Cámara encendida por obligación: ¿acoso laboral en el teletrabajo?

Pese a haber superado el segundo pico de la pandemia, las normas y los consejos de autocuidado y distanciamiento social continúan vigentes, por lo menos hasta que haya un avance significativo en el proceso de vacunación y una contención real del virus. Eso significa que muchos trabajadores continuarán en ‘home office’ para prevenir un contagio por coronavirus.

Esta modalidad tomó fuerza hace un año cuando declararon la cuarentena y millones de empleados empezaron a hacer sus labores en casa. Hoy, algunas empresas han declarado mantenerla aun cuando pase la pandemia. Esta modalidad tiene muchos beneficios, tanto para trabajadores como para empleadores, relacionados con la reducción del tiempo y costos de desplazamiento, y con el ahorro en los gastos de mantenimiento de oficinas.

Sin embargo, el cambio de esas relaciones no ha ido de la mano con la transformación de la legislación sobre el tema. Tras meses de su implementación, hasta ahora se han empezado a sacar las primeras reglamentaciones y todavía quedan bastantes lagunas. Una de estas tiene que ver con el uso de las distintas herramientas electrónicas como, por ejemplo, las cámaras. Según el Código Sustantivo del Trabajo, las relaciones laborales deben guiarse por los derechos constitucionales como la dignidad y la intimidad. Pero, ¿cómo salvaguardar esos principios en el home office?

Hace poco, la Universidad del Rosario analizó este espinoso tema y, en un estudio, se refirió específicamente a la obligación del trabajador de encender la cámara durante las reuniones laborales virtuales. La investigación busca determinar si esa orden de los empleadores constituye una violación a la intimidad del colaborador.

De acuerdo con el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, hubo un crecimiento exponencial del trabajo a distancia en Colombia, al pasar de los 122 mil teletrabajadores previos a la pandemia, a los 4 millones en la actualidad. El estudio expone que el uso de esos equipos tecnológicos y de comunicación deben ser usados para ejercer funciones laborales, pero también deben respetar la intimidad y la privacidad del empleado, por lo que se encuentra en su hogar, un ambiente familiar alejado del trabajo.

Sobre si obligar al empleado a activar la cámara en reuniones laborales constituye una violación de sus derechos, el investigador del Observatorio, Iván Daniel Jaramillo Jassir, dijo que sí en el caso de que no exista un fin y/o una medida necesaria.

El tema del encendido de la cámara no es menor. En el mundo se han visto muchos casos, difundidos en las redes sociales, donde se evidencia la vulnerabilidad en que quedan las personas cuando activan de manera involuntaria el micrófono o la cámara. Un caso es el de un periodista de ESPN que dejó ver por accidente que no llevaba pantalones. Lo mismo les ha pasado a abogados, políticos, entre otros. Podría parecer una broma, pues muchas personas se ríen de estos accidentes y los viralizan, pero en realidad es un asunto que se debe tomar en serio porque están en juego la dignidad y la intimidad de las personas.

Para acortar la brecha entre la nueva realidad y la legislación laboral, en el Congreso avanzan los proyectos de ley 362 y 429 que tienen mensaje de urgencia por parte del Gobierno nacional. Según varios congresistas, es necesario hacer esta actualización porque el teletrabajo no es un hecho transitivo que se acabará, sino que llegó para quedarse.

Al respecto, el senador Carlos Fernando Motoa dijo: “Urge la aprobación de una ley para que, ante eventos o situaciones futuras que afecten al trabajador, existan todas las reglas o procedimientos para desarrollar sus funciones”. Y el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, afirmó: “El trabajo en casa llegó para quedarse. Este es uno de los temas que, por efectos de pandemia, se quiere consolidar, y lo más importante ha sido el servicio para mantener muchísimos puestos de trabajo en el país”.