Judicial
Atención: John Poulos no aceptó cargos por el asesinato de Valentina Trespalacios, pese al desgarrador relato de la Fiscalía
La Fiscalía General le imputó los delitos de feminicidio agravado y ocultamiento de pruebas. Por la gravedad de su conducta pedirá que sea enviado a centro carcelario.
El estadounidense John Poulos se declaró inocente de los delitos de feminicidio agravado y ocultamiento de elementos materiales probatorios, tras la pregunta del juez 59 de control de garantías en una audiencia realizada este viernes en Bogotá.
El ciudadano americano fue señalado directamente de ser el responsable del asesinato de la DJ Valentina Trespalacios, cuyo cuerpo sin vida apareció en la madrugada del pasado lunes dentro de una maleta cerca de un basurero en la localidad de Fontibón, en el occidente de Bogotá.
En la imputación de cargos, la Fiscalía fue clara en señalar la personalidad celosa y posesiva que tenía Poulos con la joven de 23 años, con quien sostenía una relación sentimental desde hace algunos meses. Llegó al punto de controlarle las amistades, revisar sus redes sociales y contratar a un investigador privado para que la siguiera cuando él no estuviera en el país.
“Un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial, que antecedió el crimen contra ella”, manifestó el fiscal del caso al detallar el perfil de Poulos, teniendo en cuenta los chats de WhatsApp que se recuperaron, así como los testimonios de familiares (madre y hermano) y su mejor amiga, identificada como Silvana. Estas declaraciones permitieron establecer la forma como manipulaba y controlaba el estadounidense a la joven.
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El fiscal del caso reclamó la sangre fría que tuvo Poulos al atacar con toda su fuerza a la joven de 23 años, para posteriormente ahorcarla, meter su cuerpo sin vida dentro de una maleta y trasladarlo hasta un basurero, quitándole así toda la humanidad a la mujer.
“Usted tenía pleno conocimiento y discernimiento para conocer la ilicitud de su conducta, pudo autodeterminarse, detener el hecho, de comportarse como le era exigible, pero decidió materializar el hecho”, afirmó en la audiencia el funcionario.
Para la Fiscalía General, “el actuar de John Nelson Poulos se relaciona con el delito de feminicidio agravado como dolo y en condición de autor”, así como con el cargo de ocultamiento material probatorio.
La solicitud de medida de aseguramiento en centro carcelario quedó programada para el próximo lunes 30 de enero. Para esa audiencia, se espera, se revelen nuevas evidencias que demostrarían la peligrosidad de Poulos, el riesgo de fuga y la amenaza contra las víctimas reconocidas (la mamá y el hermano de Valentina).
Poulos seguirá privado de la libertad en un calabozo del búnker de la Fiscalía General. En la audiencia de este viernes pidió nuevamente que se tomen medidas para garantizar su seguridad.
Celos y manipulación
En la imputación de cargos, el representante de la Fiscalía General reveló que Poulos concebía a la joven como “su objeto personal” y “por eso la acosaba y controlaba sus acciones y actuaciones”. La evidencia testimonial indica que “controlaba sus amistades personales, vigilaba sus redes personales y hasta contrató a un investigador privado para que la siguiera”.
“Había un ciclo de violencia psicológica que antecedía al crimen, el cual estaba representado en toda la actividad de celos y control sobre la vida social de Valentina”, precisó el fiscal.
Con la violencia que ejerció contra Valentina y la forma como quiso deshacerse del cadáver “afirmó su convicción de que Valentina era una cosa”. Las declaraciones de los familiares, amigos y personas cercanas a la DJ dejaron ver que John Poulos ejercía “acciones de opresión para así tener dominio sobre lo que hacía”.
En más de una oportunidad, los testigos coincidieron en catalogar al ciudadano estadounidense como un “celoso” que ejercía todo tipo de violencia psicológica en contra de la joven.
Desde un primer momento –recalcó el fiscal– Poulos quiso ocultar y eliminar toda la evidencia, para lo cual llevó el cuerpo sin vida de Valentina a este punto estratégico y después quiso botar el teléfono celular de la joven DJ en un basurero ubicado en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá.