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Buscan al “ladrón de televisores”. Un hombre que se hospeda en hoteles de Bogotá para robarse estos electrodomésticos
SEMANA conoció las imágenes que registraron cámaras de seguridad en hoteles con el ladrón de televisores.
Un hombre construyó un plan criminal para dejar sin televisores a hoteles en Bogotá. La historia de este supuesto ladrón incluye una trampa, que más bien parece una puesta escena torpe y antigua con la imagen de un ladrón y los televisores en su espalda.
Los dueños de hoteles en Bogotá coincidieron como víctimas de este ladrón de televisores. En algunos grupos de WhatsApp compartieron los videos y muchos levantaron la mano para advertir que en su hotel también se hospedó un hombre que llegaba con un supuesto cuadro envuelto en una bolsa negra y horas después salía con la misma carga, pero más pesada.
Todos los hoteles revelaron cómo era la modalidad criminal del ladrón de televisores. Antes de llegar al hotel, a la recepción, llega una solicitud de hospedaje por varios días y a cargo de una supuesta empresa que necesitaba alojar a un empleado. Incluyen una supuesta consignación y la solicitud formal.
Horas después aparece el supuesto huésped con el paquete, llega al lobby y se registra en el hotel. Advierte que estará por varios días y hace algunas solicitudes, mientras advierte que saldrá a cumplir algunos compromisos. Le entregan la habitación y en cuestión de minutos sale, otra vez, con su paquete.
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Cuando los encargados de las habitaciones se percataban del robo, pasaban horas y el ladrón de televisores ya estaba lejos, quizás identificando su siguiente víctima, otro hotel donde espera alojarse por minutos y continuar con su recorrido criminal, buscando televisores.
De lo que ocurrió en las habitaciones no hay registro, solo se presume la escena de este hombre con herramientas para desmontar televisiones o desconectar los cables de red que estaban anclados a los aparatos que posteriormente metía en el supuesto cuadro envuelto en plástico negro.
Lo siguiente quedó en los videos de los pasillos, cuando el hombre sale de la habitación y se ubica frente a los ascensores para posteriormente salir del hotel sin ningún problema, incluso saludando a los funcionarios que minutos antes lo recibieron en la recepción. En ese momento se completaba el hurto.
Cuando los encargados del hotel descubrían que no aparece el huésped y tampoco el televisor, alertaban a los administradores, pero ya era tarde. Lo único que queda es revisar los documentos y los soportes que llegaron para registrar el nuevo huésped. Todos falsos.
Los administradores hicieron las verificaciones y tanto los documentos de registro del huésped, como los soportes de pagos, resultaban falsos, burdas manipulaciones para ganar tiempo y sacar los televisores. Todos los documentos quedaron en poder de los administradores para sumar en las denuncias.
Un problema mayor a reconocer que fueron víctimas de un absurdo ladrón de televisores, era radicar la denuncia en un cúmulo de reclamos por hechos de extrema gravedad. No parece serio denunciar el hurto de un televisor, menos en estas circunstancias, pero son varias las víctimas de una misma modalidad.
Como resulta tan difícil denunciar, las víctimas optaron por advertir y presentar las imágenes del ladrón de televisores para garantizar que otros no caigan en la trampa, en la falacia de un huésped empresarial que resulta ser un delincuente con ideas criminales inauguradas en el siglo pasado, pero que bastante daño le hace a los hoteleros.