Canal abierto

Con el atentado a Jorge Enrique Pulido comenzó otra semana manchada de sangre.

4 de diciembre de 1989

La violencia no parece darle tregua a los colombianos. No hay día de la semana en que en la primera página no figure una noticia de sangre. Y la semana pasada no fue la excepción. Esta vez, un hombre de noticias, un periodista, habría de encabezar los titulares de los noticieros de TV de la noche del domingo y las primeras páginas de los diarios del lunes: Jorge Enrique Pulido. El domingo 29 de octubre, pocos minutos después de haber despedido el noticiero que dirige, Mundo Visión, y de haberle deseado éxitos a la Selección Colombia en el partido del lunes contra Israel, Pulido, quien iba acompañado por la presentadora del informativo, María Ximena Godoy, fue víctima de un atentado.
El reloj marcaba la 1:45 p.m. y en la calle 23 con carrera 9a, la vía que habitualmente tomaba para dirigirse a las oficinas del noticiero un hombre que viajaba en la parriila de una moto Yamaha color rojo disparó una pistola calibre 9 mm sobre la ventanilla delantera izquierda del automóvil del periodista. El atentado fue rápido y certero. Pulido fue herido en el hombro y en el pulmón izquierdo.
La presentadora recibió un impacto de bala en la pierna derecha que le fracturó el peroné. En pocos minutos, los dos heridos fueron conducidos a la Clínica del Seguro Social, en donde el periodista ingresó en estado de coma y fue rápidamente intervenido. El resultado: la extirpación de su pulmón izquierdo. Al cierre de esta edición el parte médico sobre la salud del periodista indicaba que su estado era grave pero estable mientras que a la presentadora ya se le había dado de alta.
POR QUE?
Cada vez que ocurre un atentado la primera pregunta que salta a la boca de los colombianos es ¿por qué? Y aunque inicialmente muchos se sorprendieron de que en esta oportunidad la víctima hubiera sido Jorge Enrique Pulido, muy pronto comenzaron a atarse cabos y a hilarse hipótesis sobre las posibles causas. Fue entonces cuando todo el mundo recordó que este año la sede de su programadora sufrió graves destrozos por el estallido de una bomba. El atentado ocurrió el 16 de mayo, un día después del día de la madre, fecha en la cual Pulido viajó a Neiva para entrevistar a la madre del asesinado ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. Entonces dijo que había recorrido el país en busca de un símbolo y que no había podido encontrar nada mejor que el valor y la templanza que se conjugaban en la progenitora del ministro vilmente asesinado. Vinieron luego las amenazas y la bomba.
Pero aún así, para muchos Pulido no parecía estar en la línea de fuego. Caracterizado por un estilo quejumbroso y miserabilista en la realización de sus programas, muchos dejaron escapar que se había convertido en una de las voces que con más audacia y valor había denunciado al narcotráfico en los últimos tiempos.
Solamente en uno de sus espacios, Canal Abierto, el periodista había hecho 28 programas sobre la droga. Sobre el tráfico, sobre la drogadicción, sobre la violencia en las calles, y sobre las secuelas del consumo... La mayoría los realizó con ayuda de agentes de la DEA, que hasta le permitieron filmar con sofisticadas cámaras algunas operaciones encubiertas.
Sin embargo, ahí no paró el trabajo de Pulido en materia de narcotráfico. Después del asesinato de Luis Carlos Galán, Pulido ha sido uno de los pocos periodistas que ha vuelto sobre el magnicidio en forma directa y sin matices. El pasado 19 de octubre, bajo el título "Galán vive", Pulido, en dos oportunidades, incluyó la voz de Galán diciendo: "Los únicos enemigos son los que utilizan el terror y la violencia para acallar al pueblo colombiano y para asesinar a sus más importantes dirigentes". Después de pasar escenas estremecedoras del funeral del dirigente liberal, Pulido remató diciendo: "Las bombas retumban todavía. Ocho semanas después del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, el superestado, conformado por las mafias del narcotráfico, sigue adelantando su campaña de violencia y exterminio en puntos tan vitales como los organismos de prensa: los atentados a Vanguardia Liberal y a El Espectador son un ejemplo. El asesinato a los jueces continúa y casos terroríficos como el ocurrido ayer (miércoles 18 de octubre), en la Plaza de Bolívar, cuando el propio terrorista murió desangrado con el petardo en la mano, nos muestran lo que está ocurriendo. Los terroristas son un puñado de hombres que, como lo dijera el propio Presidente de la República, no son de esta patria".
