TERRORISMO
Ya son nueve los integrantes del MRP capturados por atentado a Andino
SEMANA revela detalles desconocidos sobre quiénes eran y qué buscaban los responsables del ataque al centro comercial. Los sospechosos serán acusados de los delitos de concierto para delinquir, terrorismo, secuestro simple y hurto.
La Policía capturó el sabado a ocho personas (cuatro hombres y cuatro mujeres) que estarían involucradas con el atentado al Centro Comercial Andino que dejó tres mujeres muertas el fin de semana pasado. Los sospechosos fueron interceptados en Bogotá y en el Espinal, en el Tolima. Todos ellos están a la espera de ser llevados ante un juez para las respectivas legalizaciones de captura.
Pero este domingo, el el sur de Bogotá, fue capturada una novena persona. Estos procedimientos son el resultado de una investigación en la que avanzaba la Fiscalía y la Policía en el esclarecimiento de 15 atentados terroristas ocurridos desde 2015 en Pereira y Bogotá, incluido el perpetrado el pasado fin de semana en el Centro Comercial Andino.
Según lo reveló el propio general Jorge Orlando Nieto, director de la Policía, los capturados serán acusados de los presuntos delitos de concierto para delinquir, terrorismo, homicidio, secuestro simple y hurto calificado y agravado.
"Los investigadores señalan que los cuatro hombres y las cuatro mujeres pertenecerían al movimiento MRP, grupo que ha reivindicado varios de los atentados", dijo el general.
El Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, dijo que hay evidencias y elementos materiales probatorios que le permiten inferir razonablemente que la autoría del atentado a Andino comprometería a este movimiento del MRP.
El ataque en el Andino, en pleno corazón del norte de Bogotá, consiguió su propósito: generar terror, miedo y zozobra no solo en la capital, sino en toda Colombia. Y no era para menos.
El brutal atentado ocurrió en uno de los centros comerciales más conocidos del país, en una hora pico y en uno de los días más concurridos del año, la víspera del Día del Padre. La macabra acción terminó con un saldo de una docena de heridos y tres mujeres muertas, entre ellas una ciudadana francesa, Julie Huynh.
Pocas horas después del hecho comenzaron a barajarse una serie de hipótesis sobre los posibles responsables del salvaje atentado. La guerrilla del ELN, el Clan del Golfo y las llamadas fuerzas oscuras fueron algunos de los grupos que salieron a la luz pública. La mayoría son ampliamente conocidos por el país. Por redes sociales también, de manera infame, se especuló que la joven francesa muerta era sospechosa por el simple hecho de haber visitado previamente Cuba y trabajar en una ONG de servicio comunitario. Sin embargo, dentro de la lista de posibles responsables hubo uno completamente desconocido para la opinión pública: el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP). Con los avances de las investigaciones previas y posteriores al atentado no hay duda de la autoría de este macabro ataque.
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¿Quiénes son?
Muy pocos colombianos han escuchado hablar de este grupo, incluso entre los propios organismos de seguridad. Sin embargo, desde hace varios meses el MRP ha entrado en el escenario del terrorismo nacional con una serie de acciones cuyo principal blanco ha sido Bogotá.
Este grupo captó la atención del país por primera vez el 16 de agosto del año pasado. A plena luz del día y en el corazón financiero de la capital, en la calle 72 con carrera 13, hizo estallar un artefacto de bajo poder. Aunque no dejó heridos, la zona, una de las más concurridas de Bogotá, fue un caos.
El explosivo detonó en una de las sedes de Cafesalud y los técnicos antiexplosivos encontraron en el lugar varios panfletos y una bandera de ese grupo. “Ni Santos ni Uribe son opción para el pueblo. La paz de los ricos no es la paz del pueblo”, decía uno de esos papeles. Otras tres bombas panfletarias también estallaron ese día, dos contra otras sedes de Cafesalud y una más en Salud Total, en sedes ubicadas en el sur y el occidente de la capital. En esas oportunidades instalaron los artefactos en los baños de esas entidades prestadoras de salud, al igual que ocurrió en el Andino. Pero esos ataques no fueron los primeros de esa naturaleza. De hecho, de las 20 explosiones que han sacudido Bogotá entre 2015 y 2017, 14 han sido responsabilidad del MRP (ver recuadro).
