CAUCA
Capturan a alias Moyo, líder disidente responsable de masacre en Buenos Aires, Cauca
El Ejército explicó que este hombre habría dado la orden para atacar a un grupo de personas en la vereda Munchique en septiembre pasado. El hecho dejó seis muertos.
“Es un peligroso criminal”, así describió el presidente Iván Duque a Jhon Fredy Caicedo, alias Moyo, uno de los visibles líderes disidentes del norte del Cauca, a quien también se le atribuye la masacre cometida contra seis jóvenes en la vereda Munchique, zona rural de Buenos Aires, en septiembre del año pasado.
Moyo, además, es señalado de haber pertenecido al Grupo Armado Organizado residual, GAO-r, estructura sexta Jaime Martínez, de la cual habría huido para organizar un nuevo grupo delincuencial que generó confrontaciones dejando como consecuencia la masacre en esta zona del norte del Cauca.
En una operación de acción ofensiva tropas del Ejército Nacional, lograron la captura en flagrancia de Jhon Fredy Caicedo Martínez, conocido con el alias de Moyo, quien tenía orden de captura proferida por el Juzgado Promiscuo Municipal de Buenos Aires, Cauca por el delito de homicidio.
“Es un peligroso criminal que tenía amenazados a líderes sociales, concejales y personalidades de estos municipios del Cauca. Por esta razón, era considerando como objetivo del PAO y se ofrecía recompensa por su captura”, dijo Duque al informar de la captura.
Otro golpe contundente a disidencias. @COL_EJERCITO y @PoliciaColombia, con apoyo de @FiscaliaCol, capturaron en la vereda Munchique, del municipio Buenos Aires (Cauca), a alias ‘Moyo’, motivador de la masacre de Munchique en septiembre de 2020, donde asesinaron a 6 personas. 1/2
— Iván Duque 🇨🇴 (@IvanDuque) January 19, 2021
Alias Moyo sería el encargado de realizar homicidios selectivos, cobros de extorsión y coordinaciones para la adquisición de material de guerra, explosivos, intendencia, entre otros elementos requeridos por la estructura.
Según las autoridades competentes, alias Moyo, habría ordenado la masacre en la vereda Munchique, zona rural de Buenos Aires, Cauca, el pasado 20 de septiembre de 2020, la cual dejó seis personas muertas y una más herida.
También se conoció que alias Moyo con el nuevo grupo delincuencial se estaría dedicando a amenazar a líderes sociales, concejales, alcaldes y demás personalidades de la región. Así mismo estaría extorsionando y amedrantando a la población civil, con el fin de obtener recursos para fortalecer su grupo criminal, por esta razón había sido considerando en estos municipios como objetivo del Plan de Acción Oportuna –PAO.
Al momento de su captura le fue incautado un revólver, munición de diferentes calibres, una escopeta, una granada de mano y elementos de comunicación. Alias Moyo y el material incautado fueron puestos a disposición de las autoridades competentes para continuar el proceso de judicialización respectivo.
Como lo ha advertido la Defensoría del Pueblo a través de las alertas tempranas emitidas, se ha generado desplazamientos de los pobladores de los municipios de Suárez y Buenos Aires, Cauca, a raíz de los constantes enfrentamientos entre las estructuras que allí delinquen entre las que se encuentra la de alias Moyo; transgrediendo así los derechos humanos de los habitantes de esta región del país.
El Ejército Nacional mediante el desarrollo de operaciones militares seguirá protegiendo a la población civil, para mitigar los diferentes riesgos de las Alertas Tempranas emitidas para el norte del Cauca.
La masacre de Munchique
“La masacre en la vereda Munchique –zona rural de Buenos Aires, Cauca– comenzó hacia las 2:15 de la tarde del domingo”, recuerda Plinio Carabalí. Justo antes de los primeros disparos, él había terminado una reunión y caminaba hacia su casa cuando escuchó las detonaciones; quiso devolverse, pero cada vez eran más intensas, entonces se refugió en un matorral al costado de la carretera. Cerró los ojos y pensó en rezar, aunque –reconoce– no se acordó de ninguna plegaria; solo guardó silencio.
El sonido de las balas cesó diez minutos después. Los asesinos huyeron con un desfile de disparos al aire y nadie se atrevió a salir inmediatamente, aunque todos ya imaginaban la tragedia. Plinio se devolvió y vio a cinco de sus amigos muertos. Estaban tirados sobre un planchón de tierra amarilla, allí mismo donde pensaban jugar a las peleas de gallo.
Víctor Caicedo, de 17 años, estaba sobre la vía. A él fue el primero que mataron de dos disparos en la cabeza; no le preguntaron nada, solo le dispararon a quemarropa. Cuando los casi veinte jóvenes escucharon los balazos y vieron a los asesinos subir una pequeña loma con armas cortas y largas, intentaron correr, pero les tiraron dos granadas –una de ellas no estalló–. La onda explosiva alcanzó a Harrison Balanta, John Ibarra, José Manuel Mancilla y Juan Salinas, a quienes remataron después con tiros de gracia en la frente y en la sien. Todos afrodescendientes entre los 19 y 26 años.
Los demás se alcanzaron a tirar por un barranco para salvar sus vidas, de lo contrario hubieran muerto unas veinte personas. Edwin Caicedo, de 19 años, corrió y estuvo a pocos metros de huir de las balas, pero un proyectil impactó su pierna derecha. Murió desangrado minutos después entre matorrales, alejado de la escena del crimen donde quedaron los cuerpos de las otras cinco víctimas.