Atención: Hostigamiento a subestación de Policía en zona rural de El Tambo, Cauca, deja un soldado herido

Después del mediodía de este sábado, 29 de junio, se registró una fuerte explosión cerca de la subestación de Policía en el sector de El Crucero de Pandiguando, en jurisdicción del municipio de El Tambo, en el departamento del Cauca, que deja hasta el momento un soldado herido.

El artefacto explosivo, según confirmaron las autoridades de manera preliminar, iría dirigido contra la unidad, la cual se encuentra ubicada a menos de 45 minutos de la cabecera municipal. Posteriormente, se inició el hostigamiento que obligó a los pobladores de la zona a resguardarse en sus viviendas.

Este hecho se suma a la difícil situación de orden público que se viven en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, donde las disidencias de las Farc siguen haciendo de las suyas atacando a la Fuerza Pública y generando terror en medio de la población.

De manera preliminar se conoció que el ataque habría sido perpetrado por la estructura Carlos Patiño de las disidencias de las Farc. Sin embargo, se está a la espera de la información oficial de las autoridades, para que confirmen con exactitud los hechos ocurridos este sábado.

Esta región del país es una de las más afectadas por las acciones terroristas de los grupos armados ilegales. Son varios municipios del Cauca y otros tantos del Valle del Cauca los que se encuentran en alerta debido a la inclemencia de la guerra que libran, principalmente, las disidencias de las Farc.

Uno de los grandes damnificados de la guerra ha sido el municipio de Jamundí, en el Valle del Cauca, donde las disidencias de la Jaime Martínez han perpetrado 17 ataques terroristas en cuatro meses.

Precisamente, en un informe publicado por SEMANA hace un par de meses se muestra como en el departamento del Cauca, las Farc tienen una república independiente, una especie de zona de distensión que funciona ante los ojos del Gobierno, que perdió completamente el control.

Desde ese rincón del país, les declararon la guerra a los colombianos. Los habitantes describen lo que están viviendo como una dictadura del horror que secuestra, asesina, destierra, obliga a los ciudadanos a transitar carnetizados y hasta los someten a sembrar coca y marihuana. Es un ‘Estado’ aparte, donde los violentos tienen aterrorizados a decenas de miles de civiles inocentes.