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Bojayá: Varios exguerrilleros de las Farc reconocieron su responsabilidad en la masacre ante la JEP

La masacre de Bojayá ocurrió el 2 de mayo de 2002.

26 de enero de 2022
Las urnas con los restos de las ciento una víctimas de la masacre de Bojayá, antes de la ceremonia en la que fueron entregados a sus familiares en noviembre de 2019. Foto: Raúl Arboleda | AFP.

Varios exguerrilleros de las desmovilizadas Farc reconocieron su responsabilidad en la masacre de Bojayá, que tuvo lugar el 2 de mayo de 2002 y en la que murieron 117 personas.

Los antiguos miembros de la extinta guerrilla Fancy María Orrego, Luis Oscar Úsuga Restrepo, José Ignacio Sánchez Ramírez, Vianey de Jesús Hernández, Pedro Baracutao García Ospina y Nelson Elías Benites Urrego entregaron su versión sobre lo ocurrido ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Todos ellos formaron parte del Frente 34 del Bloque José María Córdoba de las Farc, que operó desde 1987 en Urabá, según información de la emisora Caracol Radio. Además, admitieron su responsabilidad en diferentes actos guerrilleros y asesinatos.

En ese sentido, reconocieron la autoría por parte del grupo de la toma de Uramita, en el departamento de Antioquia, que tuvo lugar el 8 de junio de 1991 y en la que fueron secuestrados varios miembros de las fuerzas colombianas.

Asimismo, aceptaron su participación en la organización y ejecución de ataques y hostigamientos a las fuerzas militares, entre las que se encuentra una emboscada realizada en la vereda Tacidó, de Mutatá, en 1999.

Entre los hechos reconocidos también están las tomas guerrilleras a los puestos de Policía de poblaciones como Santa María la Antigua del Darién (1987); Balboa (1989); Acandí, en Chocó (1993), y San Pedro de Urabá, en Antioquia (1994), entre otros ataques.

La antigua guerrilla ha pedido perdón en varias ocasiones por esta masacre, incluso durante las negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz entre las Farc y el Gobierno, que se materializaron finalmente en 2016.

La matanza de Bojayá se produjo cuando los guerrilleros lanzaron un cilindro bomba que cayó sobre una iglesia donde se refugiaban centenares de civiles, lo que dejó al menos 117 muertos —entre ellos 47 niños—.

El suceso se produjo durante enfrentamientos entre los subversivos y paramilitares del Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que pretendían mantener el control en la zona.

Este hecho quedó marcado en los registros de la historia del país como uno de los más violentos de los años de conflicto y permanecen en la memoria colectiva, que incluso a generado acciones de perdón individuales por parte de miembros de las antiguas Farc, hoy reincorporados a la vida civil.

Para mantener viva su memoria y como un acto para que no se vuelvan a repetir este tipo de actos, el Senado de la República aprobó en 2020 un proyecto de ley que establece que el 2 de mayo de cada año se conmemorará el Día de las Víctimas de Bojayá.

“Este es un empeño por construir paz y memoria, es una ley en memoria de todos los hombres, mujeres, niños y niñas que fueron asesinados el 2 de mayo de 2002″, dijo en ese momento la representante a la Cámara María José Pizarro, quien es autora de la iniciativa.

Agregó que “es una ley de homenaje a la comunidad de Bojayá. Es una ley de memoria para todos los hombres, mujeres, niños, niñas, abuelos, abuelas, que fueron asesinados trágicamente el 2 de mayo del 2002″.

“El ejercicio de rememorar y engrandecer a las víctimas de Bojayá permite a la comunidad completa tener una dimensión de dignificación moral, ya que no solo nos enseñan cuánto sufrieron, cuánto fue el dolor, cuánto fue la pérdida, si no, también, nos enseñan cómo resistir y afrontar la situación; ese reconocimiento público a su resistencia y resiliencia es muy importante para la reparación de las víctimas”, manifestó en aquel entonces Pizarro.

Con información de Europa Press.