Y como lo dijo Pulido en su programa de televisión, las bombas siguieron retumbando. El lunes 30, el júbilo de los colombianos por la victoria de la Selección Colombia sobre Israel y su clasificación al Mundial de Fútbol en Italia, se vio empañado por la explosión de tres bombas de alto poder en tres lugares de Bogotá. Y aunque milagrosamente no hubo víctimas humanas, sí causaron pérdidas millonarias a varias instituciones bancarias.
OYTRAS VICTIMAS
"Lo que mal comienza mal acaba", dice el dicho. Y eso fue lo que sucedió la semana pasada. El martes 31 de octubre en Puerto López (Meta), población a 86 kilómetros de Villavicencio, fue asesinado el dirigente liberal Fabio Roa. En Puerto López, uno de los lugares del Llano en donde la violencia paramilitar se ha sentido con más fuerza, Roa había logrado aglutinar en torno suyo a los diferentes sectores políticos del municipio y se encontraba en campaña para la próxima elección popular de alcaldes. Junto a Roa cayó también asesinado su cuñado. Las autoridades capturaron a 9 sospechosos y debido a los desórdenes populares se impuso el toque de queda. Ese mismo día y a kilómetros de distancia, en Cali (Valle), fue encontrado el cadáver de Guillermo Mena Lozano, estudiante de derecho y miembro de la junta seccional de Asonal. Mena era citador del Juzgado Sexto Penal del Circuito y había desaparecido desde el jueves anterior. Las autoridades informaron que el cuerpo del joven presentaba varios impactos de bala y que se encontraba con las manos atadas. Los compañeros del citador realizaron protestas denunciando que, en menos de dos semanas, habían sido asesinados dos miembros de la rama judicial en esa ciudad y aseguraron que "estamos pensando que los enemigos del poder judicial están cumpliendo con la amenaza de acabarnos".
Pero no sólo en Cali se atenta contra la rama jurisdiccional. En Medellín, el 1° de noviembre fue asesinada María Elena Espinosa Arango, de 44 años y natural de Abejorral, quien había sido reelegida recientemente como miembro de la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín y quien ya se había salvado de otro atentado. Las autoridades informaron que cerca de 10 hombres que se movilizaban en tres carros dispararon contra la doctora Espinosa, en el momento en que ella se bajaba de su carro, frente a su casa. La magistrada había rechazado, de acuerdo con declaraciones del comandante de la Policía Nacional, la escolta personal y en cambio había solicitado vigilancia permanente en su casa. Los miembros de Asonal Antioquia se declararon en paro indefinido, al que se unieron todos los jueces del país. Una vez más y a partir del viernes a las 8 de la mañana, 4.800 jueces y 19 mil funcionarios judiciales entraron en cese de actividades.
Casi a la misma hora en que era asesinada en Medellín la magistrada, en Bogotá, en el sector de Chapinero, caía muerto el dirigente conservador y representante a la Cámara por Cundinamarca Luis Francisco Madero Forero, de 65 años. Cuando caminaba hacia su casa, segundos después de que su chofer apagara el motor del carro, un hombre le disparó en la frente. Madero había organizado, hace unos años, una manifestación en Pacho (Cund.) en contra de Gonzalo Rodríguez Gacha "El Mexicano". Sin embargo, muchos aseguran que en los últimos tiempos no se habían vuelto a presentar incidentes entre el político conservador y Rodríguez Gacha. SEMANA conoció versiones que aseguran que un grupo de autodefensa no financiado por el narcotráfico y que opera en esa región de Cundinamarca era apoyado por Madero y habría tenido enfrentamientos con el ejército privado de Rodríguez Gacha. Sin embargo, allegados al representante desmienten esta versión y afirman que Madero estaba pensando en retirarse de la actividad política.
Pero ahí no paró la racha de violencia. El jueves 2 en la noche estalló un carro-bomba con 30 kilos de dinamita, debajo del puente de la Calle 13 con Avenida 68 de Bogotá. Según las autoridades, los criminales intentaban volar el puente, pero este sólo sufrió leves averías que, sin embargo, condujeron al cierre temporal del tránsito por dicha vía. La potencia de la explosión causó la muerte a cuatro vendedores ambulantes, de los muchos que tienen sus puestos de comestibles en ese lugar y varias personas más quedaron gravemente heridas.
Estos crímenes y la racha de bombas, según las autoridades, podrían ser una respuesta de las mafias del narcotráfico a la extradición del "Mono" Abello. Y todo indica que no van a cesar. Las mafias, acosadas y perseguidas por un gobierno que les ha declarado la guerra total, parecen insistir en el terrorismo como la estrategia para que los colombianos, cada vez más indiscriminadamente golpeados, se ablanden y presionen una salida negociada.-