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No es claro cuándo surgió exactamente este grupo, aunque los investigadores creen que lo hizo a comienzos de 2015. Se trata de una pequeña banda conformada en su mayoría por integrantes de grupos extremistas y anárquicos enquistados en algunas universidades públicas.
En estas entraron en contacto con algunas facciones urbanas del ELN, quienes les proporcionaron algún tipo de entrenamiento en una de las ‘fortalezas’ de esa agrupación: los explosivos. El año pasado dos de sus integrantes cayeron en manos de las autoridades cuando iban a instalar una carga en una entidad de salud. Los detenidos contaron algunos detalles sobre el MRP, de los cuales el más relevante era que estuvieron en un campamento del frente Domingo Laín del ELN que actúa en Arauca, y recibieron instrucción en explosivos en campamentos al otro lado de la frontera.
El MRP funciona bajo el esquema terrorista conocido como triadas. Básicamente se trata de pequeñas células conformadas por tres personas que incluso no se conocen entre sí. Una concibe el plan, otra opera como contacto y la tercera ejecuta el acto. Cuentan con varias triadas que no tienen relación ni contacto entre ellas. Por eso, todos los atentados fueron cometidos por triadas diferentes. Esto garantiza que se les fugue poca información sobre sus planes. También evita que un capturado pueda delatar a toda una estructura, pues no se conocen entre sí. A pesar de esto, 11 integrantes de una de estas células del MRP fueron arrestados a mediados de 2015, sindicados de varios ataques en la ciudad. No obstante, pocos meses más tarde un juez los dejó en libertad. Se trataba de una célula diferente a la que realizó el ataque en el Andino.
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La célula del centro comercial está conformada por una docena de integrantes y en su accionar se nota una especie de progresión que buscó aumentar su impacto mediático con cada ataque. Sus primeras bombas estallaron en barrios del sur, en áreas relativamente despobladas y en la noche, lo que no tuvo mayor relevancia. Posteriormente realizaron atentados nocturnos en sedes de entidades de salud en el norte de Bogotá, los cuales ya tuvieron mayor despliegue. Con las bombas en la zona financiera en el norte de la capital a comienzos de este año captaron mucha mayor atención. De ahí optaron por escalar y atacar el Andino.
El modus operandi preferido por esa célula del MRP consiste en dejar los artefactos en los baños de sus objetivos. Y eso fue lo que hicieron en el Andino. Usaron 800 gramos del explosivo Amonal, el mismo y con idéntica cantidad de la que siempre han usado en todos sus ataques. Sin embargo, el plan terrorista tuvo una falla brutal en la que ya habían incurrido en tres ocasiones. Los delincuentes escondieron la carga en los paneles de aluminio que separan los baños del centro comercial, lo cual los hacía prácticamente indetectables a simple vista. Al parecer, planeaban que estallara a las cinco de la mañana, con la idea de no causar muertos, pero sí un caos que obligara a cerrar el centro comercial justo en uno de los fines de semana de mayores ventas. Sin embargo, en vez de a las 5 a. m., el detonador quedó para estallar a las 5 p. m., 12 horas antes, con los trágicos resultados conocidos.
Este tipo de grupos no son nuevos. Desde los años ochenta surgen y desaparecen según las coyunturas específicas, como las temporadas electorales. En el caso del MRP su radicalismo es tan extremo que consideran a la guerrilla de las Farc como unos “sumisos entregados al gobierno” y a algunos facciones del ELN como “blandos en la lucha revolucionaria”.
