Entrevista
Carcelera del coronel Pérez prende ventilador sobre la guerra que deja decenas de muertos en Arauca
SEMANA habló en exclusiva con la mujer de las disidencias de las Farc. Contó qué hay de cierto en que el cautiverio del oficial fue un complot entre el gobierno nacional y las Farc y confirmó que en territorio venezolano tienen menores reclutados al servicio de la guerrilla.
SEMANA hablo con quien fue la carcelera del secuestro del coronel Pedro Pérez, quien se entregó a las autoridades y está dispuesta a dar toda la información posible sobre la disputa entre las guerrillas en territorio venezolano y la frontera con Colombia, además de las alianzas con el régimen de Nicolás Maduro. Tiene miedo de que asesinen a su familia y por eso le pide al gobierno colombiano protección.
Esta mujer, que pidió proteger su identidad, tiene información clave dentro de las investigaciones. Estas y otras declaraciones están en manos de la Fiscalía General de la Nación. Pero pide que ella y su familia entren a un programa urgente de protección.
SEMANA: ¿Usted es colombiana?
Excombatiente: No, soy venezolana.
SEMANA: ¿Hace cuánto llegó a Colombia y por qué?
E.: Vine para hacer las cosas bien y refugiarme del conflicto.
SEMANA: ¿A qué grupo pertenecía?
E.: Al décimo frente de las Farc, Martín Villa.
SEMANA: ¿Conoció sobre el secuestro del coronel Pedro Pérez?
E.: Sí, conocí sobre ese caso, me encontraba en un comando de guardia-custodia. Un comando pequeño de cinco unidades al que le encargaron la estabilidad y el trato posible para un teniente coronel que había sido secuestrado por el frente 28.
SEMANA: ¿Usted fue la encargada de brindarle seguridad al coronel?
E.: sí.
SEMANA: ¿Cuál era el trato que tenía que darle?
E.: Atenderlo en las comidas, en las medicinas más que todo, porque se encontraba en una situación crítica de salud.
SEMANA: ¿Qué tenía?
E.: Varios golpes, porque el día de su retención él se negó a entregarse, forcejeó y los muchachos que lo retuvieron, lo secuestraron, le dieron muchos golpes en la cabeza y le fracturaron una costilla. Siempre tenía dolor, él no se sentía bien ni seguro porque no sabía por qué estaba ahí, él era inocente de lo que estaba viviendo.
SEMANA: ¿Por qué lo secuestraron?
E.: Porque le hicieron inteligencia militar, nadie sabía que era un teniente coronel. Incluso él dijo que era un cabo del Ejército. Soldado raso para salvarse. Pero cuando llegó el celular a las manos de las disidencias se dieron de cuenta de que era un teniente coronel. Y querían sacarle provecho a toda su carrera militar.
SEMANA: ¿Provecho económico o político?
E.: La verdad no sabría decirle porque eso lo manejan los altos mandos.
SEMANA: ¿O qué tipo de provecho?
E.: Alguna negociación con el Ejército militar, ahí sí no sabría decirle.
SEMANA: Alias Rasguño dijo en un video que publicó que el coronel les habría brindado algún tipo de entrenamiento militar y que todo era una farsa…
E.: Eso es falso, el coronel nunca nos dio entrenamiento militar, el permanecía encadenado de uno de sus pies, solo se le soltaba para que fuera a comer y se echara baño, el resto [del tiempo] para más nada. Él era un detenido y no tenía que involucrarse con la guerrilla como tal. Incluso le teníamos una guardia segura por lo que era militar. Nunca le preguntamos a él de lo que hacía o sabía. Porque él no había ido allá a entrenar guerrilleros. Estaba era como secuestrado.
Eso es un falso positivo, obligaron a que el camarada Rasguño dijera eso, es como si lo obligaran para que él hablara de ese caso. Porque cuando el teniente coronel estaba secuestrado, él no tenía acceso a otras tropas, sino exclusivamente a lo que los mandos superiores decían. Incluso, él nunca tuvo trato con ninguna otra tropa de otros frentes porque estaba totalmente prohibido. Nadie podía hablar con él.
El coronel nunca tuvo trato con Rasguño, ni Rasguño tenía trato con el coronel. Pasaron unas palabras, preguntándole unas cosas y fue cuestión de minutos. Rasguño no estaba en el mismo campamento con el coronel.
