acompañaron todo el proceso; y a Estados Unidos, Alemania y la Unión Europea, por designar enviados especiales.
En efecto, la comunidad internacional espera con ansias que se concrete un acuerdo de paz por el que ha apostado decididamente. La propia ONU tendrá un papel protagónico, ya que verificará el proceso de desarme y cese al fuego a través de una misión de observadores que ya comienza a desplegarse por Colombia.
“Un conflicto de más de medio siglo llegó a su fin. Un conflicto que dejó más de 220 mil muertos y más de 8 millones de víctimas ha terminado”, remató Santos ante el aplauso de la Asamblea General. “Suenan en Colombia las campanas de la paz, y su eco llega a todas las naciones representadas en este recinto”.
“Hay una guerra menos en el planeta, ¡Y es la de Colombia!”.