NACIÓN
Taxistas ahora amenazan con “paralizar el país”
Una nutrida caravana de taxis recorrió las calles de la capital y se plantó en el Ministerio de las TIC. Exigen al Gobierno sacar a Uber de las calles.
La molestia de los taxistas por la competencia que les creó el servicio de Uber en Bogotá no se detiene. Este miércoles, desde las 5:00 de la mañana, cerca de 2.000 conductores de vehículos amarillos salieron a las calles para protestar contras los carros particulares que prestan servicio público a través de aplicaciones. Su objetivo es uno solo. Que el Gobierno los escuche, se pronuncie y saque de las calles a los Uber, que califican como ilegales.
“Es momento de que nos digan qué pasará. Si Uber se legaliza y continúa como está, pues listo, que nos avisen y todos empezamos a comprar carros particulares y prestamos ese servicio, que sale mucho más rentable”, manifestó Hugo Ospina, uno de los líderes del gremio en Bogotá, en diálogo con Semana.com.
Los taxistas aseguran que en los recientes dos años han empezado a trabajar cerca de 30.000 vehículos de la plataforma especial de Uber en la capital, lo que ha ocasionado que la ciudad esté colapsada y que “el negocio en el que hemos trabajado durante años ya no genere siquiera los ingresos mínimos”.
Tal ha sido el descontento de los ‘amarillos’, que en las últimas semanas han bloqueado el tránsito de los Uber y hasta montaron unos ‘bloques de búsqueda’ para detectar los carros especiales y evitar que los bogotanos acudan a ese servicio.
Como esa estrategia fue interpretada como “justicia a mano propia”, los taxistas decidieron entonces recorrer las calles y plantarse en las afueras de la sede del Ministerio de las TIC en el centro de Bogotá.
Allí reclamaron a esa cartera por haber incumplido, según Ospina, la promesa de desactivar la plataforma tecnológica de Uber en Colombia.
“También queremos recalcar a los bogotanos, por medio de una protesta pacífica, que los conductores de Uber prestan un servicio que no está autorizado”, explicó Ospina.
De igual forma, el líder del gremio es reiterativo en manifestar que esta plataforma pone en riesgo a los mismos conductores y a los pasajeros. “Yo me pregunto, ¿hay una contratación laboral? ¿Les pagan seguridad social a los conductores? ¡No!”
Y agregó: “¿Uber tiene un seguro? ¿Cómo le responderá al ciudadano si ocurre un accidente? Esto es un peligro para todos (…) Lo más preocupante es que Uber ha manifestado que no aceptará ningún tipo de reglamentación como empresa de transporte. Entonces, ¿esto hasta dónde va llegar?”
Si el Gobierno no les da una pronta respuesta, el gremio ya sabe cuál es el paso a seguir. Entre los días lunes y martes de la próxima semana se reunirán todos los sindicatos de taxistas del país para coordinar un paro nacional.
Demostración de poder
No es casualidad que los taxistas se manifiesten a cuatro días de una elección trascendental para Bogotá. El gremio sobresale por su organización y por la capacidad para convocar móviles, no por nada el reconocido líder gremial, Hugo Ospina, siempre afirma que “ellos pueden paralizar el país en menos de cinco minutos”.
Pero las elecciones no son la única coyuntura. De acuerdo con lo que anunció el vicepresidente Germán Vargas Lleras, en el mes de noviembre se conocerá el polémico decreto que dirimiría la disputa entre los taxistas y Uber. Aunque los detalles del documento siguen siendo un secreto, el gremio amarillo sabe que en las calles puede ejercer presión para que la balanza se incline a su favor.
Lo cierto es que el transporte individual tendrá cambios significativos en los próximos meses y los taxistas están moviendo sus fichas para que el negocio siga beneficiándolos. Las decisiones que tome el Gobierno en los próximos días tendrán una repercusión en las calles de Bogotá. El próximo alcalde tendrá una papa caliente en los primeros días de su mandato.