SEMANA: ¿Hay algún tipo de alianza entre el Ejército y las disidencias de las Farc?
E.: Es algo que no creo cierto porque a nosotros nos enseñan en las filas que el Ejército Colombiano es objetivo militar para las Farc.
SEMANA: ¿Por qué Rasguño habría dicho eso?
E.: Porque se sentía obligado por el ELN. Lo obligaron a decir cosas que no competen ni coinciden con lo que nosotros vivimos con el coronel.
SEMANA: Lo que usted me está diciendo es que el video lo grabó el ELN, o sea que, ¿Rasguño, que es de las Farc, está en poder del ELN?
E.: Sí, fue secuestrado por el frente oriental.
SEMANA: ¿Por qué Colombia puede estar segura de eso?
E.: Porque un guerrero de 24 años de batalla entre las estructuras del décimo [frente] no creo que huya de sus comandantes, como tal. Y en el video se ve que está siendo obligado prácticamente a decir cosas que no son, quieren involucrar al gobierno militar y las Farc en cosas que no son para que se forme un conflicto como tal. Y el coronel nunca trabajó ni ha trabajado para las disidencias. Y el gobierno colombiano tampoco. Tengo entendido que no tiene trato con las disidencias.
SEMANA: ¿Usted conoce a Rasguño?
E.: sí.
SEMANA: ¿Él habla así como se ve en el video?
E.: No, lo veo diferente porque mientras estuve allá pude conocerlo, pude hablar con él, y nunca lo había visto actuar de esa manera. Primero, habla totalmente nervioso, se da cuenta de que está siendo presionado y no mira fijamente a la cámara, sino que voltea hacía un lado de la cámara. Y él no tenía por qué hablar del coronel. Si alguien tuviera que hablar del coronel era del frente 28, que era dónde él se encontraba.
SEMANA: Se dijo que el coronel había muerto en el cautiverio, ustedes ¿cómo reaccionaron cuando escucharon eso?
E.: Nosotros nos enteramos por medio de prensa. La verdad eso nos causó risa porque era un falso positivo. Porque dijeron cosas que no debieron decir. El coronel nunca estuvo al borde de la vida o la muerte porque siempre, desde que llegó, se le había dicho que se le respetaba la vida como militar. Él no creía en esas palabras porque decía que la guerrilla no era amiga de nadie. Y que él no creía en las palabras de un guerrillero. Pero se le demostró al Ejército colombiano que cumplimos la palabra y se le respetó la vida al coronel.
SEMANA: ¿El coronel tampoco creía que habían dicho eso acá en Colombia?
E.: Sí, el coronel se enteró que lo habían declarado muerto. Él solo pensaba en su familia. En su esposa, en su hijo y en su madre. En el triste dolor que se estaban encontrando en esos momentos con la supuesta muerte de él. Como todo ser humano, no piensan en ellos, sino en su familia. Y para él fue muy doloroso que lo hayan declarado muerto.
SEMANA: ¿De quién fue la idea de hacer un video y enviarlo para aclarar todo?
E.: Del camarada Antonio 28, para tranquilizar a su familia, y lo dejaron tomar un video de sobrevivencia.
SEMANA: ¿Le dijeron qué tenía que decir?
E.: No, solo le dijeron que se tenía que presentar como lo que era, como un militar, un teniente coronel, y ya lo que él dijo fue de sus propias palabras.
SEMANA: ¿Usted qué estaba haciendo el pasado 2 de enero, día en el que se enteró de los 27 muertos, en Arauca?
E.: Huyendo. Todo comenzó por una guerra, entonces nosotros, al mirar que estaban matando mucha gente, muchos compañeros preferimos huir, buscar la manera de buscar futuro y no entregarles la vida a personas que no me podían prestar ayuda en ese momento.
SEMANA: ¿Exactamente por qué se dio esa confrontación?
E.: Un desacuerdo que hubo con el ELN. No tener palabra de un acuerdo de paz que tenían entre ellos. Se rompió ese acuerdo de paz.
SEMANA: ¿Entre quién y quién?
E.: Entre el ELN y las Farc.
SEMANA: ¿Alguna persona le falló a otra?
