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Fiscalía se metió al misterioso piso 13 de la Dian, donde habrían “hackeado” el celular de Marelbys Meza, la exniñera de Laura Sarabia
Un grupo de investigadores de la Fiscalía llegó hasta las oficinas dedicadas a la seguridad presidencial, donde fue sacada la copia espejo del celular de la exniñera de Laura Sarabia. La misteriosa oficina que funciona en el edificio de la Dian.
Una información surgió tras las pesquisas de la Fiscalía General en el escándalo de “chuzadas” a la exniñera y a la exempleada doméstica de Laura Sarabia, la exjefa de gabinete del Gobierno nacional. En el piso 13 de la Dian funciona, al parecer, una oficina de inteligencia de la Presidencia de la República. La Fiscalía llegó a ese lugar.
En el marco de las investigaciones por las interceptaciones ilegales, un grupo de investigadores de la Dirección contra la Corrupción llegaron al piso 13 para hacer la diligencia de inspección judicial, de cara a definir con detalle qué actividades se desarrollan ese espacio destinado a la seguridad presidencial.
SEMANA conoció que se trata de una oficina que funciona como un improvisado Puesto de Mando Unificado (PMU) dedicado a identificar y prevenir situaciones de riesgo para el presidente Gustavo Petro en los diferentes recorridos que hace en Bogotá y otras zonas del país.
El asunto que llevó a los investigadores a este piso en el edificio de la Dian nació de una información que reveló cómo, al parecer, en ese sitio se llevó el celular de Marelbys Meza, la exniñera de Laura Sarabia, lo hackearon e hicieron una copia espejo del aparato.
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La misma Marelbys le dijo a SEMANA que, efectivamente, los policías de la seguridad presidencial le quitaron el celular por varias horas, la dejaron incomunicada y no supo qué hicieron con el aparato. Fueron más de cinco horas sin el celular.
El piso 13 de la Dian
Al parecer, el aparato celular fue sometido a un hackeo o a la realización de una copia espejo por los uniformados. Lo llevaron, se investiga, hasta el piso 13 del edificio de la Dian, ubicado a solo unos metros de la Casa de Nariño y allí sacaron todo su contenido. La información es parte de unas indagaciones que adelanta la Fiscalía en el capítulo de las interceptaciones ilegales.
Marelbys Meza le confirmó a SEMANA que, efectivamente, le quitaron el celular, no le permitieron comunicarse con nadie mientras estuvo en los sótanos durante el interrogatorio que la Fiscalía General calificó de ilegal. Fue durante ese tiempo, al parecer, que se realizó la copia espejo del aparato, la razón que mantuvo por tanto tiempo incomunicada a la niñera.
“Ellos me dijeron: ‘Entregue el celular’, luego me metieron al sótano y de manera repetida aseguraban que yo era la responsable del hurto, que dónde estaba la plata, que ellos podrían hacer un allanamiento en mi casa y en la casa de mis hermanos, que cómo sabía si en ese momento no estaban haciendo un allanamiento donde mi familia”, aseguró Marelbys a SEMANA.
Fuentes cercanas a la Presidencia aseguraron que, efectivamente, en una zona del piso 13 del edificio de la Dian funcionan unas oficinas dedicadas de manera exclusiva a garantizar la seguridad del presidente de la República en los constantes desplazamientos que hace por el país. Un escenario similar a un Puesto de Mando Unificado.
Sin embargo, lo que está por corroborar es qué clase de actividades se desarrollan más allá de garantizar la seguridad del presidente en sus desplazamientos, y si allí mismo el celular de la exniñera de la exjefa de gabinete del Gobierno nacional fue sometido a un hackeo o lo que se conoce en el escenario judicial como una copia espejo del aparato.
La propia Marelbys Meza, en el recorrido que hizo con SEMANA por los alrededores de la Casa del Nariño, mientras recordaba paso a paso cómo llegó a los sótanos de poligrafía, no identificó el edificio de la Dian; en otras palabras, nunca estuvo en ese sitio. Lo que intentan ahora establecer los investigadores es si el aparato efectivamente llegó al piso 13.
Adicionalmente, los fiscales a cargo de este capítulo, en el gran escándalo que enredó a Laura Sarabia y su niñera, es conocer con certeza los alcances que tendrían, en materia de inteligencia, los funcionarios y los equipos dispuestos en el piso 13 del edificio de la Dian.
“Yo me senté en una silla, me brindaron un tinto y esperé a lo del polígrafo. Ya después me entraron a una sala como una oficina pequeña, salí, me quitaron el teléfono por primera vez y cuando terminé lo del polígrafo, me lo volvieron a quitar, me dejaron incomunicada… Temor, porque yo sentía que me iban a dejar aquí, que no iba a volver a salir”, dijo Marelbys.
Será en cuestión de días que la Fiscalía logre llevar ante los jueces el material de prueba, no solo de las inspecciones que se realizaron frente a la Casa de Nariño, en el edificio Galán, sino las que en adelante se programen de cara a establecer la responsabilidad en las interceptaciones ilegales de que fueron víctimas Marelbys Meza y Fabiola, dos exempleadas de Laura Sarabia.
La otra “chuzada”
“Quisiera verles la cara a ellos, quisiera verles la cara y que me digan: negra, vos fuistes la que hicistes esto con el Clan del Golfo”, dijo Fabiola, la mujer que junto a Marelbys Meza fue interceptada ilegalmente por la Dijín de la Policía mientras los uniformados buscaban el dinero hurtado en el apartamento de Laura Sarabia.
La señora Fabiola llegó a Bogotá, desplazada por la violencia en el Valle del Cauca y ahora su nombre apareció en un informe falso de la Dijín, vinculándola con el Clan del Golfo, con una dirección en Chocó y con un alias: La Cocinera, supuesta encargada de llevar información a cabecillas de esa organización criminal.
“Yo vivo de mi trabajo (servicio doméstico), y al escuchar el mundo entero una cosa de esas, quién me va a contratar, si yo soy una criminal según la Policía, se me viene el mundo encima. Tengo miedo, no puedo ir a trabajar, es un daño terrible que le hacen a uno”, señaló la señora Fabiola, al confirmar que estuvo en la Fiscalía entregando detalles de su situación.
El número telefónico de Fabiola se incluyó en una solicitud de interceptación que hicieron los investigadores de la Policía a una fiscal en Chocó. Ella le ruega a Dios por su seguridad, como víctima de la violencia sabe lo que representa ser marcada en un bando criminal. Le entristece que siempre confió y defendió a la Policía, ahora les envía un mensaje.