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Falleció Gabriel Enrique Cubillos, el hombre que asesinó a su hijo en un hotel del municipio de Melgar, ¿qué pasó?
El hombre, quien se había llevado al menor en su permiso de visita de fin de semana, se encontraba recluido en la cárcel de Picaleña, en Ibagué. Versiones conocidas por SEMANA señalan que se podría tratar de un envenenamiento.
Mientras pagaba su condena por el delito de homicidio agravado, que recibió como asesino de su propio hijo, Gabriel Enrique Cubillos aparentemente sufrió un paro cardiorrespiratorio y murió en la unidad de cuidados intensivos de un hospital en la capital del departamento de Tolima.
Versiones preliminares conocidas por SEMANA indican que el hombre podría haber sufrido un caso de envenenamiento en el sitio de reclusión donde se encontraba, posteriormente fue llevado a un hospital donde estuvo por varios días en la unidad de cuidados intensivos, hasta la noche de este lunes cuando se confirmó su fallecimiento como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio.
La Fiscalía abrió una investigación para establecer cuáles serían las causas reales del fallecimiento de Gabriel Enrique Cubillos, que estaba condenado a 45 años de cárcel por el brutal asesinato de su hijo luego de raptárselo a su mamá y, aparentemente, como un acto de venganza porque ella no quería regresar con él.
Cabe recordar que el pasado 13 de octubre, la Procuraduría General de la Nación presentó un informe con fines disciplinarios, tras evidenciar posibles falencias de las autoridades en las actuaciones administrativas adelantadas frente al caso del niño Gabriel Esteban, quien fue asesinado por su padre en un hotel del municipio de Melgar, en el departamento del Tolima.
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Para el ente de control, hubo unos hallazgos importantes en este caso: el primero tiene que ver con la retención del menor de parte del padre, y confeso asesino, y la negativa que mantenía de devolvérselo a su expareja cuando se terminaba el horario de las visitas.
“El niño intentó defenderse”
“Lo asfixié con la almohada de la habitación y tuve que usar todo el peso de mi cuerpo, porque el niño intentó defenderse”, dijo, en su momento, Gabriel Enrique González al confesar frente a los investigadores de qué forma asesinó a su propio hijo. El homicidio ocurrió en un hotel de Melgar, Tolima, en un aberrante acto de venganza en contra de su exesposa, madre del pequeño Gabriel Esteban, quien se negaba a regresar con él.
En el relato que conoció SEMANA, el asesino dejó en claro que el crimen lo tenía fríamente calculado. Dijo que recogió al niño en la casa de su exesposa, en el sur de Bogotá, y salió con destino a Melgar hacia el hotel que escogió como sede de su brutal venganza.
La descripción es estremecedora. Los detalles aterran, no solo por lo macabro del mismo crimen, ya inexplicable, sino por la tranquilidad de su perturbador testimonio.
González les dijo a los funcionarios, encargados de vigilarlo luego de su captura, que llevaba semanas planeando la venganza. Tenía claro que sería un fin de semana, el espacio de tiempo que irónicamente las autoridades le dieron para visitar al niño. Grabó un video con su celular, lo descargó en un computador y lo guardó en una USB.
“Antes de llevarme el niño, me metí al baño de la casa de Consuelo y dejé la USB con el video, escondida para que no lo encontrara tan fácil. En ese video le decía que iba a matar al niño y luego me suicidaría”, señaló el asesino a sus custodios.
Enfatizó el momento exacto cuando llamó a su exesposa: 3:50 a. m. del lunes 5 de septiembre. Le pidió buscar la USB en un punto específico del baño. “La llamé y le dije que buscara, que le advertí y no hizo caso, ahora ella también sería responsable”.
En este crudo relato, en poder de SEMANA, el asesino no se guardó nada. Dijo por qué se vengaba y hasta se ufanó de cumplir su miserable objetivo. Quienes lo escucharon divagaban entre la rabia y la obligación de su trabajo de garantizar la seguridad al asesino de un niño, a quien veían a través de los ojos de sus propios hijos.
“Todo lo planeó en detalle y con varios días de anticipación. Era muy difícil escucharlo, daban ganas de castigarlo por el crimen, pero debíamos cuidarlo, eso es más difícil de entender”, dijeron los investigadores a SEMANA. Arriesgaban su propia vida en momentos en que los ciudadanos de Girardot, Cundinamarca, querían ajusticiar al asesino.
La captura
La investigación de la Fiscalía, luego de la denuncia de la mamá del pequeño Gabriel Esteban, es que el hombre llegó a su vivienda, durante el fin de semana y con la excusa de tener la custodia del niño durante estos días, se lo llevó hasta Melgar, donde, de acuerdo con la denuncia, lo asesinó y envió un aterrador mensaje a la mujer, informando que mató al niño como venganza.
En un operativo la Policía y la Fiscalía trabajaron para dar con la captura de este hombre que finalmente fue encontrado, en vehículo mientras se movilizaba entre los municipios de Melgar, escena del crimen y Girardot, donde, al parecer, esperaba esconderse de las autoridades.
La Fiscalía confirmó la captura del hombre y el procedimiento que sigue con esta persona que será presentada ante jueces de control de garantías para imputar cargos por homicidio agravado. Los investigadores a cargo del proceso aseguraron que tienen todo el material probatorio para demostrar la presunta responsabilidad en el brutal crimen.
SEMANA llegó hasta la humilde vivienda que compartía el pequeño Gabriel con su mamá en la localidad de Ciudad Bolívar en el sur de Bogotá y allá los vecinos aseguraron que, el ahora capturado sometía a graves maltratos verbales y a violencia psicológica al menor, al punto que debieron denunciar lo que estaba pasando.
“Llegaba acá, me saludaba, me abrazaba, jugábamos, hablábamos, lo que hace un niño, acababa de cumplir cinco años. El sábado por la mañana fue la última vez que lo vi, estaba alegre porque iba a estar el fin de semana con su papá y yo le dije que portara juicioso, que se acordara que la mamá lo esperaba”, dijo un vecino a SEMANA.