Ayudar a los más vulnerables, el compromiso del empresariado colombiano

Colombia vive una de las épocas más retadoras para su desarrollo económico, social y ambiental. La pandemia puso a prueba la resiliencia de sus habitantes y el tejido empresarial, aumentó las brechas sociales, la pobreza, el desempleo y la informalidad. Esta nueva realidad motivó a las empresas a que lideren causas y programas con un impacto que vaya más allá de sus resultados financieros y beneficien la calidad de vida de las poblaciones.

Durante el foro digital ‘Abrazando el futuro con reactivación y compromiso social’, el empresario Arturo Calle afirmó que la riqueza más grande que tiene este país es el empresariado colombiano, por su compromiso y la generación de bienestar a la ciudadanía. “Uno tiene que tener un concepto en lo social. La mayor riqueza es nuestro prójimo, es tenderle la mano al que no tiene nada, que la gente pueda adquirir sus productos. Entre más compradores, más desarrollo”, sostuvo.

En este espacio digital también se resaltó el papel que cumplen las fundaciones empresariales para el desarrollo de las regiones. Se han convertido en una oportunidad para cientos de colombianos que buscan mejores oportunidades en medio de una difícil coyuntura. Precisamente desde la nueva Fundación Promigas –una iniciativa que nació hace 20 años– se persigue el propósito de trabajar por y para las comunidades más vulnerables del país.

Eric Flesch, presidente de Promigas, aseguró que reducir en el corto plazo la pobreza es uno de los grandes retos de Colombia y señaló que tanto los empresarios como el Gobierno nacional y los gobiernos locales deben unir fuerzas para lograrlo. “Un país sin equidad, donde muy poquitos tengan concentrada una riqueza y muy poquitos tengan calidad y bienestar, no es un país viable”, precisó.

En esta línea, la nueva Fundación Promigas se enfocará en impulsar el desarrollo sostenible de las comunidades ubicadas en las zonas de operación de Promigas y sus compañías, con una serie de proyectos que fomentarán la reactivación económica, el empleo juvenil, el fortalecimiento de emprendimientos y proyectos productivos que generarán más oportunidades económicas.

Marcela Dávila, directora ejecutiva de la Fundación, explicó que con el plan de acción 2021-2024 se beneficiarán 11.000 familias, es decir, más de 40.000 colombianos en 12 departamentos. Igualmente, señaló que fomentarán el empleo de 8.000 jóvenes y mujeres para cerrar brechas de género en las regiones, de esta manera impulsar el desarrollo económico de 2.650 familias campesinas y de 350 emprendimientos con más oportunidades de rentabilidad y expansión.

Con proyectos como Manos al Campo, SuMar, Alas Comunidades, Pescando Progreso, Mujeres a la Par y Caribe Exponencial, la fundación fortalecerá la producción agrícola, brindará mejores herramientas para la reactivación comercial en las playas del Atlántico, fomentará la autonomía económica de mujeres cabeza de hogar y brindará recursos a los emprendedores del país.

En términos ambientales, Natalia Abello, vicepresidenta Legal y de Sostenibilidad de Promigas, reveló que la compañía despliega sus actividades con un enfoque estratégico centrado en el crecimiento sostenible y la innovación. Por ello, una inversión social estratégica como la planeada es fundamental para el desarrollo sostenible de las comunidades y la licencia social de las empresas. Abello añadió la importancia de la huella ambiental haciendo énfasis en los proyectos productivos que se están emprendiendo con las comunidades, buscando la adecuada convivencia, el aprovechamiento de los recursos naturales para la productividad, con un alto compromiso por la protección y conservación del medioambiente. Razón por la cual explicó que iniciarán un programa de alto impacto ambiental con la reforestación de un millón y medio de árboles para los próximos diez años.

El foro también permitió conocer las iniciativas que están liderando otras empresas colombianas en temas de innovación social como Alpina, Familia y Luker.

Desde Alpina, por ejemplo, se tiene la convicción de que el gran cambio de paradigma para las fundaciones está basado en la filantropía estratégica, “en desarrollar capacidades y en saber medir el impacto y los cambios en nuestras comunidades”, dijo Camila Aguilar, directora ejecutiva de la Fundación. Añadió que esto les ha permitido adaptarse a distintas modalidades para poder llegar a las comunidades. “Eso lo hacemos a través de tecnología y de creatividad que pueda garantizar esa cercanía con nuestros territorios”.

Desde la Fundación Luker señalan que las empresas tienen que entender que lo social no es solo filantropía y que por el contrario aporta a la rentabilidad social y empresarial, y genera valor a la cadena productiva. Por esta razón, desde hace unos años entendieron que la mejor manera de solucionar los problemas era a través del negocio, es decir, desarrollar el concepto del valor compartido entre la empresa y la fundación para que las comunidades que intervengan en su actividad productiva puedan obtener mayores recursos y resolver sus dificultades. “Buscamos que la generación de riqueza sea para todos, no solo para los productores y los industriales, sino para toda la cadena de valor”, puntualizó Pablo Jaramillo, gerente de la Fundación Luker.

Por su parte, Luz Elena Aristizábal, jefe de la Fundación Familia, coincidió con esta premisa al decir que pensar en esa cadena de valor es el pilar fundamental para el progreso. Explicó que solo de esa manera se puede entender que se está generando un bien para la sociedad y para la compañía, por lo cual están convencidos de que la sostenibilidad es el camino correcto. “Hemos buscado constantemente una evolución de procesos y productos a través de las soluciones de aseo que tenemos para garantizar acciones sostenibles que generen valor e impacto para el planeta, la sociedad y la compañía”.

Asimismo, empresas como Ecopetrol, Microsoft, Telefónica, Corficolombiana y la Organización Carvajal vienen impulsando diferentes estrategias que contribuyen a la inclusión, el cierre de brechas, la innovación y la conciencia por el medioambiente. Con esta serie de estrategias buscan mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y los ecosistemas en los que desarrollan sus operaciones.

Este evento finalizó con un llamado para que cada día sean más las empresas que lideren iniciativas que contribuyan a garantizar un futuro más próspero para los colombianos, especialmente las poblaciones más vulnerables.