NACIÓN

¿Qué pasa en Barranquilla, el otro foco de covid-19 en la costa Caribe?

Después de Cartagena, es la ciudad con más infectados y muertos en la región. Sin embargo, el alcalde Pumarejo no se opone a que la gente salga a trabajar.

19 de mayo de 2020
El alcalde Jaime Pumarejo Heins durante un recorrido por el barrio Santo Domingo, en Barranquilla. | Foto: Archivo Particular

Mientras algunos representantes de las autoridades nacionales han alzado la voz, con evidencias claras, para pedir que se ponga el foco en el incremento de casos de coronavirus registrados en Cartagena en los últimos días, en Barranquilla, la ciudad vecina, el alto número de infectados y la tasa de muertos va creciendo silenciosamente.

El informe más reciente del Instituto Nacional de Salud, la tarde de este lunes, confirmó 81 nuevos casos de covid-19 y 5 personas fallecidas en las últimas 24 horas en el departamento del Atlántico, con lo que la cifra total se elevó a 1.287 infectados y 51 muertos por el virus. Barranquilla, su capital, concentra 932 infectados y 31 de las personas fallecidas.

El incremento de casos positivos y el número de muertos han abierto una discusión sobre la eficacia de las medidas tomadas por las autoridades locales frente a la covid-19. Discusión que parece avivarse con unas declaraciones recientes del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, quien aseguró que “la única manera de seguir viviendo en sociedad, de seguir dividiendo las labores y no devolvernos a la Edad Media, de seguir interactuando, es convivir con la pandemia y entender que nos tenemos que ir contagiando poco a poco”.

La indisciplina de los barranquilleros ha generado más de 13.000 comparendos por no respetar la cuarentena. En el transporte público se ha visto la falta de cuidado.

Esas palabras, sin embargo, son solo un capítulo más de la polémica que está encendida hace varios días en Barranquilla, por lo que, para tratar de responder inquietudes y calmar un poco las aguas, Pumarejo realizó este lunes la transmisión de una conversación pública, junto a un grupo de científicos y médicos especialistas de la ciudad. El mandatario se defendió de las críticas diciendo que en Barranquilla y el Atlántico se está haciendo la tarea contra el virus e hizo un llamado a la necesidad de que toda la población tenga un comportamiento responsable.

Para algunos ciudadanos, así lo manifestaron en redes sociales y en sondeos de medios de comunicación locales, las palabras del alcalde se podrían interpretar como la aceptación de que las medidas preventivas tomadas por su administración no fueron eficaces. Para otros, es una lectura realista de la forma como se propaga el virus y una estrategia para crear conciencia de que se va a quedar por largo tiempo.

“De las 7.300 pruebas que se han tomado tenemos 917 contagios confirmados. Eso quiere decir que la gran mayoría de pruebas que realizamos resultan negativas, pero lo más interesante es que de los 917 confirmados 33 personas están en hospitalización y 7 están en UCI. Es decir, de los totales solo el 4 % resulta en hospitalización y el 1 % en UCI. Esa es la tasa que debemos estar mirando día a día, porque esa es la tasa que nos dice si podemos responder clínicamente”, dijo Pumarejo.

Una de las críticas más fuertes que ha recibido Pumarejo es por los seguidos cambios en la medida de pico y cédula,  la cual ha sido modificada en cuatro ocasiones; la más estricta de estas restringió la salida de los habitantes de la ciudad a un día cada dos semanas.

Los mensajes ciudadanos parece que empezaron a ser escuchados por Pumarejo y su equipo. Este martes el alcalde realizó recorridos por algunos de los barrios con más casos de contagios para hablar con los habitantes, regalar tapabocas y cintas que los ayuden a delimitar las zonas de sus casas.

Pumarejo, aquí en un recorrido barrial, dice que es consciente de que la gente debe trabajar.

Eso sí, contrario a lo que mucha gente piensa, el alcalde cree que el número de contagios en Barranquilla, aunque ha aumentado, va bien y sigue controlada porque la tasa de hospitalización y de fallecimientos es baja. “Es un falso debate escoger entre la economía y la muerte. El que tenga que salir a trabajar, que lo haga de la forma más responsable", dijo en declaraciones a medios locales.

La indisciplina social también ha desempeñado un papel decisivo en el incremento de casos de coronavirus en Barranquilla. Por ejemplo, solo entre el 25 de marzo y el 13 de abril, la Policía Metropolitana de Barranquilla reportó 9.808 comparendos a personas que incumplieron las medidas de aislamiento. El 3 de mayo la cifra llegaba a 13.595.

Un claro ejemplo del ambiente que ha vivido la ciudad durante el aislamiento fue la suspenión del servicio del sistema de transporte masivo, Transmetro, el pasado 2 de mayo y durante tres días, luego de que el alcalde regañara a los operadores y usuarios por no cumplir la restricción de usar solo el 35 por ciento de la capacidad de los autobuses. "Bien hecho", dijeron algunos. Otros creyeron que la administración distrital se lavaba las manos y dejaba toda la responsabilidad sobre la gente.

Tratando de cambiar la estrategia, Pumarejo dijo en las últimas horas que “no existirán policías ni multas suficientes para regular a la gente. Además, las familias necesitan generar ingresos, tenemos que manejar otros modelos para tratar el virus en la ciudad”. Lo que dejó la puerta aún más abierta a la reactivación económica de la capital del Atlántico y ha generado múltiples preguntas en sus habitantes.

El nuevo discurso incluyó mensajes de personajes reconocidos y queridos en la ciudad como Carlos “El Pibe” Valderrama, quien apareció en un corto video publicitado por la Alcaldía, en el que invita a la población a usar tapabocas, lavarse bien las manos y cumplir las medidas en el momento de salilr a la calle.

El debate sobre el manejo de la pandemia en Barranquilla está abierto, como en muchos otros lugares del mundo. Lo que sí está claro es que esta discusión ha creado unas pequeñas grietas en la comunicación entre la comunidad y la administación de Pumarejo. Situación nueva en los últimos 12 años de dominio absoluto del grupo político liderado por la familia Char, al que pertenece el actual mandatario, y que mantuvo a sus predecesores en una luna de miel constante y una alta aprobación, según las encuestas.