Atentan con explosivos contra empresa de extracción de hidrocarburos en Cúcuta

En el sector de Buena Esperanza, ubicado en la zona rural de Cúcuta, se produjo un atentado con explosivos dirigido hacia la infraestructura de una empresa dedicada a la extracción de hidrocarburos.

La compañía, que no ha sido nombrada por razones de seguridad, había denunciado previamente amenazas de extorsión provenientes de grupos armados que operan en la región, como el ELN. Este ataque, que ha causado daños significativos a la infraestructura de la empresa, confirma la preocupante situación de inseguridad que enfrentan las empresas del sector.

Las autoridades locales se encuentran en el lugar de los hechos para llevar a cabo las investigaciones correspondientes y determinar la magnitud del atentado. Hasta el momento, no se han reportado víctimas fatales ni heridos, pero se estima que los daños materiales son considerables.

Las autoridades condenaron enérgicamente este acto violento y han reiterado su compromiso en la lucha contra la delincuencia organizada, que amenaza la estabilidad y seguridad de la región. Se espera que las fuerzas de seguridad refuercen sus operativos en la zona para prevenir futuros actos criminales y proteger a las empresas que son vitales para la economía local y nacional.

La comunidad y los trabajadores de la empresa afectada expresan su temor ante la escalada de violencia en la región, especialmente del ELN, y hacen un llamado a las autoridades para que refuercen la seguridad y brinden garantías para el desarrollo de sus labores cotidianas.

Pérdidas por los ataques al oleoducto Caño Limón-Coveñas

Año tras año, el oleoducto de Caño Limón-Coveñas ha sido blanco de ataques por parte de grupos ilegales como el ELN para el robo del petróleo. Este oleoducto cuenta con 770 kilómetros de longitud que transportan crudo desde los Llanos Orientales hasta el puerto de Coveñas, Sucre, el cual es destinado a exportación.

A su paso, el oleoducto atraviesa 33 municipios y siete departamentos de Colombia. Tiene una capacidad para transportar unos 225.000 barriles de petróleo al día. Sin embargo, los ataques en la vereda San José de Pedregal, zona rural del municipio de Toledo, Norte de Santander, han sido los más considerables en cuestión de pérdida de crudo e ingresos.

De hecho, los reportes que entregó el presidente de Cenit, Héctor Manosalva, empresa filial de Ecopetrol encargada del transporte de hidrocarburos, oleoductos, poliductos y gasoductos, muestran que, en promedio, durante los últimos 40 años, este tubo ha sufrido al menos, unos 1.600 ataques.

“Sin temor a equivocarme, el oleoducto Caño Limón-Coveñas ha sido la infraestructura petrolera más atacada a nivel mundial”, sostuvo Manosalva.

Los ataques que se hacen a los oleoductos le ocasionan pérdidas millonarias al país. Según Cenit, ya se han derramado más de 3,8 millones de barriles, lo que además ha generado daños al medio ambiente y muchos recursos, no solo desde la pérdida del hidrocarburo, ante la imposibilidad de exportarlo, sino también los trabajos de recuperación de las zonas afectadas por el atentado.

En cuanto a las pérdidas monetarias, según los cálculos del precio al que se cotiza el petróleo Brent, el país ha dejado de recibir alrededor de $ 1,4 billones de pesos, lo que serían alrededor de 342 millones de dólares.