JUSTICIA
Los desenfrenos de la cuidadora de los hijos de las prostitutas
Las autoridades capturaron a Luz Marina Lozano Parra, la directora de la fundación Hijos del Viento, en el barrio Santa Fe. Entre los menores que estaban a su cuidado, hay uno desaparecido y otro resultó en estado crítico en un hospital.
Las mujeres prostitutas del barrio Santa Fe le confiaban el cuidado de su hijos al hogar Hijos del Viento, dirigido por Luz Marina Lozano Parra. Durante años, por su labor, la mujer recibió además el pago de las mujeres y el reconocimiento de la sociedad que frecuentemente le donaba mercado, dinero y artículos. La consideraban un ángel protector de niños que vivían en condiciones muy vulnerables.
Pero esa imagen se transformó esta semana, cuando las autoridades la capturaron a ella y a su esposo Ómar Javier Pacheco Arismendi. La Fiscalía los acusa de los delitos de trata de personas agravada, usurpación de funciones (por suplantar la identidad del ICBF en uno de sus programas), y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El hombre aceptó cargos por este último delito.
Las autoridades destaparon lo que escondía detrás de su supuesta labor humanitaria ya que ni ella ni su fundación se hacían cargo de los menores. La mujer resultó ser, según la Fiscalía, la cabeza de una red de explotación de niños que los "alquilaba" durante días y hasta meses. Los menores de edad eran entregados a otros hogares que no contaban con controles ni vigilancia. Una especie de tercerización del cuidado de los niños en donde ella se lucraba con los recursos de donaciones y pagos de las trabajadoras sexuales, pero no realizaba ningún trabajo para protegerlos.
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Se tiene identificada a una venezolana, que al parecer era sometida a jornadas de más de 20 horas diarias y a quien le confiaban el cuidado de hasta 30 niños a cambio de $11.000 diarios. Según las autoridades, el dinero que recibía Luz Marina Lozano por esta obra social era usado para sus gastos personales. La mujer monetizó los bienes que le fueron donados -como muebles y electrodomésticos- para gastarlos a su gusto.
"Los mercados que entregaban los ciudadanos y que tenían como objetivo mejorar la alimentación de los menores de edad, presuntamente eran utilizados para preparar los almuerzos que se vendían en un restaurante de propiedad de la señora Lozano Parra", aseguró la Fiscalía a través de un comunicado.
Sin contar con permisos del ICBF, la directora de la Fundación puso en marcha el Plan Padrino, a través del cual los niños eran entregados a hogares sustitutos para que se encargaran de su cuidado. Hay evidencias de por lo menos una decena de niños que habrían sido entregados por la fundación de manera irregular a extraños durante meses y hasta años, sin que tuvieran supervisión o control.
El dato más aterrador es que de estos menores, uno está desaparecido y otro resultó siendo abandonado en la puerta del hospital Santa Clara de Bogotá, en estado crítico. En este último caso se ha descubierto que la mujer dejó el cuidado de una niña de 3 años a un hogar sustituto. La menor fue abandonada en el hospital Santa Clara de Bogotá, su estado de salud fue crítico y estuvo a punto de morir por diferentes lesiones físicas.
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Entre los desenfrenos de Lozano Parra, la Fiscalía también encontró que cuando las trabajadoras sexuales no tenía dinero para pagarle por la manutención de los menores, ella los retenía. A pesar de que era una fundación sin ánimo de lucro, la mujer las presionaba a pagar. Un juez de control de garantías de Bogotá envió a la mujer y a su esposo a la cárcel.