POLÍTICA

Cambio Radical, la historia se repite

El partido más castigado por la parapolítica en la década pasada, ya pierde cinco mandatarios elegidos en el 2015 tras haber sido capturados. Nadie responde en el movimiento del vicepresidente.  

27 de enero de 2017
Fabio Velásquez (ex alcalde de Riohacha), Héctor Antonio Amado (ex alcalde de Sáchica), Oneida Pinto (ex gobernadora de Guajira) y Manuel Antonio Carebilla (ex gobernador de Amazonas) son algunos de los gobernantes de Cambio Radical en problemas con la justicia. | Foto: Fotomontaje SEMANA

El 27 de octubre del 2015, Rodrigo Lara Restrepo era el orgulloso director del partido político Cambio Radical. Un día antes se habían disputado las elecciones de alcaldías y gobernaciones, y contra todo pronóstico, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras conquistó tantas que lo declararon el gran campeón de las elecciones.

"Es un triunfo sin lugar a duda extraordinario que recibimos con humildad porque el trabajo empieza a partir de mañana. Necesitamos que los alcaldes y gobernadores gobiernen acierten y cumplan con las expectativas de los ciudadanos", decía Lara en las emisoras, sacando factura por el triunfo: 14 gobernaciones y nueve alcaldías de ciudades capitales, incluyendo Bogotá y Barranquilla, ponían a Cambio Radical en posición privilegiada para el 2018, donde aspiran al poder, precisamente con el vicepresidente Vargas Lleras.

Quince meses después, tres de los elegidos por Cambio Radical han sido destituidos, suspendidos o en el peor de los casos capturados. Primero fue el gobernador de Amazonas, Manuel Antonio Carebilla; también fue destituida la gobernadora de La Guajira, Oneida Pinto; este viernes el alcalde de Riohacha (La Guajira), Fabio Velásquez, fue capturado por orden de la Fiscalía.

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En febrero del año pasado, Benjamín Socadagui Cermeño, alcalde de Arauca (Arauca), fue detenido por delitos electorales, pero recuperó su libertad por vencimiento de términos; Héctor Antonio Amado, alcalde de Sáchica (Boyacá) renunció en el segundo mes de su mandato, para afrontar un proceso penal que hoy lo tiene tras las rejas.

Después de proclamarse vencedor en las elecciones del 2015, Cambio Radical es el partido con el mayor número de elegidos que han tenido que abandonar el cargo: cinco en total, dos gobernadores y tres alcaldes.

No es la primera vez que el partido de Vargas Lleras tiene este deshonroso registro. En las elecciones del 2006, Cambio Radical se convirtió en la cuarta fuerza política en el país al elegir 17 senadores y 21 representantes a la Cámara. En buena parte, gracias a los 230.000 votos con los que Vargas Lleras se convirtió en la mayor votación individual para el Senado de la historia, un récord que nadie ha podido superar. Dos años después renunció al Senado para aspirar a la presidencia en el 2010, y 14 de sus congresistas terminaron detenidos por vínculos con paramilitares. Fue el partido más afectado por las sentencias judiciales.

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Las consecuencias de aquella “depuración judicial” se comprobaron en 2010 cuando Cambio Radical pasó de 17 a 8 senadores; en el 2014 obtuvieron 9 curules. Por eso, las elecciones de 2015 parecieron ser la resurrección del partido, y aunque en campaña se les cuestionó por los dudosos avales entregados, quince meses después de las elecciones Cambio radical ha perdido cinco de los botines alcanzados en las urnas.

Lo particular del caso es que, así como ningún directivo de Cambio Radical asumió responsabilidades en el escándalo de la parapolítica, ahora nadie las asume con la seguidilla de decisiones judiciales que han afectado a cinco de sus elegidos.

Lara, director único de Cambio Radical en las elecciones del 2015, guarda silencio, y cuando se le pide un pronunciamiento dice que ya no es el director del partido, pues hace unos meses se nombró al senador Bernabé Celis (quien no responde a los mensajes) o remite al actual secretario general del partido, Germán Córdoba, quien no pasa de tres meses en el cargo, y no estuvo en el pasado debate electoral.

También son señalados los senadores Arturo Char y Antonio Guerra de la Espriella de haber sido quienes entregaron los avales en la Costa Caribe, concretamente los de Oneida Pinto y el alcalde de Riohacha, Fabio Velásquez.

Tras el escándalo de la parapolítica, el partido de Vargas Lleras parecía haber hecho un acto de contrición y depurar su forma de hacer política. Pero las decisiones judiciales han hecho evidente que ese esfuerzo no dio el resultado que esperaban. Cambio Radical, una historia que se repite.