Inseguridad
Campaña de prevención en bares y discotecas: Alcaldía de Bogotá busca reducir hurtos con sustancias tóxicas
La intervención tendrá zonas focalizadas donde se concentra el mayor número de establecimientos comerciales nocturnos.
Ante el incremento exponencial de los hurtos con escopolamina y demás sustancias tóxicas en Bogotá, la Alcaldía lanzó este viernes una campaña de prevención en establecimientos de ocio nocturnos en la capital del país, con el objetivo de lograr reducir los delitos asociados a estas sustancias.
“Hay un incremento de cerca de 100 casos de delitos cometidos con sustancias tóxicas frente al mismo periodo del año pasado. Con la Policía hemos documentado recientemente la captura de 7 mujeres que han sido sorprendidas cometiendo delitos con sustancias tóxicas. También se han adelantado tres investigaciones estructurales conjuntamente con la Fiscalía para desarticular grupos de delincuencia que estén utilizando esta modalidad de hurto”, explicó el secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto.
En ese sentido, la Alcaldía y la Policía Metropolitana de Bogotá centrarán el foco de la campaña durante la noche y la madrugada. La estrategia incluye la entrega de volantes con recomendaciones de seguridad para una rumba segura, prevención de riñas, fortalecimiento de las Redes de Cuidado, los Corredores de Confianza y la promoción del uso de plataformas de movilidad autorizadas o a través de llamadas telefónicas a compañías reconocidas.
También se trabajará de la mano con entidades de salud para estructurar un mapa de riesgo y un boletín de información que documente casos. Igualmente, se diseñará y difundirá un protocolo para indicar a ciudadanos y establecimientos sobre cómo enfrentar una eventual intoxicación.
“Se trata de un propósito que nos convoca y nos une a todos con el fin de garantizar mejores condiciones de seguridad, mejores herramientas de prevención y mejores alertas, para poder reaccionar efectivamente ante situaciones de hechos delictivos”, sostuvo Fernández de Soto.
Entretanto, el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá precisó que “esta estrategia busca contener el accionar contra grupos delincuenciales que afectan a los ciudadanos que salen a disfrutar de establecimientos nocturnos”.
Por otro lado, el Secretario de Salud, Alejandro Gómez, indicó que “todos los casos que tenemos de consumo de este tipo de narcóticos con fines criminales se acompañan de empleo problemático del alcohol; por eso, desde el sector salud tenemos una campaña en todo el país en que promovemos las 8 C, para prevenir el consumo problemático del alcohol”.
Al respecto, Adriana Plata, presidenta de Asobares, afirmó: “La problemática no son los bares, los delincuentes están aprovechándose de los entornos que se generan alrededor de nuestra actividad económica; por ello, adelantaremos una estrategia con la Secretaría de Seguridad y con la Policía Nacional para trabajar puntualmente en cada una de las zonas en donde tenemos presencia”.
Cabe destacar que el hurto con empleo de escopolamina del 1° de enero al 30 de abril de 2022 presentó un crecimiento del 80 % y tan solo en el mes de abril se incrementó en un 120 %. Así lo advirtió el concejal de Bogotá por el partido Colombia Justa Libres, Emel Rojas.
“Tenemos que en estos cuatro primeros meses de 2022 en Bogotá se presentaron 819 hurtos a personas en donde se empleó la escopolamina, esto cuando se compara con el mismo período de 2021 arroja un crecimiento del 80 %, ya que el año pasado tuvimos 454 casos”, señaló Rojas.
“Únicamente en abril de 2022 se presentaron 174 casos de hurtos con escopolamina en la ciudad, (lo que) representa un crecimiento del 120 % respecto del mes de abril de 2021, donde se presentaron 79 casos”, agregó Rojas.
Por lo anterior, el concejal citó a debate de control político al secretario de Seguridad, Aníbal Fernández, para que dé las explicaciones del caso.
Bogotá atemorizada
SEMANA conoció en exclusiva el relato de un joven de 22 años, estudiante de la Pontificia Universidad Javeriana, quien dijo que fue drogado y robado en un reconocido bar de la calle 85, en el norte de la ciudad.
Además, comentó que hurtaron sus pertenencias y recordó estar tirado en un andén. Posterior a ello ingresó a un taxi que, según él, no sabe quién se lo pidió.
“Alguien me ofreció ‘perico’ en la calle mientras estaba en el piso. Después tomaron mi celular, me subieron a un taxi y llegué a mi casa, no sé cómo”, aseguró.
El joven afirma que debe tratarse de una banda que opera dentro del bar y resaltó que la única amiga que no tomó de la bebida alcohólica no se vio afectada por la sustancia que le agregaron los delincuentes.
De igual forma, se han popularizado relatos en redes sociales de personas que denuncian a varias plataformas de transporte, en donde algunos conductores están drogando a sus víctimas a través del aire acondicionado del vehículo, geles antibacteriales, ‘sprays’ o botellas de bebidas de diferente tipo que desprenden sustancias.
Un testimonio que se ha viralizado en los últimos días es el de Carla Losada quien, a través de su cuenta de Instagram, dijo que la intentaron drogar en un viaje de Uber.
“(El conductor) se empezó a ahogar, según él, y a toser, así que se puso el tapabocas que no tenía puesto antes y movió la botella muy cerca de mí (...) Yo miré hacia arriba y creo que fue ahí cuando soltó lo que fuera que me echó porque en cuestión de minutos se me alborotó el corazón de la nada, me maree, empecé a decir incoherencias y no me movía”, relató la joven en la publicación.
Afortunadamente, la joven relató que se encontraba en una llamada con su amiga y que le exigió al hombre que la dejara bajar del vehículo: “Él frenó en seco y empezó a reírse, salí corriendo y en un segundo ya se había ido, mi cuerpo estaba en shock y le dije a mi amiga ‘creo que el tipo me drogó’”, dijo Losada.
Los casos relacionados con mujeres suelen poner en una mayor alerta a la población, ya que muchas veces estas situaciones no solo se reducen a hurtos, sino que también caen en abusos sexuales y/o violaciones.
Los índices de inseguridad en la ciudad continúan aumentando y las acciones que ha implementado la Alcaldía Mayor de Bogotá parecen ser obsoletas.