Nación
Tras escándalo de “chuzadas” a Marelbys Meza, la Fiscalía investiga una red de tráfico de “fuentes humanas” en la Sijín de Bogotá
La revelación se hizo en el curso de la investigación por las “chuzadas” a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia.
Durante la investigación de la Fiscalía, por las interceptaciones que hicieron agentes de la Dijín a Marelbys Meza, dos de sus amigos y a Fabiola Perea, exempleada de Laura Sarabia, el ente acusador descubrió un escenario turbio en la Sijín de Bogotá. De acuerdo con la fiscal del caso, hay un “tráfico de fuentes humanas” con información de procesos penales.
Durante las audiencias preliminares y, en particular, la solicitud de medida de aseguramiento que hizo la Fiscalía en contra de un policía de la Dijín y una supuesta fuente de información, el ente acusador descubrió presuntos hechos de corrupción que tienen como escenario la Sijín de Bogotá y las llamadas “fuentes de información”.
La propia Fiscalía advirtió que, tras los hallazgos y las investigaciones por el hurto al apartamento de Laura Sarabia y lo que derivó de este escándalo, incluidas las pruebas de poligrafía y las interceptaciones a Marelbys Meza, se estableció que hay más personas vinculadas a este proceso, con intereses importantes. Además se señaló que hay, en especial, una red criminal que estaría enquistada en el centro de la investigación judicial, de la Policía en Bogotá.
“La Fiscalía no solo sigue obteniendo medios de conocimiento en torno al hurto sino también a qué es lo que sucede al interior de la Sijín con un posible tráfico de fuentes humanas para poder dar positivo y sobre esa base pagar recompensas que será una nueva línea de investigación a seguir”, señaló la fiscal del caso.
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La nueva línea de investigación, que se abrirá para determinar responsabilidades de funcionarios desde la Sijín en Bogotá, con ese tráfico de “fuentes humanas” que no es otra cosa que informantes, se estaría dando con el objetivo de obtener resultados positivos en las investigaciones y de paso cobrar recompensas.
“Otros servidores del grupo de contraatracos para que no digan la verdad, para que no testifiquen en torno a la alteración de unos informes que se presentaron por parte de Alfonso Quinchanegua (agente de la Dijín). Y claramente eso lo hizo Alfonso de manera directa, reportes iniciales con los cuales se aperturó la investigación”, advirtió la Fiscalía.
Las averiguaciones que resultan de la investigación por las interceptaciones a la exniñera de Laura Sarabia advierten cómo los agentes de la Dijín manipularon los informes que llevaron a dos fiscales (uno en Bogotá y otro en Chocó). Esto, con el objetivo de obtener la autorización para “chuzar” las comunicaciones de las exempleadas de la hoy directora del Departamento para la Prosperidad Social.
“A ese nivel hemos llegado, que los mismos miembros del grupo de hurto estén buscando que otros oficiales (se involucren) para que no se sienten ante las autoridades y recordemos que aquí se ha predicado un desarrollo delictivo en coautoría que esas personas sientan temor por sus vidas”, explicó la Fiscalía.
Incluso, advirtieron desde la Fiscalía, que las personas involucradas y que quisieron rendir declaraciones ante el ente acusador por los hechos materia de investigación, fueron amedrentadas por otros funcionarios de Policía para que no entregaran detalles. Una abogada de víctimas también denunció que ha sido objeto de seguimientos durante sus desplazamientos.
“Lo mismo sucedió con una declaración que se va a poner de presente, la abogada —no voy a mencionar el nombre— es una abogada de víctima; básicamente ha dado cuenta (que), desde que se han ventilado estas situaciones, se le vienen haciendo seguimientos por parte de personas en moto hasta desde su casa, hasta su oficina. Y esto es importante ventilarlo, señoría, porque ciertamente aquí hay muchos intereses de por medio”, señaló la fiscal del caso.
La Fiscalía solicitó una medida de aseguramiento en centro carcelario contra la fuente de información, la misma que llevó los datos a los investigadores de la Dijín para solicitar la interceptación de las comunicaciones y también de ese policía, para que permanezcan privados de la libertad.