E.: Sí, hubo un desacuerdo entre los mandos superiores, el cual es mejor cohibir y no nombrar, ya para ustedes, tienen conocimiento por dónde viene todo esto.
SEMANA: ¿Cuál fue el detonante, qué incumplieron?, ¿qué pudo causar tanta rabia que generara una masacre?
E.: Pelear los territorios.
SEMANA: ¿Y ese territorio es dónde, acá en Colombia?
E.: Parte en Colombia y parte en Venezuela.
SEMANA: ¿El frente 10 de las Farc tiene alguna injerencia en Venezuela?
E.: Sí.
SEMANA: ¿Tiene respaldo de la guardia venezolana?
E.: Por ahora no, porque se encuentran en conflicto con el gobierno venezolano.
SEMANA: ¿Las disidencias?
E.: Las disidencias, del frente 10 y 28.
SEMANA: ¿Es la primera vez que usted viene a Colombia, o estando allá podía pasar a acá?
E.: Estando allá podía pasar de este lado.
SEMANA: ¿Cuánto tiempo llevaba allá?
E.: Unos dos años y tres meses.
SEMANA: ¿Por qué entró?
E.: Porque Venezuela se encontraba en una situación crítica y de verdad pensé que era lo mejor para poder ayudar a mi familia.
SEMANA: Pero, ¿cómo conoció de las disidencias de las Farc, si se supone que es un grupo colombiano?
E.: La mayoría de los campamentos están en Venezuela. Y tenía influencia con unas personas amigas y me ofrecieron un camino y pensé que era el mejor camino. Y tomé la decisión. El primer día me recibieron, me dieron dotación, me prestaron ayuda para mi familia.
SEMANA: ¿Qué ayuda?
E.: Dinero. La mitad de un millón.
SEMANA: ¿Por qué era buen negocio?
E.: Mi familia se encontraba en una situación muy crítica. No teníamos empleo y estábamos cansados de vivir de migajas. No tenía cómo sustentar la comida para mis hijos, tengo dos hijos, los cuales son mi prioridad. Y una familia a la cual siempre he ayudado y me gustaría siempre ayudarla, y como me ofrecieron una buena ayuda, pensé que era lo mejor.
SEMANA: ¿Usted recuerda del día que se fue, de la despedida con sus hijos?
E.: La verdad, eso es algo inexplicable, usted siente que le van a arrancar el corazón porque usted no sabe si los vuelve a ver.
SEMANA: ¿Cuánto tiempo pasó sin verlos?
E.: Como siete meses más o menos, seis meses.
SEMANA: ¿Actualmente hay menores de edad al servicio de las disidencias de las Farc y en territorio venezolano?
E.: Sí hay menores de edad. Pero esa es una decisión que nadie obliga a nadie, es una decisión por sí mismo.
SEMANA: ¿De qué edades más o menos?
E.: Hay personas de 12 a 14 años.
SEMANA: ¿Qué hacen ellos?
Normal, la rutina de un militar. Cursos, el entrenamiento militar. Se hacen ‘volteos’, gimnasia, polígono, cómo desarmar un fusil, cómo desarmar una pistola.
SEMANA: ¿Cuál era la rutina que usted hacía?
E.: Montar guardia, hacer aseo en el campamento. Charlas políticas. Custodiar secuestrados.
SEMANA: ¿A qué le montaban guardia?
E.: Al mando superior.
SEMANA: ¿Y quién era el mando superior?
E.: Umm…
SEMANA: ¿Aún vive?
E.: Es mejor no hablar del tema.
SEMANA: No me diga el nombre, dígame si aún vive.
E.: Sí.
SEMANA: ¿A usted cómo le pagaban el salario?
E.: A nosotros no nos daban un salario o un sueldo, solo se recibía cuando se podía porque siempre se nos inculcó que luchábamos por un ideal.
SEMANA: ¿En esos dos años y medio cuántas veces recibió dinero?
C:. Ahí sí no sabría decirle porque eso lo gestionaban ellos directamente con mi familia. Y la verdad nunca tuve la certeza de si de verdad le daban las ayudas a mi mamá o qué eran.
SEMANA: ¿En qué momento se dio cuenta de que había sido un error esa decisión?
