BOGOTÁ

Ocho cosas que el SITP debe cambiar

El Sistema Integrado de Transporte de Bogotá está prácticamente colapsado. Genera pérdidas financieras y dolores de cabeza a los capitalinos. ¿Qué hacer?

29 de abril de 2016
SITP mueve cerca de seis millones de viajes en cada día hábil. | Foto: Archivo SEMANA

El alcalde Enrique Peñalosa acaba de anunciar la declaratoria de incumplimiento a las empresas Coobus y Egobus, operadores seleccionados en 2010 para cubrir el servicio en Fontibón, Perdomo y Suba-Centro, y en las que se debería prestar el 30 por ciento del transporte zonal de toda la ciudad.  Dicha decisión es crucial para el futuro del SITP, que viene registrando resultados financieros negativos para el Distrito. 

Los problemas del SITP –que depende de TransMilenio– vienen desde su nacimiento a finales de la década pasada. En 2010, en la Alcaldía de Samuel Moreno, se establecieron pocos requisitos para que las empresas operaran las 13 zonas en las que fue dividida la ciudad. El caso de Ecobus y Coobus es un ejemplo: ambas fueron integradas por pequeños propietarios que entregaron sus buses y su patrimonio a administradores que no alcanzaron la solidez financiera para operar.

La decisión sobre estas dos firmas constituye el primer paso para que el SITP contribuya a solucionar la pésima movilidad de la ciudad. Estos son los restantes: 

1. Aumentar las troncales

De los cerca de seis millones de viajes que el SITP mueve en cada día hábil, apenas 2,4 millones se transportan por el servicio troncal (con carriles exclusivos). Los restantes se mueven por el servicio zonal del SITP (buses azules) y el transporte convencional, reunido en el llamado SITP provisional.

El sistema troncal debe ser más eficiente que el zonal. Mientras que este último está sometido a los trancones y transita a 13 kilómetros por hora, el troncal se mueve a 24, es decir, un 76 por ciento más rápido. Por ello, se deben construir más de 250 kilómetros de troncales nuevas (más del doble de los  que existen hoy), y armonizarlas con el proyecto del metro. Construir las troncales tomaría 12 años y la administración Peñalosa se ha comprometido a avanzar en tres.

2. Aumentar la cobertura del SITP

El SITP provisional, establecido por la anterior Alcaldía, es en realidad una extensión del transporte convencional de la ciudad. Los vehículos transitan por la ciudad sin respetar los paraderos y recibiendo dinero en efectivo como pago. Este sistema representa aproximadamente 1,5 millones de viajes diarios, es decir, un 25 por ciento del total de los viajes de la ciudad.

TransMilenio, que se comprometió a dar cobertura en las zonas no atendidas a partir del segundo trimestre de 2017,  deberá definir la forma de extender el servicio de los buses azules para cubrir los viajes que hoy realizan los tradicionales. 

3. Mejorar la eficiencia de los buses

Los usuarios de un sistema de transporte requieren que este sea predecible. Miles de bogotanos insisten en que las rutas no pasan con la frecuencia que debieran por sus barrios o, lo que es peor, no llegan. Es imprescindible ajustar las rutas a los criterios de movilidad de los bogotanos. 

4. Más puntos de recarga

Actualmente hay 3.700 puntos de venta y recarga de la tarjeta Tullave, pero son insuficientes y no existen en algunas zonas. Así, por ejemplo, en la carrera Séptima, entre Chapinero y la 127, no hay ningún lugar de recarga. Aumentar los puntos es una tarea urgente en la que la actual administración debe trabajar. 

5. Zanahoria y garrote en carriles preferenciales

Es normal ver carriles preferenciales, como los de la Séptima o Las Américas, ocupados por carros particulares, taxis y buses tradicionales. Hay que contrarrestar esta situación con campañas pedagógicas y sanciones efectivas para quienes invadan los carriles destinados exclusivamente a los buses. 

6. Informar al usuario

Muchos bogotanos no entienden las rutas, ni los recorridos que realizan. Así mismo, los letreros no son claros y es difícil saber en dónde están los paraderos para cada tipo de bus. TransMilenio deberá trabajar en este frente y lograr que los bogotanos entiendan el sistema. 

Actualmente, los usuarios tienen la opción de descargar la aplicación ‘TransmiSitp’ en sus celulares para planificar los recorridos, conocer los paraderos e identificar los puntos de recarga cercanos. Además, la plataforma está habilitada por en la Web. El Distrito debe esforzarse para que los bogotanos usen la herramienta y planifiquen sus viajes antes de salir de casa.

7. Garantizar la sostenibilidad financiera

Dar cobertura a toda la ciudad, acabar con los buses piratas o ilegales, y mejorar la eficiencia de las rutas debería optimizar la situación financiera de los operadores del SITP y evitar que el Distrito pierda 800.000 millones de pesos anuales. Solucionar esta situación requiere invertir más de dos billones de pesos que deberán ser presupuestados por la Alcaldía y el Concejo. “Encontramos el SITP como un enfermo en coma al que se le debe aplicar un tratamiento severo y de forma inmediata, la gravedad no da espera”, afirma Alexandra Rojas, gerente de TransMilenio.

8. Transporte inteligente

En pleno 2016, Bogotá debería tener un sistema de transporte que aproveche al 100 % los sistemas de geolocalización (GPS). En las grandes urbes, los sistemas de transporte de buses tienen centros de mando donde saben en qué lugar está cada bus, cuánto tarda en llegar a su destino y, sobre todo, qué debe hacer para que el recorrido sea más eficiente.

El Distrito debe apostar por tener centros de mando unificados y sacarle todo el jugo a los sistemas GPS y analizar la información (data) que arrojan los propios usuarios para saber cosas como los paraderos donde más se necesitan buses o las zonas menos densificadas. La tecnología está, simplemente se trata de aprovecharla.