Así será la nueva cara del Centro Administrativo de Bogotá

La renovación del Centro Administrativo Nacional (CAN), ubicado en una de las zonas más estratégicas y de mayor desarrollo de la capital, pasará de las palabras a los hechos. El Gobierno presentó oficialmente este ambicioso plan urbanístico, en el que se construirán modernos edificios para oficinas, vivienda y comercio.

El proyecto de renovación urbana Ciudad CAN despegará en el primer trimestre del 2016 con la construcción de un edificio de transición, mediante una asociación público-privada (APP). En esta primera edificación se invertirán 401.000 millones de pesos.

Este edificio tendrá 104.000 metros cuadrados de construcción y albergará a 6.000 funcionarios. Tendrá capacidad para alojar a todas las entidades del gobierno nacional que presten servicios a la ciudadanía, razón por la cual habrá 50 ventanillas al público. Así lo indicó el vicepresidente Germán Vargas, quien señaló que este será el primer paso en el plan más ambicioso en materia urbanística del país, que estará ubicado en una de las zonas de mayor desarrollo de la capital, comprendida entre el parque Simón Bolívar hasta la Universidad Nacional, pasando por la avenida El Dorado.

En total el plan incluye la construcción de 112 edificios de diversos usos (oficinas, comercio, vivienda) con 2,7 millones de metros cuadrados a lo largo de 86 hectáreas. Además de edificaciones habrá zonas verdes y peatonales. De los 112 edificios, 18 se destinarán a oficinas del Gobierno, 64 a viviendas (8.000 soluciones habitacionales) y 29 para usos comerciales y culturales.

De esta manera se le cambia la cara a Bogotá, teniendo en cuenta que el CAN fue un proyecto concebido en la década de los 50 durante la administración del general Gustavo Rojas. Se trataba de un complejo de edificaciones en donde se ubicaron los principales ministerios y entidades gubernamentales. Allí están las sedes de los Ministerios de Minas y Energía, Transporte, Defensa, Educación, del DANE, Policía Nacional, Indumil y la Registraduría, entre otros.

Sin embargo, estas edificaciones se fueron quedando rezagadas, al punto deque no cuentan con elementos de sismorresistencia ni normas medioambientales.

Aunque la iniciativa de su renovación lleva varios años, no había salido adelante debido a la oposición de algunas organizaciones y al hecho de que su viabilidad depende de la modificación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT).