¿Bien público o privado?: la discusión por las restricciones para fotógrafos en el Malecón de Barranquilla

El Gran Malecón del Río es el sitio turístico de moda en Barranquilla, locales y turista lo visitan a diario para caminar a orillas de las aguas del Magdalena, hacer deporte, compartir en familia o para comer en su zona de restaurantes.

Según cifras oficiales, desde su inauguración en 2017 hasta diciembre del año pasado lo habían visitado más de 10 millones de personas. Sin embargo, una nueva polémica gira en torno a esta zona luego de que algunos usuarios reportaran a través de redes sociales que nos les habían permitido usar sus equipos fotográficos durante el recorrido por el lugar, “por no contar con la autorización correspondiente”.

El hecho ha generado una polémica local y pronunciamientos de diferentes profesionales de la fotografía en la ciudad, quienes expresaron su desacuerdo con las nuevas restricciones al considerar que se limitan sus trabajos en un sitio público y que “todos los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos”.

Y es que las restricciones anunciadas incluyen el posible cobro de un valor por el uso del espacio.

En respuesta a las quejas, Ricardo Vives, gerente del Centro Puerta de Oro, que tiene a cargo la administración del malecón, dijo que El Distrito de Barranquilla reiteró que las restricciones no aplican para la toma de fotografías personales, sin importar el tipo de equipo que se use o el tamaño de la cámara.

Pero Vives dejó claro que todo aquel que quiera realizar tomas profesionales o con fines comerciales deberá avisar con varios días de anticipación al operador del sitio para que sean establecidos los protocolos para dichos trabajos.

Para algunos líderes de opinión, como periodistas, historiadores e investigadores, la decisión de Vives no solo es ilógica sino que además va en contra de sus competencias legales, al tratarse de un espacio público, porque "el Malecón no es extensión del Centro de Eventos Puerta de Oro”.

La Alcaldía de Barranquilla, por su parte, quiso bajarle el tono a la polémica y a través de un comunicado esta semana señaló que “no hay restricción alguna para la toma de fotografías personales y familiares en el Gran Malecón del Río y que el único requisito es no quitarse el tapabocas porque esta es una medida de protección personal para evitar contagios por covid-19”.

Eso sí, la administración distrital indicó que al estar constituido oficialmente bajo el Registro Nacional de Turismo número 46722, el Gran Malecón tiene el compromiso de darle cumplimiento a las normas establecidas, entre ellas el Código Ético Mundial para el Turismo.

En términos más sencillos lo que quiso decir es que todo tipo de producciones profesionales de fotografía y video, ahora tienen que firmar una carta de compromiso sobre el buen uso de las imágenes registradas.

Además, para este tipo de trabajos se deberá pedir un permiso con anticipación, minino siete días antes de iniciar la producción, en el que tiene que especificar la duración de la actividad, la cantidad de personas del equipo, el espacio requerido. Con esto la administración del Malecón determinará si aprueba o no los horarios en que se tiene pensado trabajar y los posibles montajes.

“El personal de logística y montaje debe presentar su ARL y, de ser necesario, cumplir con los permisos que se generen por la actividad a desarrollar. El espacio solicitado debe quedar en perfectas condiciones y libre de basura. Está estrictamente prohibido intervenir el piso, utilizar árboles y jardineras”, señaló la Alcaldía de Barranquilla.

Lo anterior hace parte de las condiciones de uso, pero lo que llamó la atención de otros ciudadanos es que en el comunicado oficial la alcaldía establece que el alimento que van a consumir los miembros del equipo de producción que vayan a realizar un trabajo en el malecón deberán comprar de forma obligatoria los productos en los locales “del Gran Malecón y el mercado gastronómico Caimán del Río. Es decir, no se permite disponer de refrigerio o hidratación por parte de terceros”.