El asesinato del reportero gráfico que conmociona al Valle

El día en que Élmer Agudelo Vidales festejaba con su familia y amigos su cumpleaños 56 habría comenzado la tragedia que le terminó costando la vida. El reportero gráfico del diario El País fue asesinado este domingo 27 de agosto en su casa ubicada en el barrio El Sembrador de Palmira, Valle. Hasta ese sitio llegó un sicario motorizado con el rostro cubierto por el casco. El hombre desenfundó un revólver y le descargó tres disparos en el cuello y tórax. Élmer siguió con vida y alcanzó a ser llevado hasta un centro asistencial, pero la gravedad de las heridas le ganaron la batalla.

El reportero gráfico era padre de cinco hijos y desde hace diez años trabajaba para el diario El País de Cali y el periódico popular Q´hubo. En las estadísticas de la Fundación para Libertad de Prensa, FLIP, se asegura que esas muertes por razón o durante el ejercicio periodístico no se presentaban desde 2015. 

Aunque el caso de Élmer es muy reciente, todo indicaría que este crimen fue producto de un hecho de intolerancia.  “Un problema que tuvo en el mes de mayo y al parecer hay una denuncia”, explicó el coronel Mauricio García, comandante de la policía de Palmira, a través de un video difundido por la institución. Se trataría de un incidente que el periodista vivió el 31 de mayo en su cumpleaños. La versión es apoyada por la familia. 

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¿A qué problema se refiere?

La vida y el carácter de Élmer era bien conocida. El reportero gráfico gozaba de una excelente reputación y no solía tener problemas con nadie. De ahí que personas cercanas a su círculo de confianza no olvidan el único incidente que pudo perturbar la tranquilidad de Élmer y su familia. Todo sucedió el 31 de mayo, el día que festejaba sus 56 años de vida.

Era una reunión normal, modesta, cordial y llena de familiares y amigos. Pero en medio del festejo hubo un incidente con el novio de su hija adolescente. Élmer nunca se enteró de los detalles del suceso, pero lo único claro es que el supuesto agresor estaba ebrio y eso empeoró las cosas. Al final el altercado entre yerno y suegro terminó en un escándalo. 

El 17 de junio, un sicario ingresó al restaurante de Millerlandy Navarro, esposa de Élmer y asesinó a uno de los comensales, un pensionado del ejército. La señora Navarro contó que seis días después vieron merodeando por el restaurante al asesino del comensal. Ese detalle motivó que tanto Élmer y su esposa se hicieran varias preguntas y las respuestas fueron perturbadoras.

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La primera señal que encendió las alertas fue cuando hablaron con la hija del comensal asesinado y ella les hizo caer en cuenta que el día que mataron a su papá, él llevaba un buzo amarillo similar a los que usa Élmer. Además, ese día la víctima ocupó la misma mesa y silla que solía usar Élmer cuando almorzaba en el restaurante de su esposa.

Perplejos por esas coincidencias, Élmer y su esposa llegaron a la conclusión que ese atentado criminal no era para el comensal, sino para él. Lo siguiente que hicieron fue narrar esos hechos y coincidencias a la policía; y por recomendación de ellos luego se dirigieron a la Fiscalía a formular una denuncia. Hasta entonces el único problema que tenía Élmer, fue el altercado con el novio de su hija adolescente, ocurrido el 31 de mayo, en medio del festejo de sus 56 años de vida.

A raíz del homicidio del reportero gráfico, cometido este domingo en el antejardín de su casa, todas las miradas se posaron sobre el incidente ocurrido en la fiesta de cumpleaños. Pero los parientes del reportero gráfico descartan que su muerte esté ligada al trabajo como fotoperiodista, ya que desde hace tres años se dedicaba a cubrir solo actividades deportivas.

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