Judicial
Así fue como el fallecido exsenador Mario Castaño tejió los hilos del ‘cartel de las marionetas’, una de las redes de corrupción más grandes
Fue el artífice de la red que involucró a diversos funcionarios públicos, alcaldes y gobernadores, un escándalo que lo llevó a ser condenado.
Este sábado, 18 de noviembre, el exsenador Mario Castaño, reconocido por liderar una extensa red de corrupción, falleció aparentemente a causa de un infarto. Castaño, quien se encontraba cumpliendo una condena de 15 años en la cárcel La Picota, en Bogotá, había confesado ante la Corte Suprema de Justicia todos los delitos imputados y se había acogido a una sentencia anticipada.
Mario Castaño había ganado notoriedad por su participación en una gigantesca red de corrupción, donde gestionaba obras públicas ante el Gobierno a cambio de millonarias coimas. Esta actividad ilegal involucraba a diversos funcionarios públicos, alcaldes, gobernadores y ministerios, generando un escándalo que lo llevó a ser condenado.
La caída del poderoso senador Mario Castaño
En un veredicto de 189 páginas que expuso una red de corrupción asombrosa, el exsenador Mario Castaño Pérez ha sido sentenciado a 15 años y 11 meses de cárcel, marcando el fin de una carrera política manchada por prácticas corruptas. SEMANA había revelado inicialmente este caso a principios de marzo de 2022, desencadenando una investigación que arrojó luz sobre uno de los esquemas de corrupción más significativos y complejos.
Castaño, anteriormente un desconocido en el Congreso, demostró una “voracidad propia de los corruptos”, según la contundente declaración en el veredicto de la Corte Suprema de Justicia. Su alcance corruptor se extendía a los Ministerios del Deporte, Cultura, Interior y Hacienda, así como a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), y las alcaldías de diversos municipios en Caldas, Cauca, Quindío, Tolima, Risaralda y Chocó, con sus respectivas gobernaciones.
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En audios revelados por SEMANA se evidenció cómo Castaño, junto con su mano derecha, Nova Lorena Cañón, orquestaba la manipulación de contratos y el pago de coimas para garantizar fondos del Gobierno. Lorena, quien colaboró con las autoridades y delató al excongresista, desempeñaba un papel clave en la red de corrupción, ya que portaba los secretos oscuros del entonces parlamentario.
En las grabaciones se escuchaba a Castaño discutir la gestión de contratos, comisiones y la identificación de funcionarios gubernamentales que debían ser influenciados. La magnitud de su poder se reflejaba en su capacidad para influir, incluso, en las nóminas de instituciones como la Contraloría, el Sena, la Procuraduría y el Instituto de Bienestar Familiar (ICBF) en su región de origen.
La corrupción de Castaño alcanzaba también al Congreso, donde su entonces pareja, Daniela Ospina, ahora condenada por su participación en la red, tenía un contrato aparentemente sin responsabilidades significativas más allá de recibir su salario puntualmente.
En esta estructura criminal, otro cómplice, Juan Carlos Martínez, prófugo de la justicia, organizaba reuniones cruciales con funcionarios de alto rango de varios ministerios y entidades gubernamentales.
A pesar de sufrir dos infartos en la cárcel La Picota, la Corte determinó que Castaño no era elegible para detención domiciliaria. Además de la condena en prisión, se le había impuesto una multa de 1.060 millones de pesos y la inhabilidad para contratar con el Estado. Finalmente, otro infarto cobró su vida.