JUSTICIA

¿Qué confesó Gustavo Moreno contra Musa Besaile?  

El senador más poderoso del Partido de la U se aferró a su versión de víctima extorsionada, pero el testimonio de Gustavo Moreno se le atravesó. Se trata de la segunda captura que cosecha la demoledora confesión del exfiscal anticorrupción. Esto fue lo contó.

26 de septiembre de 2017
| Foto: Archivo particular

La captura del senador más votado del Partido de la U tiene un artífice principal: el ex fiscal anticorrupción Gustavo Moreno, quien decidió que el escándalo de la corrupción en la Justicia, por cuenta de sus delaciones, será un auténtico ‘sálvese quien pueda’.  

Gustavo Moreno permanece en los calabozos del búnker de la Fiscalía, desde donde viene ampliando sus declaraciones punto por punto, con el fin de lograr una negociación con la Justicia colombiana. Estos detalles habrían sido cruciales para que la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia tomara la determinación este martes de ordenar la detención del congresista por el caso de corrupción que sacude a la Justicia. Deberá responder por los delitos de cohecho por dar y peculado.

Consultado por SEMANA, el abogado del senador del Partido de la U Julián Quintana aseguró que están a la espera de la notificación por parte del alto tribunal. Por lo pronto, se descartaría una eventual salida del país de parte de Besaile.

La ampliación de declaración de Moreno tuvo como preámbulo la confesión que rindió Moreno la semana pasada ente la Corte Suprema. Su efecto inmediato fue el envío a prisión del expresidente de esa corporación, Francisco Ricaurte. Y la segunda implicación fue que echó abajo la “versión light” que presentó el senador Musa a la corte para explicar multimillonario pago que hizo para frenar su captura hace dos años.

Lo que narró Gustavo Moreno frente al caso del senador Musa Besaile dinamitó la versión del político. Como se recuerda, Besaile acudió a la corte hace cerca de un mes y admitió que en 2015 pagó 2.000 millones de pesos para impedir su captura, pero como víctima de extorsión.

En sus declaraciones, Besaile aseguró que tuvo que pedir prestado el dinero y que hizo los pagos por medio de su abogado Ignacio Lyons España, quien le entregaba la plata al abogado Gustavo Moreno para que este se la llevara al entonces magistrado Leonidas Bustos, su ‘papá’.  El congresista señaló que en el asunto el exmagistrado Francisco Ricaurte tuvo un papel menor y que solo lo vio una vez cuando este le presentó a Moreno.

La versión de Musa encaja plenamente con lo que contó Lyons España cuatro días antes que él, ante la corte y la Fiscalía. Este abogado, tras confesar que entregó la plata enviada por Musa a Moreno y negar haber participado de la coima, solicitó un principio de oportunidad a la Fiscalía. Pero Moreno, ahora en tónica de colaborar con la Justica, le contó a la Fiscalía y a la corte que estando en La Picota recibió varias veces la visita del abogado Ignacio Lyons. Y aseguró que este llegó con un mensaje del exmagistrado Francisco Ricaurte: que a cambio de su silencio, él se encargaría de ponerle abogados para que lo defendieran. Moreno dice que hizo sus cuentas y decidió hablar.  

La versión del exfiscal Moreno tiene efecto dominó. A la luz de su primera confesión se revelan tres cosas. Primero, que el expresidente de la corte Francisco Ricaurte habría tenido un rol protagónico dentro de la ‘organización criminal’ señalada por la Fiscalía. Segundo, que el magistrado de la Sala Penal Gustavo Malo participó activamente en esa camarilla de corrupción. Y tercero, que las versiones del senador Musa y el abogado Ignacio Lyons quedan en entredicho.  

El exfiscal Moreno aseguró que el magistrado Ricaurte le propuso directamente al senador Besaile resolverle su expediente por parapolítica en la Corte Suprema, y que aunque le exigió en principio 3.000 millones llegaron al acuerdo de 2.000. “No hubo ninguna presión al senador, fue un acuerdo con un objetivo ilícito”, dijo.

El grueso de la plata, aseguró Moreno, era para los magistrados Ricaurte y Gustavo Malo, pues el primero es jefe del segundo, y en ese último despacho se hallaba el expediente del senador Besaile. El acuerdo era que 1.800 millones les corresponderían a Ricaurte y Malo, y 200 a Moreno y Lyons por servir de intermediarios.  

Moreno explicó que él y el abogado Lyons se encargaron de mover la plata del bolsillo de Besaile al de Ricaurte, dado que había total confianza y cercanía entre ambos. Y para sustentar esto, Moreno entregó los contratos de arriendo de dos oficinas que tuvo como litigante y en los que Lyons fue su fiador, además de aportar fotografías y otros documentos (ver imágenes). Además pidió que se revise el registro de visitas en La Picota.  

