PROTESTAS

Las seis deudas históricas por las que protestan en Buenaventura

A los bonaverenses les sobran las razones para salir a las calles: piden soluciones para problemas estructurales como la pobreza o el servicio de agua.

22 de mayo de 2017
| Foto: EFE

Buenaventura es una clara contradicción, por un lado es el puerto más importante de Colombia y por el otro uno de sus municipios más pobres. La riqueza que sale no entra. Por eso, los bonaverenses, que contados por el Dane suman casi 400.000, decidieron salir a las calles, parar el comercio y reclamar desde el pasado 17 de mayo.

Un día después fueron oídos por el Gobierno, se reunieron, pero al final de la tarde no hubo acuerdo. Ellos querían que se declarara emergencia económica, pero el Gobierno descartó la propuesta argumentando que no es un caso que requiera una medida extraordinaria de tal calibre, como sí ocurrió con Mocoa.

Los desmanes que se presentaron el pasado viernes, en el que más de 80 personas fueron capturadas, restaron puntos. “Hemos trazado una hoja de ruta mediante el diálogo para ir solucionando los principales problemas del Puerto, pero lamentablemente las cosa de radicalizaron y esto derivó en los saqueos al comercio“, explicó Alfonso Prada, secretario General de la Presidencia. Sin embargo, tal como reveló Semana.com, hombres armados con fusiles y pistolas habrían infiltrado la protesta.

En Buenaventura hay razones de sobra para protestar, pero estas son algunas de las más importantes y las que han conseguido que sus habitantes inunden las calles para pedir soluciones reales.

Pobreza

En este punto hay dos cifras que da el Dane para retratar la realidad. Mientras el Índice de Pobreza Multidimensional a nivel nacional es de 49%, Buenaventura tiene el 66%, esta es una medición más completa puesto que no contempla solamente el ingreso monetario a los hogares sino también refleja el grado de privación de las personas en un conjunto de dimensiones. La otra cifra preocupante la arroja el Índice de Necesidades Básicas de personas pobres que es de un 36%, es decir tres veces mayor que el de Cali. Como si fuera poco, se calcula que el 64% de la población urbana y el 91% de la rural son considerados pobres, y que el 9,1% vive en condiciones de miseria.

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Salud

Buenaventura no tiene un hospital de tercer nivel, ni siquiera uno de segundo nivel, el más importante es el Hospital Luis Ablanque de La Plata, el cual no tiene la capacidad para atender a toda la población. En Buenaventura literalmente “no hay cama pa’ tanta gente”, algunos enfermos incluso son atendidos en la Clínica Santa Sofía del Pacífico que es privada, pero allí tampoco dan abasto. Finalmente son remitidos a Cali pero esto trae consigo otras implicaciones. “La gente se muere en el camino, en la vía Cali están construyendo la doble calzada y a veces hay problemas de derrumbes”, explicó Jesús Hernando Rodríguez, personero. A quienes logran llegar se les atraviesa en el camino la dificultad para sobrevivir en la capital mientras su familiar es atendido.

Consulte: Los penosos escándalos del hospital en Buenaventura

Agua

“No tenemos agua potable en nuestras casas como en el mundo moderno, no, a nosotros nos toca luchar para tener agua”, explica un bonaverense. Y es que a pesar de la riqueza hídrica con la que cuenta el puerto, el agua llega de forma intermitente. Tal como explica el Departamento de Planeación Nacional (DPN), Buenaventura tiene un 60% de cobertura de alcantarillado, lo que traduce en un 76% de cobertura de acueducto urbano, con una continuidad de 9,8 horas cada dos días.

“El problema con el agua es más antiguo que yo y eso que tengo 50 años. Nunca se ha solucionado, al contrario, cada día es peor, por ejemplo en el barrio en el que vivo teníamos agua todos los días desde las dos de la tarde hasta las ocho de la noche, pero de un tiempo para acá es cada tres o cuatro días”, cuenta el personero.

El gobierno ha prometido soluciones. Según el secretario General de Presidencia se adelantó una inversión de $37.000 millones para el acueducto de la ciudad, sin embargo los habitantes del puerto no han disfrutado de esta inversión. “Acá anuncian las obras, dicen que las están haciendo pero uno no las ve”, explicó un habitante indignado.

