ASI MURIO ALFONSO OSPINA
Por primera vez se conocen los detalles de esta tragedia que estremeció al país.
"Era un gran caballero", afirma Rogelio de Jesús Escobar Mejía, alias "Relámpago", uno de los doce hombres que cuidaban a Alfonso Ospina cuando estaba secuestrado y presente en el momento de su muerte. El testimonio de "Relámpago", un desertor de la organización de Fidel Castaño, a las autoridades ha esclarecido de una vez por todas, y en forma contundente, el caso de Alfonso Ospina.
El ex secretario general de la Presidencia de la Republica fue secuestrado por ordenes de Fidel Castaño. Los móviles eran varios. En primer lugar, desde tiempo atras Castaño quería reunificar una conocida hacienda llamada Martha Magdalena, que habia sido partida en dos hacia muchos años. La finca en el pasado perteneció a los ancestros de Alfonso Ospina, pero con herencias y el transcurso de los años parte de esta quedó en manos de Castaño y el resto en poder de descendientes de la familia Ospina.
Unidas representarian 25 mil hectáreas y Castaño las quería todas. Hace algunos años había ofrecido comprar a la familia Ospina, pero esta nunca accedió a vender. Por otro lado, Alfonso Ospina tenia varias propiedades en el alto Sinu, zona de influencia de Castaño. Según "Relámpago", este le habria pedido vacuna contraguerrillera, exigencia que Ospina no aceptó. Desde ese momento Castaño tendría una animadversión hacia Ospina. También se afirma que uno de los motivos de su secuestro pudo ser el hecho de haber sido secretario general de Belisario Betancur. Según las autoridades, una combinación de estos factores determinó su selección como víctima del secuestro.
Cuando a Ospina lo secuestraron el 15 de noviembre de 1988 fue llevado inicialmente a la finca Honduras, vecina de la famosa Nápoles, de Pablo Escobar y, segun el DAS, propiedad del mismo. Alla estuvo casi una semana y despues llevado por la carretera de La Danta a una región selvática cercana al río Claro. En esta zona, moviendose entre tres campamentos diferentes, transcurrieron los cinco meses que duró su cautiverio.
Por su rescate pidieron inicialmente 5.000 millones de pesos. Como esta cifra era absurda y practicamente nadie en Colombia puede pagar en efectivo un monto de esta dimensión, comenzaron a buscarse alternativas para obtener la liberación. Sea lo que fuera, el hecho es que transcurridos cinco meses no se habia conseguido el dinero ni llegado a un acuerdo, aunque la cifra del rescate ya habia descendido sustancialmente.
Durante ese tiempo, según "Relámpago", no hacia sino leer, aunque no recuerda que libros ni de donde los acaba. Nunca perdió la compostura.
Su legendaria amabilidad y cortesia se extendió a sus captores, quienes, según "Relámpago", llegaron a tenerle un respeto poco comun en este tipo de situaciones. A pesar de las incomodidades en que vivía, Alfonso Ospina siempre se mantuvo en su sitio. La simpatia que sus captores le fueron tomando se iba convirtiendo en un problema. Las largas horas de conversación lo llevaron a la conclusión de que quienes decian ser guerrilleros no podian serlo. Para "Relámpago", aunque nunca se lo confesaron, Ospina sabia exactamente quienes lo tenian.
Un día cualquiera cerca del campamento la escopeta de un celador se disparó accidentalmente. Según "Relámpago", el tiro causó un pánico y por walkie-talkie le informaron al grupo que tenia retenido a Ospina que habia llegado el Ejército. El jefe del grupo, José Vanegas, les ordenó a los otros hombres que lo cuidaban que se fueran corriendo en dos grupos diferentes. Vanegas y el propio Ospina alcanzaron apenas a ponerse las botas a toda velocidad y comenzaron a correr en el mismo grupo. Después de la carrera inicial, segun "Relámpago", Vanegas llamó a Arlex, uno de los guardias que estaba en ese momento con él. Al oido, y sin que Ospina oyera, le hizo saber que no podian fugarse con el secuestrado y que habia que matarlo. Arlex llevó entonces a Alfonso Ospina a una loma a pocos metros y le dijo que descansaran un momento. Esto implicaba solamente un respiro de pie para seguir corriendo. Ospina se distensionó y dió una media vuelta. Arlex, quien estaba a su espalda, le disparó en la cabeza con un R-15. Lo dejaron ahí y todos corrieron por su lado. Poco tiempo después se descubrió que todo habia sido un malentendido. Al dia siguiente regresaron a enterrarlo.
A los doce integrantes del grupo les habian ofrecido cuatro millones de pesos por cabeza cuando se pagara el rescate. Ante el fracaso de la operación, de todas maneras cada uno de ellos recibió un millón.
Como si esto fuera poco, aunque se presumia que estaba muerto, para la familia era indispensable que apareciera el cadaver para poder iniciar los trámites de la sucesión. Después de varios meses de esfuerzos se logro reentablar contacto con alguien que sabia donde habia quedado el cadáver.
Se pidieron entonces 100 millones de pesos por entregarlo. La familia no tuvo alternativa diferente que pagarlos.