Judicial
Atención | Capturan a Pájaro, el poderoso narcotraficante quien fue el cerebro de la fuga de alias Matamba
John Fredy Gallo Bedoya es señalado de estar detrás de atentados y masacres en Bogotá.
El temido John Fredy Gallo Bedoya, alias Pájaro, fue capturado este jueves en un complejo operativo adelantado por la Policía. La acción se adelantó en zona rural de la vereda Las Pavas, corregimiento Puerto Romero, municipio de Puerto Boyacá (Boyacá).
Pájaro es requerido por los delitos de concierto para delinquir, fuga de presos y concierto para delinquir agravado. Las autoridades lo señalan de liderar las oficinas de cobro para el ajuste de cuentas en Bogotá; además, ordenaba extorsiones y secuestros extorsivos a comerciantes, ganaderos y empresarios de la región del Magdalena Medio y Cundinamarca.
Información de inteligencia lo vincula de coordinar actividades criminales con antiguos comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), asimismo, con integrantes de las Autodefensas Gaitanistas Campesinas y el Clan del Oriente.
En marzo pasado, SEMANA reveló en exclusiva pruebas que vinculaban a alias Pájaro con todo el plan de fuga del narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba, en la madrugada de 18 de marzo de 2022 en la cárcel La Picota, de Bogotá.
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Pájaro, según la Fiscalía General, era el principal enlace entre el Clan del Golfo, comandado por Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, y la estructura de esta banda criminal que delinquía en Bogotá y que estaba al mando de Édgar Eulicio Munévar Castillo, conocido en el mundo criminal con el sobrenombre de El Caballista.
En la reunión que se celebró en la noche del 16 de marzo de 2022 en un establecimiento ubicado en una bomba de gasolina en el norte de Bogotá, para finiquitar el plan de fuga, El Caballista, quien se movilizaba en vehículos de alta gama, se encontró con Manuel Antonio Castañeda, quien trabajaba con la Unidad Nacional de Protección (UNP) para finiquitar la fuga de Matamba, quien se encontraba en la cárcel La Picota.
El Caballista le señaló al conductor las rutas que debían tomar rumbo al Magdalena Medio, los movimientos a ejecutar si había problemas y, lo más importante, el silencio que debían asumir una vez recogieran al narcotraficante. En medio de la charla llegó como un fantasma un hombre, quien parecía haberse sometido recientemente a una cirugía en el rostro y el cual no pronunció ni una sola palabra y que minutos después se subió a la camioneta de Castañeda.
Ya con las primeras horas del nuevo día los tres hombres se dirigieron al sur de la capital de la República. En cercanías al botadero de Doña Juana fueron interceptados por un vehículo de bajo cilindraje del cual se bajó “un sujeto moreno que vestía sudadera y tenía en su mano una pistola con silenciador y se monta a mi camioneta con nosotros”.
Este hombre era nadie más ni nadie menos que Matamba, que había salido con toda naturalidad del pabellón de extraditables de la cárcel.
“Lo primero que hace este sujeto es decirle a Pájaro: ‘Gracias, patrón, le debo esta vida y la otra, ya el dinero lo cuadramos’. Le da un beso, al señor Édgar le da las gracias y a mí me saluda chocando los puños” (sic), testificó Castañeda.
Siguiendo las recomendaciones, el conductor aceleró para salir de Bogotá y llegar lo más pronto posible. A las 4:30 a. m., tras pasar por “puente largo” de El Doral, se orillaron en la carretera.
“Cuando llegamos a ese punto había dos camionetas parqueadas (…) como cuatro o cinco sujetos, al parecer, escoltas de la UNP, porque estaban bien atalajados pues portaban pistolas, proveedores y placas del cuello. De la Frontier se bajan Pájaro y Matamba, se suben solos a la TXL blanca porque uno de los escoltas le entregó las llaves a Pájaro para que manejara”.
Édgar dio instrucciones precisas a los hombres de lo que debían hacer con los vehículos. Tras llegar a la finca que ya estaba fijada, se encontraron con que 50 personas que lo estaban esperando. “Alias Pájaro da la orden al parecer a los encargados de la finca, entonces los viejitos salen y entregan fusiles AK-47, escopetas y pistolas como a 40 personas”.
A las 9:00 a. m. del 17 de marzo, Castañeda, El Caballista y otra persona cuya identidad se desconoce se devolvieron en la camioneta que le había prestado el capitán Duque Casas. “Llegando a Bogotá, Édgar llamó a un contacto de la Policía que dice que es del CAN, para que borre los videos de desplazamiento para no dejar registro. Llegamos a la calle 80, el calvo se bajó cerca del CAI de la Policía y nos fuimos por la 26″.
De alias Pájaro, el hombre clave, se sabe que es un desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Tiene nexos directos con los comandantes del Clan del Golfo, coordinando a los prestamistas y manejando las finanzas de la banda criminal en el centro del país. Informes de inteligencia señalaron que maneja dos vehículos de gama alta y una finca cercana al Puente de Guadua, sobre la calle 80, en el occidente de Bogotá.