POLÍTICA
"¿Qué hijo no le pide consejo a su padre?": Nicolás Petro sobre su decisión de aspirar a la gobernación
Al hijo del senador Gustavo Petro los sectores alternativos le venían haciendo coqueteos desde hace un mes para que se lanzara a la Gobernación del Atlántico. ¿Por qué cree que podrá cortar la hegemonía de los Char?
Este pasado domingo Nicolás Petro tomó la decisión de asumir el reto de una candidatura para la Gobernación del Atlántico. Tras un fin de semana movido, en el que hubo una reunión con sectores alternativos del departamento y luego se oficializó una carta en la que estos le piden representarlos en esta aspiración, hubo unas horas cruciales en las que los apoyos familiares fueron determinantes para concretar la candidatura.
Originalmente Nicolás anunció que se presentaría a la Asamblea del Atlántico, un propósito más bien modesto pero seguro, teniendo en cuenta la votación de su padre, el excandidato presidencial y senador Gustavo Petro, en el departamento: 440.000 sufragios, el 55 por ciento de los depositados y validados.
Sin embargo, sectores locales de la Colombia Humana, la Unión Patriótica y de la Alianza Verde, que llevan años buscando romper el unanimismo político en torno de la casa Char (que lleva 12 años continuos en el poder tanto en la Gobernación —en coalición con los liberales— como en la Alcaldía de Barranquilla) apostaron fuertemente por esta carta para el primer cargo del departamento. Esa aspiración es ya una realidad.
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La pelea no la tienen para nada fácil. Elsa Noguera, representante de la casa Char, bate récords de popularidad en las encuestas, gracias a su labor al frente de la alcaldía de la capital atlanticense y cuenta con el apoyo político de sobra.
No solo logró reunificar en torno suyo a figuras distanciadas como Germán Vargas Lleras y a Fuad Char, para el aval de Cambio Radical. Además logró el prodigio, que no ha logrado el Gobierno nacional, de armar una coalición en la que participan liberales, conservadores, La U y el Centro Democrático.
Su gran inconveniente, precisamente, era tener una campaña ganadora. No obstante, ella de manera juiciosa lleva tres meses visitando a los municipios del Atlántico con la promesa principal de que el cambio que ha tenido Barranquilla en estos años, ahora les corresponde a ellos.
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Con la llegada de Petro, por lo pronto, se animarán unas justas electorales que mal que bien aburrían porque se consideraban definidas de antemano.
Consultas
La decisión no se tomó de un momento a otro, según contó el mismo Petro en entrevista con SEMANA. “Podemos hablar de hace un mes, de gente que me decía que para qué me lanzaba a la Asamblea”, contó. El primer argumento que le dieron fue que el voto de opinión es más fácil de captar en una campaña a la gobernación.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la Alianza Verde aún no había definido en este caso su aval, que pretenden el exdirector de Cormagdalena Alfredo Varela, en su segundo intento consecutivo de llegar al cargo más importante del departamento, y al menos otros dos aspirantes.
“Ante ese hecho me invitaron a una reunión unos líderes que firman una carta y otros más que no aparecen en la misiva. Fue el sábado 20 de julio y me proponen que sea yo el candidato a la gobernación de la Colombia Humana-UP, que represente a los sectores alternativos para poder enfrentar a los Char en el Atlántico”, narró.
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Ello incluiría el aval verde, que ya solicitó y que está, en otras partes del país, en alianza con esas mismas banderas políticas.
Ese mismo día, por la tarde, se iniciaron las consultas. La primera fue la esposa de Nicolás Petro, la barranquillera Days Vásquez con la que recién se casó el 11 de abril pasado en el hotel Barranquilla Plaza. Ella le dijo que fuera por la gobernación porque es un mejor espacio para él, “sin miedo y sin temores”.
Otra voz importante para él fue la de su madre, la monteriana Katia Burgos, “ella apoyó la decisión de su hijo, como todas las madres”, añadió el candidato.