Por medio de un comunicado pretendieron negar cualquier relación con el ataque al Andino, en un intento burdo por desligarse. Aunque tenían una larga lista de actos terroristas, en esta oportunidad mataron a tres mujeres inocentes, una de ellas extranjera. Esto provocó en toda la sociedad una reacción de indignación y rechazo que no esperaban, mientras las autoridades nacionales volcaron toda su capacidad contra ellos, con el apoyo de los gobiernos de varios países.
Detener estas expresiones de células terroristas debe ser una prioridad para el Estado, así como garantizar que queden tras las rejas también debe ser una obligación de los jueces.
Bogotá en la mira
Entre 2015 y 2017 ocurrieron más de 20 atentados en la capital de la república.
10 de febrero de 2015: un petardo explotó en el barrio La Soledad, cerca del Concejo de Bogotá, en la calle 36 con carrera 28. Dejó averiadas 32 viviendas del sector.
11 de febrero de 2015: una carga explosiva estalló frente a un local comercial en el sector de Kennedy.
2 de marzo de 2015: un explosivo detonó en un parqueadero del SITP en Engativá. Dejó cinco heridos.
6 de marzo de 2015: un artefacto estalló a las cinco de la madrugada en un cajero automático del Banco de Bogotá en el barrio La Soledad.
12 de junio de 2015: una bomba detonó en el barrio Quiroga al paso de una caravana de la Policía, por la calle 31 sur con carrera 24. Los terroristas usaron un dispositivo de alto poder activado a control remoto, con metralla. Ocho personas resultaron heridas.
2 de julio de 2015: dos artefactos explotaron en el norte y el occidente de la ciudad. Uno detonó a las 3:45 de la tarde en la calle 72 con carrera 9, y 40 minutos después lo hizo otro en la calle 13 con carrera 46, al occidente de la capital. Nueve personas quedaron heridas.
7 de marzo de 2015: desconocidos atacaron un bus de la Armada Nacional en su camino al Aeropuerto Guaymaral. Esa vez, 21 militares quedaron heridos.
12 de marzo de 2016: una caravana de la Policía fue atacada en el barrio Quiroga cuando se desplazaba hacia Ciudad Bolívar. El hecho dejó 5 uniformados y tres civiles heridos.
16 de agosto de 2016: el MRP detonó y reivindicó una bomba en el local de Cafesalud en la calle 72 con carrera 13. En el lugar se encontraron panfletos y una bandera de ese grupo. Otros tres artefactos panfletarios explotaron ese mismo día en sedes de Cafesalud y de Salud Total, en el sur y el occidente de la capital. En esas ocasiones los explosivos estallaron en los baños de las instalaciones.
16 de diciembre de 2016: milicianos del ELN asesinaron a un auxiliar de Policía debajo de cuyo cuerpo detonaron explosivos en el barrio Tibabita, carrera Séptima con calle 200. Detonaron los explosivos cuando sus compañeros acudieron al rescate. Además resultaron heridos siete uniformados.
18 de enero de 2017: el MRP hizo estallar cerca del mediodía una bomba en una sede de la Dian en la localidad de Teusaquillo, carrera Séptima con calle 35. Dos personas resultaron lesionadas, nuevamente se presentaron panfletos políticos y la bandera del MRP.
11 de febrero de 2017: un petardo de bajo poder explotó en la madrugada en la localidad de Teusaquillo, cerca de un restaurante iraní, en la calle 48 con carrera 16, y dejó siete personas heridas. Las hipótesis apuntan a que el dueño no habría querido pagar una extorsión.
19 de febrero de 2017: el ELN reivindicó la autoría de un atentado contra miembros de la Policía en el barrio La Macarena, calle 27 con carrera 5, cerca de la plaza de toros de Santamaría. Dejó un saldo de 25 uniformados heridos, 1 muerto y 4 civiles lesionados.
17 de junio de 2017: una bomba detonó en un baño de mujeres del centro comercial Andino, en el barrio El Retiro, carrera 11 con calle 82. Tres personas perecieron y nueve resultaron heridas.