Bogotá

Bogotá, ¿una ciudad convertida en un parqueadero a cielo abierto?

Residentes de Chapinero denuncian desorganización en la implementación del pago porque en vía y en otras zonas de la ciudad los carros y motos se apoderan a su antojo del espacio público.

13 de marzo de 2022
A principios de marzo la Terminal de Transporte habilitó la segunda zona de parqueo en vía en Chapinero.
A principios de marzo la Terminal de Transporte habilitó la segunda zona de parqueo en vía en Chapinero. | Foto: Terminal de Transporte

Bogotá es un verdadero parqueadero a cielo abierto. Esa es la conclusión de muchos habitantes de esta ciudad que han visto cómo las calles y andenes de sus barrios se convirtieron en un estacionamiento al aire libre en el que carros y motos se apoderaron del espacio público.

Para contrarrestar esta realidad, que no es de ahora, el Distrito implementó desde noviembre del año pasado la estrategia del pago por parqueo en vía pública iniciando en la localidad de Chapinero, donde se demarcaron varias zonas para que los vehículos hagan uso del espacio.

Y aunque esta iniciativa lo que busca es mejorar la movilidad y promover una cultura vial, lo cierto es que cuatro meses después de iniciado este programa son más las falencias que los aciertos y de momento las personas siguen parqueando a su antojo, no solo en Chapinero sino en toda la ciudad.

A principios de marzo la Terminal de Transporte habilitó la segunda zona de parqueo en vía extendiendo los lugares habilitados desde la Calle 72 hasta la Calle 100, entre la Carrera Séptima y la Autopista Norte, pero en esta localidad el común denominador es la desorganización y la falta de control a los que parquean tanto en las cajas habilitadas como en los lugares no permitidos.

“Hay desorden a la hora de parquear porque ha faltado mucha pedagogía, aunque eso no significa que el programa no tenga sentido hacerse, el error ha estado en que inicialmente el proyecto era a una escala menor y posteriormente lo ampliaron, pero no se informó adecuadamente y esto ha generado traumatismos en la zona”, aseguró Omar Oróstegui, director de Futuros Urbanos.

Esta problemática de que Bogotá es un parqueadero a cielo abierto es reconocida por la propia gerente de la Terminal de Transporte, Ana María Zambrano, quien explicó que el objetivo de este programa es precisamente contrarrestar ese fenómeno.

“Las Zonas de Parqueo Pago son una solución de movilidad que buscan ordenar el espacio público en beneficio de todos los ciudadanos, particularmente de los peatones que se ven afectados por vehículos estacionados en los andenes. Estas zonas funcionan en lugares donde ya se presentaba estacionamiento en vía pública. Lo que hizo el sistema fue regular y ordenar el estacionamiento en estas zonas y cobrar por el uso del espacio público”, afirmó Zambrano.

No está en duda que el pago por parqueo en vía deba implementarse, pero por ahora la realidad dista mucho del imaginario que se busca con esta medida, pues basta con hacer un recorrido por la propia localidad de Chapinero, donde los carros mal parqueados fácilmente completan filas de hasta dos cuadras en lugares en los que no está permitido, sin contar otras zonas de Bogotá donde la problemática es peor.

Germán Sarmiento, activista y líder del programa ciudadano Cebras por la Vida, dijo que una mala señal de lo que Bogotá está haciendo como ciudad “es permitir que los carros y motos se estacionen en los andenes, en el espacio de los peatones, el actor más vulnerable”.

Dijo que con la medida de pago de parqueo en vía “el Distrito debe ser muy exigente para que estos espacios se respeten, sobre todo cuando en Bogotá es muy normal que la gente estacione sus vehículos, incluso, en las ramplas de acceso”.

En términos generales, Sarmiento asegura que la implementación de las Zonas de Parqueo Pago es buen inicio para cambiar la cultura ciudadana y de lograr una mejor implementación, el programa podría dar buenos resultados, pero siempre partiendo de la premisa que la implementación se haga en lugares que no afecten la movilidad.

No obstante, el parqueo irregular en las vías no es un mal menor, es un asunto que agrava la ya alarmante problemática de movilidad que vive la ciudad, pues como bien lo señala Omar Oróstegui.

“Bogotá se está convirtiendo en un parqueadero a cielo abierto, porque se ha subestimado el crecimiento del parque automotor; porque se le ha prestado poca atención al parqueo en andenes, sobre todo de motos; porque no hay suficiente oferta de parqueaderos en conjuntos residenciales, y porque hay una alta dependencia del vehículo privado ante la deficiente calidad del transporte público”, dijo.

El proyecto Zonas de Parqueo Pago se extenderá por 17 zonas de la ciudad llegando a localidades como Usaquén, Barrios Unidos y Santa Fe, entre otras, y se espera que el Distrito por fin garantice una mejor movilidad en la ciudad o que por lo menos le dé un buen manejo a los recursos que se recauden, pues ni la propia Terminal de Transporte dio información de cuánto es el total recaudado hasta la fecha.