NACIÓN
Barranquilla, una ciudad con alta informalidad, lanza fondo para crear 3.000 empleos para jóvenes
La administración distrital anunció que creará un fondo de 5.000 millones para el programa.
Más del 60 % de los habitantes en edad productiva de Barranquilla trabajan en la informalidad, es decir, que sus ingresos dependen de actividades no reguladas y callejeras. La situación es muy crítica en la capital del Atlántico, en donde a pesar de los avances en materia de infraestructura las administraciones recientes no han podido desarrollar programas laborales efectivos.
Sin embargo, según los expertos, esa informalidad rampante ha hecho que la capital del departamento del Atlántico haya registrado la tasa de desempleo más baja el pasado mes de marzo entre las principales ciudades del país con solo el 10,2 %, según las cifras entregadas por el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE).
En datos precisos, Barranquilla registró 847.000 personas ocupadas. Pero según informes recientes del mismo Dane, 6 de cada de 10 de estas personas, muchos de ellos jóvenes, trabajaban en la informalidad.
Por eso, en medio de la difícil situación laboral de la ciudad por la tercera ola de la pandemia del coronavirus, más los problemas de seguridad que afronta, el reciente anuncio del lanzamiento del programa que busca crear 3.000 nuevos empleos para la población juvenil cae como una muy buena noticia.
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El plan, según contó el alcalde Jaime Pumarejo, consiste en otorgar incentivos financieros a las empresas que vinculen jóvenes sin experiencia laboral, con lo que se espera la creación de esos 3.000 primeros empleos formales en la ciudad.
“La Alcaldía hará un aporte con el objetivo de que las empresas aceleren la contratación de esta población, a través del cual se subsidiará parte de la nómina correspondiente a los nuevos puestos de trabajo de las personas entre los 18 y 25 años durante mínimo seis meses, garantizando sus prestaciones y seguridad social, así como los auxilios a los que haya lugar”, explicó.
La idea es que la administración distrital financiaría hasta la mitad de un salario mínimo legal vigente por cada puesto de trabajo creado, para lo que será creado un fondo de $5.000 millones, repartidos en subsidios a los empresarios de hasta 400.000 pesos por cada joven que contraten, que nunca haya trabajado antes formalmente, de edad entre 18 y 25 años.
“Esta iniciativa coincide con el anuncio del Gobierno nacional de brindar un subsidio de hasta el 25% de un salario mínimo. De esa manera, y en concordancia con esos subsidios, esperamos estar generando más de 3.000 o 4.000 empleos en Barranquilla, y llegando a la base, es decir, a los estratos más vulnerables y tratando de darles a ellos un mayor impulso o subsidio a las empresas para que hagan el esfuerzo y contraten a esas personas que normalmente no son visibles en el mercado laboral porque les cuesta o porque no han tenido el entrenamiento adecuado”, agregó Pumarejo.
El mandatario local destacó que el proyecto cuenta con un enfoque diferencial incluyente, el cual contempla un mayor porcentaje de incentivos financieros para la contratación de jóvenes con discapacidad, mujeres y minorías étnicas.
El secretario distrital de Desarrollo Económico, Ricardo Plata Sarabia, fue más directo y dijo que el proyecto busca hacerle frente a uno de los principales inconvenientes con los que se encuentran los jóvenes en la búsqueda de empleo, que es la falta de experiencia laboral. Además, que “le apunta a dinamizar el mercado laboral juvenil y a reducir la tasa de desempleo de esta población en la ciudad”.
Por su parte, el gerente de Desarrollo Social, Alfredo Carbonell, declaró que este proyecto también contribuirá a reducir las brechas de inequidad en Barranquilla.
En consecuencia, todos aquellos jóvenes entre 18 y 25 años pueden participar, y no es necesario contar con experiencia laboral. (El periodo de prácticas profesionales no será tenido en cuenta). En el caso de las empresas o empleadores que quieran vincularse a la Unidad de Primer Empleo Juvenil deberán cumplir con las siguientes condiciones: garantizar la vinculación de los jóvenes a un empleo formal, a través de un contrato laboral con prestaciones sociales, seguridad social y auxilio de transporte (en caso de aplicar). El contrato NO podrá ser para el desempeño de prácticas laborales y debe ser de mínimo seis meses en la organización; además, se otorgará mayor porcentaje de incentivos financieros para los empleadores que vinculen jóvenes con discapacidad, mujeres o minorías étnicas.
“Se deberá demostrar la creación de nuevos puestos de trabajo; es decir, el empleador deberá ofrecer vacantes que no existan en su nómina actual, para lo cual deberá presentar certificados que sustenten la regularidad del pago de impuestos y contribuciones”, explicó Pumarejo.