Periodismo
Cambio de mando en El País, de Cali: de María Elvira Domínguez Lloreda a Diego Martínez Lloreda. Una lucha en defensa del periodismo
La llegada de Diego Martínez Lloreda a la dirección de El País de Cali les apuesta a garantizar el legado y el futuro del periódico más emblemático de esa región. María Elvira Domínguez se retira de este cargo llena de elogios y admiración.
Cuando estaba en bachillerato en el Gimnasio Moderno, el profesor Rigoberto Prieto le puso a leer Relato de un náufrago a Diego Martínez Lloreda. La tarea resultó ser el propulsor del giro definitivo de la vida del hoy director de El País, el diario más emblemático del Valle del Cauca. “Como la mayoría de cosas que uno hace por obligación, sobre todo, cuando es adolescente, tomé el libro con aprehensión y comencé a leerlo con desdén. Pero sucedió que desde las primeras páginas esa entrevista logró captar la atención de este adolescente díscolo. La historia de Luis Alejandro Velasco... me atrapó”.
Cuando cerró la última página, Martínez concluyó que quería dedicar su vida a este tipo de entrevistas. Y así fue: 46 años después de este llamado, recibió la más grande distinción de su vida, dirigir el rumbo del barco de El País de Cali, su casa por décadas.
Martínez llegó al diario de su familia como practicante cuando estudiaba sexto semestre de periodismo en la Universidad Javeriana. Aunque se desempeñó en múltiples trabajos en su vida (en la agencia de noticias Ciep, en Propal y en la Fundación FES), siempre volvió a esa trinchera.
En Cali es quizás el columnista más conocido por ‘Martillo’, un espacio que lleva las primeras sílabas de sus apellidos, pero que asumió como “un himno de batalla”, pues, según él, “el buen periodista es el que se la pasa martillando”.
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En todos esos años en que, desde la dirección de información del diario, hizo lo que más le gusta y lo que mejor sabe hacer en la vida, estuvo siempre María Elvira Domínguez, quien hasta finales de este mes se desempeñará como directora y gerente de El País.
Martínez cuenta que ella le dio siempre un cheque en blanco para hacer su trabajo, pero también un inmenso cariño, sentido común y una “infinita tolerancia para manejar su testarudez”. Para la redacción de El País, la llegada de Diego a la dirección y el retiro de María Elvira, llena de honores, es el mejor colofón de la historia del diario tras la compra del Grupo Semana.
En los últimos años, María Elvira batalló en los tiempos más turbulentos. La suma de la pandemia y el rápido cambio de los medios a la era digital pusieron a la tradicional empresa en jaque financiero.
“En esta última etapa, María Elvira se ganó el respeto de todo el mundo. Ella no escatimó ni un esfuerzo por salvar esta empresa. Fue la heroína de todo este proceso y del nuevo rumbo de El País”, sostiene Hugo Mario Cárdenas, editor de la Unidad Investigativa.
“Es una líder inspiradora, sensata, justa y comprometida. Sin ser periodista y teniendo como aliado el sentido común, desarrolló un criterio y agudeza de admirar. Siempre estuvo con la gente en los años más difíciles de la empresa. Su sentido del humor, su alegría y carisma nos marcó. Buena conversadora y con ojo clínico para encontrar errores”, agrega Paola Gómez, jefa de Redacción.
El gerente de Ventas del periódico, Pedro Felipe Muñoz, cuenta que siempre le impactó ver a su jefe salir con ellos con un morral enorme al hombro, en el que cargaba un iPad, un computador, tres cuadernos y una agenda. “Nunca ha permitido que le carguen ese morral pesadísimo tal y como lo hizo en la peor crisis de nuestro diario; lo llevó ella misma en una marcha poderosa y los que estábamos detrás no tuvimos otra opción que seguirle el paso. Nos enseñó el poder de la administración sensible y de la lucha constante”, detalla.
María Elvira lleva El País en el alma. Comenzó a asistir a la redacción cuando apenas era una niña con uniforme de colegio y solía hacer tareas en el escritorio de su abuelo, Álvaro Lloreda Caicedo, el fundador del diario. Luego, la vida la apartó de Cali. Estudió en Bogotá y en Europa, y en el Boston College comenzó Administración de Empresas, carrera de la cual se graduó en la Universidad de los Andes y que terminó siendo clave para salvar el patrimonio de su familia y del Valle del Cauca.
