Barranquilla bajo fuego: la ciudad registra 211 homicidios en lo que va del año

Este miércoles en la madrugada, un grupo de policías recibió un llamado de alerta porque en la vía Barranquilla-Juan Mina permanecía un carro abandonado con las luces encendidas. Los agentes fueron hasta el paraje, que es la entrada la entrada del barrio Pinar del Río y encontraron el cuerpo sin vida de Saúl Andrés Orjuela Rayo, quien, al parecer, fue asesinado en el interior del carro.

El de Orjuela Rayo fue el homicidio 62 en el mes de septiembre en el departamento del Atlántico. Los motivos del asesinato de este abogado de 30 años de edad y su abandono en el interior del vehículo marca Mazda de color azul y placas HEW-040 son materia de investigación, como los de muchos de los casos de esta escalada violenta que vive el departamento, principalmente en el área metropolitana de Barranquilla en los los últimos días, en donde se han registrado 25 de los 62 casos del mes.

Hasta el 30 de septiembre del 2019, el departamento registraba 338 homicidios, en este 2020 van 368, es decir 30 más, según la información publicada por las autoridades. Barranquilla concentra 211 de esos asesinatos de este año, 34 más que en el mismo número de meses del año pasado.

La violencia urbana, a pesar de su gran impacto social en la ciudad y el resto de municipios, ha pasado de agache en medio de la crisis del coronavirus y sus consecuencias socioeconómicas en Barranquilla, en donde la encuesta de Pulso Social del Dane reveló que el 43 por ciento de los habitantes de la ciudad pasó de consumir tres a dos o menos comidas diarias durante la cuarentena.

El mes que termina es, con cifras evidentemente más altas, el de mayor número de muertes violentas, por encima de enero y mayo que registraron 47 y 52, respectivamente.

Para algunos investigadores de la violencia y sus manifestaciones en la región Caribe, esta escalada violenta en Barranquilla y el resto de municipios del Atlántico podría estar relacionada con el accionar de organizaciones armadas ilegales y sus disputas por el dinero de algunas rentas ilegales.

Luis Fernando Trejos, del Observatorio UN Caribe de la Universidad del Norte, cree que la cuarentena causada por la covid-19 golpeó las finanzas de las organizaciones ilegales, ya que el cierre del comercio los privó de ingresos económicos por vía de extorsión y las restricciones a la movilidad, así como el desempleo terminaron afectando la comercialización de narcóticos.

Por lo cual, el investigador dice que es posible, que al relajarse la cuarentena y reactivarse el comercio se esté presentando una competencia criminal por capturar las rentas legales e ilegales presentes en varios sectores del área metropolitana de Barranquilla, lo que termina en hechos violentos.

“Por otro lado, la reciente Alerta Temprana de la Defensoría del Pueblo pone sobre la mesa el evadido debate sobre la presencia de Grupos Armados Organizados que se están disputando el control de territorios en las periferias de Barranquilla”, puntualiza Trejos.