JUSTICIA
Extradición a prueba: capo no pagará pena en Colombia porque lo hizo en EE. UU.
Se trata de un traficante de heroína que fue condenado por los mismos hechos en Colombia y Estados Unidos. La terminó sacando barata por cuenta de una inédita decisión de la Corte Suprema, que deja en evidencia que la extradición es un 'coco' que ya no asusta.
La Corte Suprema de Justicia dio uno de los debates más incompatibles con su historia. En pleno boom del narcotráfico, el grupo de capos que se bautizó como “los extraditables” puso precio al debate de extradición que libraban los jueces del máximo tribunal en los 80: “Si el Tratado de Extradición no cae derrumbaremos la estructura jurídica de la nación”, decía una de las amenazas recibidas por los magistrados de la Sala Penal. Cuatro semanas después de esta advertencia, once magistrados de la Corte Suprema murieron en la toma del Palacio de Justicia.
Este duro golpe a la justicia fue la antesala del candente debate de extradición, que en el pasado cobró la vida de muchos colombianos, pero que fue perdiendo fuerza al punto que hoy es un coco que ya no asusta. Muestra de ello es que antes capos como Pablo Escobar proclamaban que preferían una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos. Los nuevos narcos, en cambio, prefieren a acogerse a extradición exprés y negociar con la justicia de Estados Unidos.
Esta semana, la Corte Suprema de Justicia resolvió un caso que dejó en evidencia cómo las cargas en este debate están totalmente invertidas. Wilson Alejandro Tavera, un capo colombiano responsable del envío de heroína a Miami y Nueva York a través de correos humanos, fue extraditado en 2005 a Estados Unidos donde aceptó cargos y fue sentenciado a 7 años de prisión.
En contexto:
Hasta allí este caso era un típico golpe de la Policía colombiana y la DEA a un red de narcotráfico. El lío es que a diferencia de cualquier extraditado, el proceso judicial contra Tavera no cesó en Colombia y en enero 12 de 2006 el Tribunal Superior de Bogotá emitió una las condenas más altas conocidas contra narcos: fue sentenciado a 31 años de cárcel y sus socios a 38.
Ni los mismos hermanos Rodríguez Orejuela o Carlos Lehder tuvieron condenas tan altas en Colombia. En cambio sí en Estados Unidos, donde los peces gordos ruegan para que no los dejen morir en prisión.
Pero a los capos modernos les sonríe la suerte. En 2011, Tavera, con la pena cumplida, fue deportado a Bogotá donde lo esperaban tres décadas de cárcel por la sentencia proferida en Colombia. El capo se aguantó el carcelazo por varios años, hasta que interpuso un recurso de revisión ante la Corte Suprema que le acaba de cuajar.
Tavera alegó que se le violó el principio del ‘non bis in idem‘, es decir, que no podía ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Para corroborar esta versión, Estados Unidos aportó a Colombia la sentencia donde queda claro que los seis narcoenvíos y una incautación por los que resultó juzgado son los mismos en ambos países. Entonces, ¿cuál sentencia debe prevalecer? Ese fue el interrogante que tuvo que responder la Corte Suprema.
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En Colombia se produjeron las sentencias de primera y de segunda instancia antes de que en Estados Unidos hubiera un fallo. Por ello, la Corte indica que los tribunales colombianos no podían saber que se iba a producir una condena dos veces por el mismo delito.
Lo que sí resultó reprochable es que las sentencias que salieron de Colombia se profirieron a sabiendas de la extradición de Tavera, momento en el cual debió haber cesado cualquier acción penal por los mismos hechos en Colombia. Como esta regla no se cumplió, las decisiones en Colombia quedaron anuladas y Tavera tendrá que ser dejado en libertad de inmediato. Sus socios, en cambio, continuarán pagando sentencias iguales o superiores.