Justicia
Asesinatos de defensores de DD. HH. aumentaron un 61 % en comparación con 2019
Así lo reveló el informe semestral del programa Somos Defensores. Además de la falta de garantías por parte del Estado, la pandemia es otro factor que incrementó la vulnerabilidad de estas personas. Exigen medidas inmediatas.
El programa Somos Defensores está compuesto por diferentes organizaciones no gubernamentales que tienen como objetivo elaborar una propuesta que contribuya en la prevención de agresiones y protección de la vida de quienes se dedican a la defensa de los derechos humanos en el país. A través del Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores y Defensoras de Derechos Humanos (SIADDHH), el programa lleva registro de las situaciones de esta índole que se presentan y, basado en la información recolectada, publica un informe semestral. El del primer periodo de 2020 reveló un panorama aterrador.
El documento enfatiza que, al ya existente problema de abandono estatal en ciertos lugares del territorio nacional, se unieron las complicaciones derivadas por la emergencia sanitaria que desató el coronavirus. Tuvieron que sortear entonces no solo los ataques y las amenazas provenientes de grupos armados, sino también las restricciones de movilidad y reunión que se impusieron con el aislamiento obligatorio. Estar encerrados en sus hogares, sin la capacidad de trasladarse a otros municipios, permitió que fueran un blanco más sencillo para quienes deseaban hacerles daño.
“Aunque desde el primer mes 2020 ha estado marcado por una fuerte violencia contra las personas defensoras de derechos humanos, con la cuarentena decretada por el Gobierno desde marzo estas personas quedaron en un estado de indefensión mayor por la imposibilidad de moverse de sus casas y, por esta razón, tener rutinas fáciles de identificar por los actores que buscan hacerles daño”, señaló el programa en un comunicado.
El SIADDHH reconoció un total de 463 agresiones en el primer semestre del año que incluyen asesinatos, atentados, amenazas, detenciones arbitrarias, judicializaciones, robos de información y desapariciones forzadas. Según Somos Defensores, la mayoría de estos hechos ascendieron si se les compara con el mismo periodo de 2019. Por ejemplo, los asesinatos crecieron un 61 por ciento, lo que se traduce en 95 muertes (46 tuvieron lugar durante la cuarentena). Esta es la cifra más alta de los últimos 18 años.
Los hechos sucedieron en 29 de los 32 departamentos de Colombia. Es decir, en el 91 por ciento del país. Esto también representa un incremento de un departamento más en comparación con 2019. Las zonas con más casos fueron Cauca (90), Antioquia (65), Cundinamarca (48), La Guajira (40), Norte de Santander (28) y Valle del Cauca (23). Y de los 452 defensores de derechos humanos agredidos, se encontró que los más perseguidos fueron los líderes comunitarios (104), líderes indígenas (88) y líderes comunales (73).
Somos Defensores hizo un llamado al Gobierno para que tome medidas efectivas y abandone la “estrategia militarista” que ha implementado en algunas regiones. El informe advierte que estas decisiones “están desconectadas de las verdaderas necesidades” de la población y que el enfoque debe girar alrededor de “los instrumentos establecidos en el Acuerdo de Paz para crear condiciones de garantías de seguridad”.
“La militarización de las zonas donde más se agrede a los liderazgos sociales, especialmente bajo las llamadas Zonas Futuro, no ha generado seguridad para estas personas; por el contrario, se incrementaron todo tipo de agresiones, como se evidencia en las estadísticas”, concluye el documento.