SANTANDER
Coronavirus: la historia del hombre que murió en un parque de Bucaramanga
Su muerte fue un misterio, se decía que sufrió un infarto, seis días después descubrieron que estaba infectado. Segunda víctima fatal en Santander.
Su cuerpo se desvaneció en el parque Romero de Bucaramanga. Fue una muerte súbita, al principio no encontraron razón aparente. Ese 17 de abril la muerte de un hombre de 60 años se convirtió en un misterio en la ciudad. Se volvió noticia ese día por la tardanza del levantamiento de su cuerpo.
El hombre murió hacia el mediodía, se decía que por un infarto, y duró cinco horas antes de ser levantado. Los protocolos en medio de la pandemia unidos al temor al contagio han hecho que morirse se vuelva más complejo. Ha pasado en otras ocasiones -en Lebrija, y el barrio Provenza- que los cuerpos han tardado en levantarse.
Ante los ojos de los pocos que aún en cuarentena viven del rebusque alrededor del parque yacía el cuerpo, que fue cubierto con una manta azul durante parte de la espera.
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El asunto parecía haber quedado ahí. Sin embargo, este miércoles la Gobernación de Santander reveló que un hombre de 60 años -que no había sido diagnosticado previamente- murió por coronavirus.
La información de la gobernación fue escueta. Sin embargo, el voz a voz corrió por la ciudad, se unieron cabos sueltos hasta concluir que se trataba del mismo hombre que murió seis días antes en el Parque Romero, en pleno centro de la ciudad.
Este hombre solía vender flores en este mismo parque, donde queda el cementerio central. Sin embargo, hay versiones que dicen que ese 17 de abril no estaba trabajando, sino pasando por el lugar.
“Él venía subiendo por acá, una chama venezolana le dijo que por qué estaba pálido, él dijo sí, sí, y se sentó en una silla, luego comenzó a estirarse, se agarró el corazón y se murió en menos de tres minutos”, dijo Pablo Antonio Jaimes a Blu Radio.
Por protocolo, su cuerpo entró a la vigilancia epidemiológica, le practicaron la prueba de covid-19 y dio positivo. Según la Gobernación, este hombre nunca informó tener síntomas. No llamó a su EPS ni a las líneas de atención departamentales.
El Instituto Nacional de Salud, en su reporte, encontró que tenía una enfermedad cardíaca y malnutrición. Esta es la primera muerte que se registra en un parque de la ciudad, todavía quedan preguntas por resolver.
Con este caso se inicia una nueva indagación para identificar su nexo epidemiológico, debido a que no estaba dentro del radar de las autoridades sanitarias.
No sería extraño que esta escenas se repitan en Bucaramanga y otras ciudades del pais. Lo mismo ha sucedido en Guayaquil, donde ha recogido muchos cadáveres. Gente, generalmente mayor y posiblemente sola, que no acude a ningún servicio de salud y simplemente sucumbe ante los efectos de la enfermedad en un andén o un parque. Algo que no debería pasar, pero pasa.