TURISMO
Bogotá, uno de los mejores destinos para viajar según 'The New York Times'
El diario estadounidense incluyó a la capital colombiana entre los lugares más atractivos para viajar en este año. La califica como una ciudad “hermosa y compleja” y “necesaria para entender el país”.
Cada año el diario estadounidense New York Times hace una lista con los mejores 52 lugares para visitar. En la edición de 2018, Colombia quedó incluida en esta lista como el segundo destino turístico más atractivo del año gracias a la conclusión del conflicto armado con las Farc.
El primer sitio elegido por Jada Yuan, la periodista encargada para visitar los 52 sitios y hacer registro de sus viajes, fue Bogotá. Ciudad a la que calificó como “hermosa y compleja” y, a pesar de no considerarla un destino turístico típico, resalta su riqueza e invita a sus lectores a conocerla.
La escritora hace un especial énfasis en el fin del conflicto con las Farc como factor importante para que el país impulse el turismo. Reseña que todavía hay medidas de seguridad que tomar, sin embargo, asegura que este es un lugar que la ha enamorado.
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“La riqueza abunda en Bogotá, desde su arte callejero que retrata una historia de conflicto armado hasta las colinas imponentes de la reserva forestal al costado de su borde oriental. Además, es un lugar ideal para entender a Colombia”, explica.
Yuan compara a Bogotá con Milán pues es una ciudad en la que las personas les gusta trabajar y vivir. Llama la atención en que ningún bogotano la recomendaría a los turistas, sin embargo, ella la encuentra una ciudad divertida y más que valiosa para visitar.
“Estaba lo suficientemente enamorada que decidí extender mi viaje de seis a siete días”, escribió.
Uno de sus lugares favoritos dentro de la ciudad es Andrés Carné de Res. La periodista asegura que el restaurante es uno de los más llamativos en los que ha estado. Destaca la decoración basada en la ‘Divina Comedia’ e invita a visitar la sede de Chía si se quiere disfrutar una de las mejores ‘rumbas’ de la ciudad.
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“Corazones rojos que brillan, iconografía católica y candelabros de techo de hierro forjado con focos de distinto color son solo parte de la decoración de esta pequeña cadena de restaurantes donde más es más”, es la descripción de Yuan.
Otro de los sitios que conquistó a la periodista fue el Mercado de las Pulgas de Usaquén. Lo distingue como un “encantador barrio colonial”, por lo que convoca a sus seguidores a adquirir artesanías y a probar la comida local que se consigue en esta feria.
“No se pierdan los puestos de comida, que ofrecen de todo: desde un pastel de cinco capas hasta mazorcas asadas, bañadas de mantequilla y sal”.
En cuanto a los museos su favorito fue el Museo del Oro de Bogotá en donde se encuentra la colección más grande de objetos prehispánicos del mundo y queda en evidencia la avaricia de los españoles luego de la Conquista.
“Aprenderás sobre las vidas espirituales de las tribus indígenas colombianas que creían que el oro contenía la energía del Sol y no le daban ningún valor monetario”.
Otro aspecto de la ciudad que valora la periodista de Nuevo México es el común uso de la bicicleta como medio de transporte por parte de los bogotanos por lo que también invitó a hacer un paseo en la ciclovia como una interesante alternativa para conocerla.
“Bogotá se lleva el crédito de ser la primera ciudad en tener una ciclovía y conserva esa distinción, ya que todos los domingos cierra varias calles para que la usen exclusivamente ciclistas, peatones e incluso acróbatas”.
Uno de los aspectos que más llamó la atención de la periodista fueron las plazas de mercado -Paloquemao y el 7 de agosto- y la variedad de frutas que allí se ofrecen.
“Entre mis favoritas estuvieron la pitahaya amarilla; la granadilla; la chirimoya, cuya pulpa es blanca y envuelve semillas negras que no son comestibles; el mangostino, un bulbo violeta que tiene gajos dulces, y la uchuva, que tiene un aspecto similar al de las cerezas anaranjadas, crece en vainas y sabe a gloria. Pero la mejor de todas es el lulo: un cítrico que parece kiwi. Se suele cortar en cubos y mezclar con agua, limón y azúcar, en una bebida que recibe el nombre de lulada, tan espesa que hay que comerla con una cuchara. Sueño con ella a diario”.
En lo referente al arte destacó Vive Zapereco una obra sobre la cultura de los llanos orientales a la que asistió en el Teatro Colón. “Los bailes fueron maravillosos: zapateados rítmicos y rituales de cortejo entre hombres vestidos de llaneros en tonos oscuros y mujeres en coloridas faldas que se levantaban hasta la cintura cuando ellas giraban. Cuando el público comenzó a zapatear al unísono, todo el piso tembló, como un terremoto de aprecio al arte”.
Además destaca que la capital es una ciudad en la que se puede conseguir colaboración de las personas sin dificultad. “Durante los días que estuve en Bogotá, tuve la sensación de que podía recurrir a cualquiera en la calle y obtener ayuda de inmediato”.
Esta es una muestra de la relevancia del fin de conflicto con las Farc con respecto al turismo y cómo los sitios que ya son paisaje y costumbre para los colombianos pueden generar gran impacto entre los visitantes extranjeros.