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Así trafican extranjeros con la virginidad de las niñas de Medellín: este es el escabroso expediente de la justicia de Estados Unidos
Las niñas son obligadas a pasar su primera experiencia íntima frente a una cámara, marcadas con tatuajes para saber con qué sujeto estuvieron.
El turismo sexual tiene las alertas encendidas en Colombia. Aunque data desde hace muchos años, el panorama se ha convertido en una constante. Medellín, catalogada como la Ciudad de la Eterna Primavera en el país, es un fortín para los extranjeros. Así lo muestran inquietantes expedientes judiciales norteamericanos y colombianos que revela SEMANA.
El Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos y la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional sacaron a la luz una alianza de extranjeros cuyo objetivo es abusar sexualmente de adolescentes paisas.
Los turistas están enfocados en buscar mujeres que no hayan empezado su vida sexual y pagan entre 100.000 y 350.000 pesos, aunque tienen otras condiciones: deben ser delgadas, tener rostros atractivos, glúteos llamativos y el cabello largo.
Se trata de un tenebroso mundo que se convierte en un infierno para muchas: las niñas son obligadas a pasar su primera experiencia íntima frente a una cámara, marcadas con tatuajes para saber con qué sujeto estuvieron en la cama y retenidas porque se niegan a cumplir asquerosos fetiches.
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Los tatuajes
El expediente de Haven Edwardantione Cates, un empresario de 32 años, es uno de los más escabrosos, según los agentes que rastrearon las pruebas durante meses y lo detuvieron en Chicago.
Él fijó como condición que sus víctimas debían marcarse su apellido para poder depositarles el dinero: “Cuando las víctimas se tatuaban, debían enviarle una foto de cuerpo entero en la que pudiera comprobar que su petición había sido cumplida”.
Un influencer norteamericano que se presentaba en las redes sociales como Orion –que suma más de tres millones de seguidores– también sería miembro de la coalición de los gringos. Cuatro niñas lo involucran con supuestos actos de violencia sexual.
Él goza de un patrimonio económico importante porque, además de incursionar en internet, se dedicaba al negocio de las criptomonedas.
Orion las recibía en una casa en el municipio de Bello. Así lo narró una de ellas, de 16 años: “Yo necesitaba una plata. Me envió un carro. La casa es de tres pisos y en el último tiene muchos espejos por todos lados. Hablamos y ya luego nos desvestimos”. En ese momento, pasó un episodio que jamás olvidará. Al parecer, la obligó a depilarse frente a él porque le disgustaba que una mujer tuviera vellos en las piernas o en alguna parte del cuerpo: “Después, tuvimos relaciones y ya, me pagó 250.000 pesos”.
El luchador de artes marciales
SEMANA también conoció detalles del expediente de Jaymes Schulte, un luchador de artes marciales mixtas y actor porno conocido en diferentes naciones.
Según Migración Colombia, registra diez ingresos al país durante los últimos cuatro años. Esas visitas, aparentemente, serían para grabar escenas de contenido para adultos en Medellín. Las protagonistas serían menores de edad que contactó por medio de las redes sociales y, nuevamente, del voz a voz de sus presuntos compinches. Un video viral en internet lo puso en evidencia.
El Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos pagó la suscripción a su cuenta pornográfica y, entre todos, buscaron a ocho víctimas. En una casa de Laureles tenía cámaras ocultas para registrar las espantosas escenas y los fetiches que las obligaba a cumplir.
SEMANA accedió al testimonio de varias de ellas, en el que repitieron que las presionó para practicarle sexo oral y las intimidaba para captar el hecho. “Él cogió un celular e inició a grabarme. Yo me sentí muy mal, casi me pongo a llorar. Él me dijo que, si no grababa, no me pagaría (…). Me dijo que le tenía que hacer sexo oral, si no, no me pagaba. Yo no tenía más dinero, me tocó hacer lo que él dijo”, narró la adolescente.
En otra cita, “no nos quería dejar salir hasta que [una amiga] no le hiciera sexo oral”. Ella se negó y él comentó que “en la casa de él no se decía no”, entonces, no tuvo más remedio que arrodillarse. Y habría otros casos aterradores también del actor. Schulte citó a cuatro menores a una orgía y todo se divulgó en internet. Ellas dijeron que él les mostró un certificado médico falso en el que demostraba que carecía de enfermedades sexuales, pero hace unas semanas fueron diagnosticadas con infecciones.
Además, habría más víctimas, según lo anunció el director de Protección y Servicios Especiales de la Policía, coronel Juan Pablo Cubides: “Tenemos 18 denuncias. Hay más adolescentes vinculándose a esta investigación para lograr un mejor resultado”.
El relato de las familias
Ellas actuaron a escondidas de sus madres a fin de completar el dinero que hacía falta para comer, y sus acudientes se enteraron de los impactantes episodios cuando los cuerpos desnudos de sus pequeñas congestionaban páginas de pornografía alrededor del mundo.
Dos de ellas reconocieron en SEMANA el viacrucis que padecen luego de encontrar a sus hijas en los videos que divulgó el luchador. Ambas lo acusaron de aprovecharse de sus condiciones económicas y esperan una condena justa por lo que hizo.
Todo lo hicieron bajo anonimato: “Decía que iba para donde una amiga y yo no le preguntaba para dónde”. El problema en común fue la falta de comunicación, confianza y tiempo, pues se dedicaban a trabajar para poder sostener a la familia. La crisis que había en el bolsillo del hogar las habría impulsado a aceptar las invitaciones, aunque no las justifican: “Me contó llorando: [fui] por las necesidades que vi, que no alcanzaba para esto, pero vi la única opción, porque me ofrecieron buen dinero”.
Una de las acudientes desempolvó una pesadilla del pasado que jamás imaginó tener que volver a vivir: “Yo fui violada en mi niñez y son cosas que no he hablado, lo mismo mi hija, que también tiene muchas cosas que ha ocultado”; por ejemplo, el abuso de su padre.
Ellas temen que en algún momento llegue otro mensaje por internet y vuelvan a caer en las garras de los sujetos. De momento, cuentan con acompañamiento permanente de la Policía Nacional y la ONG Libertas International.