Vargas Lleras no será embajador y otras consecuencias de una declaración de independencia

Desde el pasado mes de agosto, cuando el presidente Iván Duque terminaba de conformar su equipo de gobierno, circuló la versión de que a Germán Vargas, ex candidato presidencial, se le habría ofrecido la embajada de Colombia en España. Rumor o chisme, la incertidumbre se mantuvo hasta este martes, cuando la bancada de senadores y representantes del partido Cambio Radical decidieron declararse en independencia frente al actual gobierno.

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La decisión estaba cantada. Desde hace tres semanas, el partido de Germán Vargas se le ha adelantado al gobierno y ha venido radicando en reformas en el Congreso de forma autónoma. Primero fue el proyecto de reforma tributaria, luego el acto legislativo de reforma a la justicia, y este martes presentó su propia iniciativa anticorrupción. Después de hacerlo, los parlamentarios decidieron oficializar su independencia frente al gobierno de Iván Duque.

Ángela Sánchez, vocera de Cambio Radical en la Cámara de Representantes fue la encargada de informar la decisión que “de ninguna manera significa que es oposición, será una apuesta constructiva frente al país y frente al Gobierno”, según sus palabras.

Ese grito de independencia no se produjo de manera automática. Después de la derrota de Vargas en las urnas, un grupo de sus personas más allegadas le habían entregado a Iván Duque el programa de gobierno que el exvicepresidente había ofrecido en la campaña de primera vuelta. Se trataba de una compilación de documentos muy completos sobre casi todos los temas relevantes de un gobierno. Estos habían sido construidos con un nutrido grupo de expertos y se habían presentado en reuniones políticas en las principales ciudades del país.

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En Cambio Radical ese gesto no fue bien visto. Como Vargas se había apartado de los reflectores esas primeras semanas, en sus más allegados el giro hacia Duque parecía precipitado. En ese momento, se creía que estos habían tendido un puente para poder formar parte de la coalición de gobierno. 

Sin embargo, mucho antes de la posesión de Duque esa posible unión de dos fuerzas políticas, aparentemente cercanas ideológicamente, se diluyó. Vargas hizo una alianza con el Partido de la U que le daba una ventaja enorme en la conformación de mayorías en el Congreso. Ya con el sartén por el mango, ser parte de la coalición de gobierno no era necesario. 

Hubo otro punto que aceleró esa decisión. El presidente Duque nombró un gabinete técnico, sin mayor representación de los partidos políticos. Como nadie de Cambio Radical fue invitado a ser parte del gabinete, ni de los cargos del Estado más estratégicos, al interior de ese partido nadie veía lógico hacer parte de una coalición de gobierno sin pertenecer a él. Así, el grito de independencia estaba más que cantado.  

La principal consecuencia de esta decisión, a la luz del Estatuto de la Oposición, es que al ser un partido independiente no podrá acceder a los derechos consagrados para los partidos que se declaren en coalición con el gobierno o en oposición.

Ese estatuto, además, señala que los partidos que se declaren en independencia “no podrán aceptar cargos de representación política, ni directores, gerentes o jefes de entidades públicas en el Gobierno, ni dentro de los seis meses siguientes a su retiro de la agrupación”.

En consecuencia, el presidente Iván Duque no podrá nombrar en su gabinete ni cuerpo diplomático a personas que respondan o estén actualmente matriculados en la disciplina de Cambio Radical.

Aunque la versión de que a Vargas Lleras se le había ofrecido la embajada de Colombia en España nunca tuvo confirmación oficial, en la reunión de bancada el exvicepresidente hizo un comentario sobre la decisión de sus parlamentarios de declararse en independencia. “Entonces me dedicaré de tiempo completo al partido”, dijo Vargas según testigos de la bancada de este martes, como para despejar cualquier especulación.

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Sin embargo, la declaración de independencia de Cambio Radical, ha puesto en aprietos la gobernabilidad de Iván Duque en el Congreso, pues de entrada no contará con los votos del segundo partido con mayor número de curules (16) en el Senado.

La decisión preocupa aún más al gobierno porque podría motivar a que el Partido de la U y el Partido Liberal, antiguos socios en la Unidad Nacional de Juan Manuel Santos, sigan el mismo camino de la independencia. De hacerlo, estos tres partidos conformarían las mayorías parlamentarias, y serían decisivos para aprobar o frenar los proyectos del gobierno Duque.

Este 7 de septiembre vence el plazo para que todos los partidos declaren su postura frente al gobierno. Además del Centro Democrático, el Partido Conservador se declararía bancada gobiernista. Los partidos cristianos Mira y Colombia Justa Libres, que en principio se habían adherido a la coalición de gobierno, debaten si el mejor camino es declararse en independencia, más aún después de la elección de magistrados del Consejo Nacional Electoral, en la que habían reclamado un magistrado para ellos.    

Por los lados de la oposición, la declaración de independencia de Cambio Radical no modificaría las fuerzas en el Congreso. Según el senador Jorge Robledo (Polo), seguirán dentro del “frente nacional duquista”.  En la votación de las reformas que vienen se sabrá si tiene razón.