NACIÓN
Aún no se conoce si hay colombianos entre víctimas del motín en una cárcel de Ecuador: Cancillería
La tragedia que se registró en Guayaquil deja hasta el momento 118 personas muertas.
El Gobierno nacional, por medio de la Cancillería, dio a conocer que activó un contacto especial con el Consulado de Guayaquil en Ecuador para atender a los colombianos que pudieron verse afectados por el motín que se registró en una cárcel de ese país, situación que deja hasta el momento 118 personas muertas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores señaló que por ahora no tiene oficialmente datos que apunten a señalar que se tenga registro de connacionales en la lista de los reclusos muertos, pero aseguró que el canal está activo para una eventual atención extraordinaria.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores se permite comunicar que tras el lamentable amotinamiento en la cárcel de Guayaquil, que hasta ahora deja cerca de 118 muertos, se ha establecido, por instrucciones de la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, un contacto permanente con el Consulado de Colombia en Guayaquil para determinar si en esos hechos resultaron afectados ciudadanos colombianos y así como nuestros canales de contacto para prestar la debida asistencia, en caso de requerirse”, explicó la Cancillería.
El Gobierno nacional expresó que se presentan dificultades para conocer la nacionalidad de las personas muertas, debido a la magnitud de la tragedia que se registró en el centro penitenciario de Guayaquil.
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“Es importante destacar que el consulado estará informando a las familias inmediatamente se tenga algún reporte. Tras estos hechos que hoy enlutan no solo a Ecuador, sino también a la región, desde Colombia, el Ministerio de Relaciones Exteriores ofrece toda su colaboración y solidaridad al Gobierno de Ecuador y a sus ciudadanos en estos momentos de dificultad”, insistió la Cancillería.
Y concluyó que “de igual forma, se suma a las voces que condenan estos hechos, los cuales no se deben repetir”.
Cabe señalar que, en principio, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) informó el martes de esta semana que había 24 muertos y 48 heridos. Las nuevas informaciones señalaban más de 116 víctimas fatales, muchas de ellas decapitadas, y al menos 80 personas lesionadas. Esta sería la revuelta más sangrienta del año en este país, que sufre una crisis penitenciaria.
Sobre los otros datos del motín, el comandante de la Policía en el puerto de Guayaquil (suroeste), general Fausto Buenaño, reportó en su momento que las decenas de víctimas sufrieron “impacto de proyectiles de armas de fuego y también por granadas” y que hubo amotinamientos en varios pabellones.
“Viene una crisis carcelaria desde el año 2010, con un promedio de 25 homicidios por año, pero que se acelera significativamente a partir de 2017 hasta el pico de este año, en que debemos haber pasado ya los 160 homicidios”, le dijo a la agencia AFP el ecuatoriano Fernando Carrión, experto en seguridad y narcotráfico.
Sin embargo, la tragedia recuerda las decenas de veces que las cárceles se han salido de control. En América Latina se han presentado amotinamientos mortíferos. En las últimas tres décadas hubo varios cada uno con más de un centenar de muertos. En 2005, un incendio arrasó una prisión abarrotada en la ciudad de Higüey, en el este de República Dominicana, después de un motín desatado al amanecer que dejó 135 muertos.
En ese sentido, en 1994, 121 presos murieron tras incendiar tres bloques durante un motín en la prisión de Sabaneta, Maracaibo, en el norte de Venezuela. En Brasil, 111 prisioneros fallecieron en 1992 cuando las fuerzas de seguridad reprimieron un motín en la enorme cárcel de Carandiru, en las afueras de São Paulo. La masacre fue retratada más tarde en una aclamada película de 2003, Carandiru.