Pero lo más sorprendente fue lo que contó el propio Moreno sobre los pagos. Dio cuenta de dos. Dijo que el primero debía ser por 1.000 millones y que Lyons lo llamó para que pasara por su oficina a recoger la plata. Pero no llegó la suma esperada, sino apenas 390 millones en efectivo, y ya al filo de la medianoche. Como era muy tarde para llevarle el botín a Ricaurte, resolvieron guardarlo en casa de Moreno, pero en el trayecto los paró la Policía y se vieron en apuros a tal punto que tuvieron que regalarles un par de millones a los agentes “que terminaron escoltándome hasta mi apartamento”, aseguró Moreno.

Agregó que al siguiente día le entregó a Ricaurte 350 millones porque Lyons había tomado anticipadamente cerca de 40 millones.  El segundo pago fue de 300 millones y Moreno aseguró que Lyons se trasladó a su apartamento para dárselos, pero que en realidad solo le entregó 200, pues una vez más el abogado de Besaile decidió quedarse con 100 millones, lo que provocaría una nueva furia de Ricaurte.

Moreno explicó que tras este pago el senador Besaile exigió resultados y que le dijo: “De ahora en adelante voy a hablar con el dueño del circo no con los payasos”.  Según Moreno, el negocio inicial era lograr el archivo de la investigación preliminar por parapolítica que cursaba en la corte contra al senador Besaile, pero eso no fue posible pues el magistrado auxiliar José Reyes Rodríguez, instructor del mismo expediente, creía que había elementos para abrir investigación formal y capturarlo. Y por ello Gustavo Malo le pidió la renuncia protocolaria a todos sus auxiliares, pero solo echó a Rodríguez, quien era “una piedra en el zapato”.

Ese impase llevó al cambio de estrategia para evitar llamar la atención: ya no buscarían el archivo, sino que el expediente que se empolvara hasta prescribir “tal como estaba ocurriendo”, concluyó Moreno.  Ante el destape del escándalo, la Corte Suprema le solicitó la renuncia al magistrado Malo, y ante su negativa, resolvió quitarle los expedientes, someterlos a una minuciosa revisión y compulsar los hechos a la Comisión de Acusación para que lo investigue.

Pero Ricaurte, el expresidente de la corte, quien el jueves llegó esposado al complejo judicial de Paloquemao, recibió el efecto más potente de la primera sentada de Gustavo Moreno. Ricaurte fue detenido la semana pasada y tras varias noches en las instalaciones de la Fiscalía, desde ayer se concretó su traslado a la cárcel La Picota por orden de la juez que avaló su detención y medida de aseguramiento. Con todo ello quedó probado el filo de todas las confesiones que haría Gustavo Moreno. Y ahora, la captura del senador Besaile lo confirma.  

Gustavo Moreno solicitó ser trasladado a una guarnición militar donde tenga seguridad plena y un espacio tranquilo para trabajar en la reconstrucción completa de sus delaciones. A cambio aspira a una inmunidad en Colombia y una resolución pronta de su situación ante la Justicia de Estados Unidos.  Dentro de la matriz de colaboración judicial que la Fiscalía y la Corte Suprema están acordando con Gustavo Moreno aparecen, por ahora, estos temas y personajes: el magistrado Gustavo Malo y su auxiliar incondicional Camilo Andrés Ruiz.

El caso del senador Musa Besaile, así como su hermano, el actual gobernador de Córdoba, Edwin Besaile. El caso del senador Álvaro Ashton y el del exgobernador Juan Carlos Abadía. También vendrían delaciones contra el exmagistrado José Leonidas Bustos y sus alfiles en toda la Rama Judicial. Desde ya se anticipa que vendrán más capturas.  Un detalle cobra particular relevancia ahora. La Comisión de Acusación de la Cámara –juez natural de los magistrados dado su fuero– encontró que el arco temporal de los hechos que incriminan al exmagistrado Francisco Ricaurte se extendía desde 2013 hasta tiempo después de que este terminó su periodo de magistrado.

Por eso, parte del expediente se remitió a la justicia ordinaria, con los efectos inmediatos del carcelazo del exmagistrado. Así que si Moreno decidiera contar eventuales delitos cometidos por Bustos tras dejar la toga, este podría correr la misma suerte.  La orden de captura que acaba de librar la Corte Suprema contra el senador Musa Besaile es por los delitos de peculado y cohecho, lo que en la práctica significa que la corte, tras la confesión de Gustavo Moreno, concluye que el político trató de disfrazar un pago convenido (los 2.000 millones de pesos) en una extorsión. En las próximas semanas la corte también entrará a definir el añejo expediente por Parapolítica que se le sigue al senador, justamente sobre el que se hizo el pago que ahora le significa la privación de la libertad.