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Lo último | Sindicado por masacre de El Tarra se fugó de la cárcel La Picota de Bogotá; usó su extrema delgadez para escapar
Un interno que había sido trasladado desde el Valle del Cauca aprovechó un descuido para emprender la huida.
En las últimas horas se presentó la fuga de un interno de la cárcel de máxima seguridad de la cárcel La Picota de Bogotá. Información preliminar indica que un interno que había sido trasladado desde el Valle del Cauca aprovechó un descuido para emprender la fuga.
El hombre, identificado como Deimer Sánchez Montejo, sindicado por varios graves delitos, habría aprovechado aprovechó su delgadez extrema para salir de una de las celdas que estaba en obra.
En la reseña de Sánchez Montejo se manifiesta que es sindicado por los delitos de concierto para delinquir, homicidio, administración de recursos relacionados con actividades terroristas, utilización ilegal de uniformes e insignias, terrorismo, financiación del terrorismo y de actividades de delincuencia organizada y administración de recursos con actividades terroristas y de delincuencia organizada.
Cuando se realizó el conteo de rutina, los agentes del Inpec se dieron cuenta que no estaba presente. Frente a esto, se activó de inmediato el protocolo para ubicarlo. El director del Inpec, general Tito Castellanos, explicó que se está haciendo un minucioso operativo.
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Sánchez, según registra un comunicado de la Fiscalía General, es investigado por la masacre de El Tarra, ocurrida el 30 de julio de 2018, que dejó diez personas asesinadas. Entre entre ellas había cuatro excombatientes y un líder social.
La situación recuerda la fuga del temido narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba, quien se fugó después que un capitán del Inpec le dejara una puerta abierta. El narcotraficante salió vestido con un uniforme de un dragoneante.
La despedida de alias Falcon
Pareciera que el Inpec es una fuente de problemas inagotable. Tan solo el pasado jueves la guardia de la cárcel La Picota encontró un camión lleno de comida y licor, al parecer, con motivo de la despedida que le harían en la cárcel a Juan José Valencia, alias Falcón, antes de su extradición a los Estados Unidos.
La despedida de alias Falcón incluía, al parecer, una enorme cena y abundante licor. Los guardianes en los procedimientos de rutina tenían la información y estuvieron atentos al ingreso de elementos y suministros, y uno en particular llamó la atención. Se trata de una donación que estaba lejos de parecer un detalle filantrópico en procura de garantizar derechos de los internos.
SEMANA conoció los reportes y detalles de una incautación hecha por el personal de vigilancia en La Picota. Los funcionarios dejaron constancia del particular hallazgo y de cómo fue advertido por otros guardianes tras las verificaciones. El Inpec confirmó que la supuesta donación era más un intento por burlar a la vigilancia del penal, que un obsequio desinteresado a los detenidos.
“Se presenta novedad siendo esta, al parecer, dar ingreso a los alimentos donados por el PPL de los patios 8 y 9 respectivamente, con autorización escrita mediante oficio enviado por la subdirección del cuerpo de custodia del Inpec y mediante radicación número 006349″, señala la minuta que conoció SEMANA.
En el cargamento prohibido, los guardianes encontraron comida y botellas que bien podrían llenar la estantería de una licorera. Los funcionarios fueron sacando del camión los productos conforme hacían un inventario del contenido, que claramente sobrepasaba el margen de lo permitido, incluso en casos de donaciones que, por naturaleza, tienen un propósito más humano y gozarían de puertas abiertas.
“Ingreso de los alimentos donados realizando el procedimiento de verificación y registro por parte de las unidades caninas y las máquinas de rayos X. El capitán Samboni se da cuenta de algunos elementos que no estaban autorizados”, advierte el documento.
La encomienda o donación tenía una autorización para su ingreso al penal y, de acuerdo con un documento conocido por SEMANA, ese permiso estaba firmado por un coronel Camacho, que, de acuerdo con fuentes del Inpec, corresponde al subdirector de la entidad, el coronel Carlos Camacho.
Los suministros “donados” tenían como objetivo contribuir a una celebración, una despedida para los internos que estaban en sala de espera de extradición, entre ellos alias Falcón. No se sabe si la fiesta se realizó, pero lo que queda claro, en caso de confirmar la fiesta, es que se quedaron cortos en los ingredientes y los tragos para brindar.