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Desempleo

En Buenaventura la tasa de desempleo es del 62% y el empleo informal llega al 90,3%, según cifras del DNP. Pero la problemática va más allá de los fríos números. Sus habitantes se quejan de que a pesar de que el puerto tiene un gran dinamismo y en 2016 movió más de 15 millones de toneladas de carga, los trabajos no son para ellos. “A nosotros nos dan trabajos de cargador, y los puestos medios y altos se las dan a gente de otros lados”, aseguró el personero.

Seguridad

El gobierno departamental ha dicho que las casas de pique, que tanto preocupaban en el municipio, desaparecieron. De hecho la Policía del Valle del Cauca ha dado un reporte positivo, según sus cifras si se comparan los primeros cuatro meses de 2016 y 2017 se ve una reducción del 68% de los homicidios.

Sin embargo, este cálculo ha recibido críticas. “El gobierno lo compara con un pico de 2013 y 2014 donde fue muy alto, tanto que salimos a marchar para llamar la atención de que nos estaban matando, ahora ha bajado porque en ese entonces había un enfrentamiento a sangre y fuego por el control del territorio por grupos armados ilegales, pero lo que pasó fue que uno de los grupos le ganó al otro y ese controla el territorio, por eso no tenemos los muertos de antes”, Víctor Vidal, integrante del Comité del Paro Cívico.

El presidente de la Cámara de Comercio de Buenaventura, Alexander Micolta Sabid, ve que ahora existen otros problemas en el municipio. “Hemos tenido unos grandes resultados, pero hay extorsión por parte de esos grupos que han quedado reductos de bandas. Han venido nuevamente presentándose en la ciudad, hemos buscado que se hagan operativos para no tener otra vez dificultades en el comercio”, explicó.

Inversión

“Nosotros no nos estamos moviendo por el incumplimiento del plan de choque de hace cuatro años, sino para atender los temas estructurales de Buenaventura. No es porque estemos pidiendo limosna, tenemos la riqueza para pedirlo”, dice Vidal mientras recuerda que el puerto es el que más porcentaje de participación tiene en Colombia. Según la Dian, el recaudo por aduanas de Buenaventura es del 27%, es incluso mayor que el de Bogotá (25%) y Cartagena (21%).

A esto se suma que por regalías también entra dinero pero, según la Contraloría, su manejo tiene una calificación desfavorable. A Buenaventura le fueron asignados 73.000 millones de pesos desde el 2012 hasta el 2016, de ese dinero el ente de control seleccionó una parte y realizó una auditoría que arrojó 37 hallazgos administrativos, de los cuales 26 tienen presunta connotación disciplinaria, uno presunta connotación penal y nueve con presunta connotación fiscal por un valor de 5.839 millones de pesos.

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“Acá tenemos problemas de corrupción, no lo vamos a negar, pero el gobierno no se puede lavar las manos diciendo que manda y manda, el dinero de regalías decide en qué invertirlo el Gobierno Nacional y el alcalde”, explicó Vidal.

SOS para Buenaventura

Esa fue la expresión que usó monseñor Héctor Epalza, arzobispo de Buenaventura, para pedir ayuda. “Lanzo un SOS al gobierno nacional, merecemos un trato mejor para que no se vuelva la situación social de Buenaventura peor de la que está. Pedimos al gobierno nacional que ordene a las fuerzas acabar con estas ofensivas a un pueblo que ha sufrido mucho y que quiere la paz”, manifestó.

A este clamor se han sumado personas como Willy García, exvocalista de Grupo Niche, quien cantando invitó a su pueblo a continuar reclamando pues “son muchas las irregularidades, es mucho el maltrato, y como dijo alguien por ahí ‘Colombia necesita de Buenaventura, no solo Buenaventura de Colombia’”.

Y tal como dijo el cantante ‘su pueblo sigue en la calle‘, superados los desmanes del pasado viernes, las manifestaciones han continuado pacíficas. Sin embargo, la situación es crítica. El 99.9% del comercio está cerrado, solo han abierto algunos graneros y panaderías para que las personas que abastezcan, y la Cámara de Comercio calcula más de 60.000 millones de pesos en pérdidas.

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