Mala noticia para quienes aspiran a controlar el 'Canal Uno'

Las programadoras que buscan asumir el control de la programación del Canal Uno perderían la posibilidad de competir como oferentes únicos, por culpa de un proyecto de fallo de la Corte Constitucional que favorecería la democratización en la asignación de espacios.
 
El magistrado Luis Guillermo Guerrero presentó un proyecto de fallo en el que pide tumbar las atribuciones que le entregaron a la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV) para determinar cuántas empresas, consorcios o grupos pueden ser adjudicatarios de espacios en el Canal Uno de Televisión.
 
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Desde hace unos años algunas programadoras de televisión que cuentan con espacios en esa cadena pública han tratado de asociarse para poder operar su propio canal.
 
Sin embargo, las reglas para la asignación de espacios en el Canal Uno, que se fijaron en el Plan Nacional de desarrollo del 2015, les permitieron a las programadoras soñar con la posibilidad de hacerse a la totalidad de la programación.
 
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Esa posibilidad estaba latente debido a que esta nueva normatividad derogaba mandatos que limitaban el número de horas que, como máximo, podían ser otorgadas a una sola programadora.
 
Además, esas disposiciones que desaparecieron con el Plan de Desarrollo le imponían a la ANTV el deber de garantizar la pluralidad, lo que impedía que los espacios de transmisión en ese canal pudieran ser cedidos a un único oferente.
 
Para algunos, ese cambio en las reglas del juego era inadmisible, precisamente por desconocer el principio de pluralidad que, a su juicio, debería regir la participación en la televisión pública.
 
Entre los inconformes se cuenta un ciudadano que acudió a la Corte Constitucional para que se echara abajo este nuevo mandato.
 
La buena noticia para él es que el magistrado Luis Guillermo Guerrero, ponente del caso, también está de acuerdo con esa conclusión y por eso proyectó un fallo en el que pide tumbar la atribución que se le otorgó a la ANTV para establecer, por su cuenta, cuántos oferentes podían competir por la programación del Canal Uno.
 
De ser aceptada su posición, volverán a regir las normas que limitaban el número de horas cedidas e impedían la concentración de los espacios y que principalmente exigían que existiera un número plural de programadoras como adjudicatarias de los espacios.