Su padre
La última opinión que escuchó fue la de su padre, Gustavo Petro. “Hablamos. Me dijo que teníamos que tomar la iniciativa política. Y eso es lo que empezamos a hacer hoy [lunes]”. Entre las consideraciones que tuvieron ambos en cuenta estuvo, primero que todo, la gesta electoral por la Casa de Nariño.
Nicolás es el primogénito de Gustavo Petro, nacido en sus épocas de insurgencia del M-19, cuando debía permanecer en la clandestinidad. “No pude verlo crecer. Por las circunstancias políticas del momento era mejor que no viviera conmigo. Mi primer hijo, Nicolás, es parte de la generación de la guerra”, dijo en diálogo con la revista Jet-Set.
Su figura se dio a conocer a la opinión pública en el recordado escenario en que su padre estaba a punto de ser suspendido por el procurador Alejandro Ordóñez. El entonces alcalde de Bogotá se defendió durante varios días con encendidos discursos desde un balcón del Palacio de Liévano. Nicolás, graduado de abogado, era su escudero mayor.
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Frente a su actual aspiración, destacó que “nosotros fuimos la principal fuerza política en el departamento del Atlántico hace un año en las lecciones presidenciales. Se ganó tanto en la primera vuelta como en la segunda, en esa ocasión con 440.000 votos. Toda esa coalición que hoy rodea a Elsa, la derrotamos”.
El domingo fue un día de reflexiones. Al caer la noche, Nicolás le dijo a los líderes de esos sectores alternativos que lo acompañan que aceptaba este “gran reto”. Lo ocurrido el lunes ya es historia.
Factor ‘Merlano’
Para Petro, hay una amenaza que puede, a la postre, ser ventaja: el clientelismo. “Ya por la compra y venta de votos hay una exsenadora presa, Aída Merlano. Esa conducta es uno de los principales riesgos”, dijo en referencia a un fenómeno que afecta con mucho más fuerza a los comicios locales o legislativos, que los presidenciales.
“Hoy ocurre un fenómeno —analizó—. Los políticos que compran votos tienen temor de hacerlo, o por lo menos tan abiertamente, por el caso Merlano. Hay dos fiscales que están en Barranquilla investigando el tema. Hace cuatro años el ambiente de la compraventa de votos se veía más, hoy no tanto. Eso nos permite a los sectores alternativos ganar algo más de espacio”.
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Nicolás es consciente de su nula experiencia en cargos de elección popular. “Yo soy como la mayoría de los colombianos, que tienen poca experiencia en el sector público, porque los que llegan son los mismos de siempre”, argumentó.
Asegura que tiene una vinculación con el departamento del Atlántico, donde se casó y donde reside desde hace unos cuatro años. Señaló que, entonces, aspiró al Concejo de Barranquilla, pero sin plataforma partidista y la ruptura con el Mais, el camino era recoger firmas, un esfuerzo improbable sin tener recursos y a un mes del cierre de las inscripciones. Tiene también para mostrar que ejerció la jefatura en la región Caribe de la campaña presidencial de su padre.
Consideró que, respecto de su papá, no replicará el esquema del cacique Fuad Char y su hijo, el alcalde de Barranquilla Alejandro Char. “Fuad fue senador, pero también gobernador. Eso no puede compararse con mi padre, que, además siempre ha estado en la oposición”.
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El candidato aceptó sin mayores ambages que su consejero de cabecera será Gustavo Petro. “¿Qué hijo no le pide consejo a su padre? —dijo—. Eso sería de un mal hijo. Y sería un mal padre aquel no que no aconsejara a su hijo”. El primer paso lo ha dado y no solo en la corta campaña que se avecina, sino también en su carrera política. De quedar segundo, se cumplirá su aspiración original de ser diputado. Ello da para pensar que habrá Nicolás Petro para rato.