NACIÓN
Autoridades capturaron a presuntos integrantes de disidencias que habían participado en crímenes contra líderes sociales en el Cauca
Los procesados fueron identificados como alias Juancho, Víctor y Jesús.
Fiscales de la Unidad Especial de Investigación (UEI), lograron la judicialización de tres presuntos integrantes de las disidencias de las Farc como presuntos responsables de homicidios contra reincorporados y líderes sociales en Cauca.
La contundencia del material probatorio presentado por la Fiscalía fue determinante para que un juez de control de garantías impusiera medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario a Ferny Yafue Hilamo, alias Juancho, quien haría parte de la estructura Dagoberto Ramos de las disidencias de las Farc.
“Esta persona, en su condición de cabecilla armado, habría participado en los homicidios del líder social de la vereda La Morena, en Miranda (Cauca), Albeiro Mosquera; y del reincorporado Luis Hugo Mosquera, ocurridos el 16 de febrero de 2020, en la vereda La Cilia del citado municipio”, indicó la Fiscalía a través de un comunicado.
Las víctimas fueron atacadas por hombres armados que llegaron al lugar disparando indiscriminadamente. En la acción una tercera persona resultó herida. Por estos hechos, la Fiscalía imputó a alias Juancho los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio, concierto para delinquir agravado; y fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, accesorios partes o municiones agravado.
De otro lado, la Fiscalía General de la Nación logró la judicialización de Víctor Alfonso Cabezas Cuero, alias Víctor; y Jesús Eduardo Cabezas Cuero, alias Jesús, presuntos integrantes del frente 30 de las disidencias de las Farc. La evidencia obtenida indica que serían los hombres que, a bordo de una motocicleta, interceptaron y dispararon contra el reincorporado Benjamín Banguera Rosales, el 1 de enero de 2020, en Guapi (Cauca).
Actualmente, los dos procesados se encuentran privados de la libertad en centro carcelario por la posible participación en otras acciones delictivas cometidas en el departamento del Cauca, entre estas el crimen de un reincorporado, perpetrado en octubre de 2019.
Policías conseguían fusiles a disidencias de las Farc
Las autoridades descubrieron una red que se encargaba de conseguirle armas de largo alcance y municiones a una disidencia de las Farc con presencia en el departamento del Cauca. Lo más alarmante del hallazgo es que dos miembros activos de la Policía hacían parte de la estructura criminal.
La investigación que adelantaron las autoridades permitió determinar que dos uniformados, quienes fueron capturados junto a otro cómplice, complacían, a cambio de dinero, a la disidencia Carlos Patiño, abasteciendo su arsenal de guerra. Los policías usaban sus contactos en la fuerza pública y en el mercado ilegal para comprar las armas y municiones.
“El material de prueba indica que uno de los uniformados, Juan Manuel Hurtado Altamirano, al parecer, conseguía fusiles, ametralladoras y munición en algunas sedes militares del suroccidente del país o en el mercado clandestino. Posteriormente, entregaba el material a su compañero, Wilton Sevillano Montaño, quien sería el encargado de coordinar el traslado por vía terrestre, al punto que indicaba José Napoleón Viera Arias, alias El Grande”, asegura la Fiscalía General de la Nación.
Este último sujeto era el cómplice de los uniformados en esta red de tráfico de armas y quien finalmente llevaba el arsenal a las diferentes zonas del Cauca, donde tiene presencia la disidencia Carlos Patiño.
Todo esto ocurría por pedido de Óscar Eduardo Sandoval, alias El Mocho, máximo cabecilla de dicho grupo armado. Aquí es importante mencionar que este hombre fue quien heredó el control de las disidencias en el suroccidente del país tras la muerte de alias Mayimbú.
“Abundante evidencia técnica, como comunicaciones telefónicas, dan cuenta de que esta red ilícita habría recibido encargos que iban desde un fusil diario hasta 40 armas largas tipo Galil, R15 y M16, entre otras, en tres semanas. Además, mediante lenguaje cifrado concertaban la adquisición de munición de diversos calibres, la mayoría 5.56″, detalla el ente investigador.