Diego Martínez cuenta que ellos siempre han visto a El País no como una empresa, sino como una misión. Y este lema ha determinado todos los asuntos de su vida. Domínguez llegó a El País en 1996 como directora de Planeación y Proyectos y en 2002 fue nombrada gerente general. En 2007, la junta de la empresa le asignó una nueva misión, ser también la directora (en reemplazo de Kiko Lloreda), de la mano de Diego Martínez como director de Información.
En enero de este año, El País tomó una decisión definitiva y concretó la venta al Grupo Semana. “El periódico, a lo largo de sus 73 años de historia, desde que fue fundado por Álvaro Lloreda Caicedo, ha sido un símbolo del buen periodismo y un defensor de la democracia y las instituciones, y lo seguirá siendo”, decía el comunicado que hizo pública la transacción.
Gracias a esta nueva era, el diario se beneficia de un plan de inversión estratégico que le permite fortalecerse en lo periodístico y en lo tecnológico para afrontar los retos de hoy y seguir cumpliendo, al mismo tiempo, con su misión de informar de manera responsable y veraz.
“Tras cuatro años de dificultades financieras y de esfuerzos constantes por mantener viva la empresa, finalmente, El País entró en una nueva etapa y se consolidará como uno de los medios de comunicación más importantes de Colombia. Me voy con la certeza de que, de la mano del Grupo Semana, El País avanzará en su transformación empresarial y afrontará con éxito los retos que se le presenten a futuro. Y me voy también con la convicción de que El País y Publicaciones Semana comparten una misma visión sobre la prioridad que el periodismo debe darles a la defensa de los valores democráticos y a la institucionalidad de la nación”, escribió Domínguez en su carta de renuncia.
El pasado viernes, Martínez se despidió de su emblemático ‘Martillo’ para asumir la dirección. En este espacio alcanzó a escribir alrededor de 1.600 columnas, en las cuales se convirtió en unos de los principales contrapoderes de las administraciones de su ciudad. Por cuenta de sus denuncias, por ejemplo, fue destituido el alcalde Apolinar Salcedo. Con el mismo ímpetu, Martínez hizo públicas las irregularidades del gobernador Juan Carlos Abadía y del actual alcalde, Jorge Iván Ospina.
“Ha llegado el momento de decir adiós a este espacio. Como se oficializó esta semana, los accionistas de El País me hicieron el honor de nombrarme director del diario. Una designación de esa magnitud constituye un gran honor que implica responsabilidades y limitaciones”, escribió.
Martínez suele contar que es de los que cree que el éxito en la vida corresponde un 1 por ciento al talento y un 99 por ciento al esfuerzo. Y trabaja conforme a esa convicción. Asegura que ha aprendido que la clave del oficio es no pelear con todo el mundo al mismo tiempo y no escribir nada en caliente. Gracias a su trabajo ha ganado importantes reconocimientos. Por ejemplo, fue el primero en Cali en ganar el Premio Simón Bolívar al periodista del año y también recibió el reconocimiento Clemente Zabala, que otorga el Premio Gabo al mejor editor del mundo hispano.
“Diego tiene una pasión desesperada por este oficio. Incluso descansando siempre está pendiente del periódico. Tiene una vitalidad que ni un muchacho tiene hoy. Esa misma pasión le ha dado la capacidad para irse transformando en este oficio”, cuenta Hugo Mario Cárdenas. Dicharachero y buen conversador, en la redacción, además, lo reconocen como el más furibundo hincha de Millonarios. “La misma pasión que siente por el periodismo la siente por el equipo”, agrega Cárdenas.
Ossiel Villada, quien se ha desempeñado como jefe de Redacción Digital, asegura que su nombramiento es un orgullo colectivo. Es la primera vez que a la dirección de El País llega un “reportero de raza”. Recuerda que, si bien en el diario siempre estuvo a la cabeza alguien muy destacado, para todos ha sido una felicidad que asuma alguien que comenzó en la redacción. “Es muy significativo y es una reivindicación de todos los que hemos hecho carrera desde las labores más humildes en el periodismo”.
En sus últimos días en El País, María Elvira cuenta que lleva largas jornadas desocupando una oficina llena de recuerdos y con los aprendizajes de años de batallas. A veces se llena de nostalgia, pero también de satisfacción, de saber que con el giro de la empresa y la llegada de Diego a relevarla en la dirección se conservará su legado.