E.: En el momento en que mi madre me hizo recapacitar. Ella me dijo que no era la mejor vida la que estaba llevando. Que el día que me dieran de baja mis hijos eran los que iban a sufrir. Que a ellos les iba a dar vergüenza decir que su madre era una guerrillera. Que combatió por la vida de los demás y no por la vida de sus hijos. Me recordaba todo, lo que mi madre me reclamaba, me decía y decidí buscar un futuro para mi familia y retornar a mi vida como tal.
SEMANA: ¿Usted dónde estaba cuando pasó la masacre?
E.: Me encontraba en una casa civil, huyendo ya. Duré como ocho días. Aún tengo secuelas en mi cuerpo de golpes, caídas, cosas que me pasaron para poder salir. Me tocó atravesar portillo, aguantar algo de hambre, poder ser fuerte y seguir adelante porque ya había tomado una decisión y no había marcha atrás. Entonces yo lo hacía por mis hijos. Fue una decisión para que no me fueran a matar por un combate que no era mi culpa, ni tampoco era mío.
SEMANA: ¿La guardia venezolana cómo se llevaba con ustedes?
E.: Mal porque hubo un desacuerdo con el gobierno venezolano y empezó a combatir con las disidencias de la Farc e hicieron muchas masacres.
SEMANA: ¿En qué fue el desacuerdo?
E.: El desacuerdo fue por controlar todo, por las rutas. Pero no puedo dar muchos detalles. Para eso hay un financiero que se encarga de nosotros.
SEMANA: ¿Cómo se llama él?
E.: Ferley González.
SEMANA: ¿Qué era lo que generaba tanta rencilla?
E.: El contrabando. Cobran impuesto.
SEMANA: ¿Qué tanto han crecido las disidencias de las Farc en Venezuela?
E.: Tengo entendido que se encontraban en partes de frontera.
SEMANA: Cuando se empezó a escapar, ¿ya se estaban presentando las desapariciones y homicidios?
E.: Sí.
SEMANA: ¿Conocía a alguna de las personas fallecidas?
E.: Sí.
SEMANA: ¿Quiénes eran ellos, sus compañeros muertos?
E.: Compañeros de fila, de guerra. Para nosotros, es prácticamente doloroso porque son personas que compartieron con nosotros y socializaron como una familia. En ese momento mi familia de sangre no estaba, pero ellos siempre estaban ahí para escuchar mis problemas. Y sí me perjudicó una de sus muertes porque fueron personas que estuvieron conmigo en las buenas y en las malas, y me mostraron lealtad.
SEMANA: ¿A cuál recuerda más?
E.: A alias Rayo, porque le tenía mucho cariño y aprecio por lo que él había compartido su amistad conmigo, siempre buscaba la manera de ayudarme. Él tenía hijos. Era una buena persona, no era tan malo como las personas piensan, porque el hecho de ser guerrillero no quiere decir que seamos unos terroristas. A veces la gente juzga y no sabe la situación en la que uno se encuentra dentro de las filas.
SEMANA: ¿Por qué mataron a sus compañeros?
E.C: Porque el ELN declaró la guerra cuando apareció muerto uno de sus mandos.
SEMANA: ¿Quién?
E.: Alias Cherry.
SEMANA: ¿Y a él lo mandó a matar alguien de las Farc?, o ¿quién?
E.: No sabría decirle.
SEMANA: Cuando mataron a alias Cherry, ¿qué escuchó usted dentro de la organización?
La verdad no tuve conocimiento y no pregunté porque, entre menos uno sepa, mucho mejor. Solo se rumoraban cosas, las cuales no son pertinentes repetir. Y pues la verdad, todo comenzó de la noche a la mañana. Para mí fue como un golpe, digámoslo, de “estado”. Porque en el momento pensé: así como murieron ellos, así me puede pasar a mí. No sería justo.
SEMANA: ¿La decisión que usted tomó le va a cambiar la vida…?
E.: Solo espero que haya hecho lo correcto. Lo hice por el bienestar de mi familia y por el mío. Espero que el gobierno colombiano me apoye. Primero que todo, me gustaría contar con un apoyo para sacar a mi familia de donde se encuentra, que le pueda brindar resguardo y apoyo como lo están haciendo conmigo. Mi familia corre el riesgo.
Si el gobierno colombiano me está escuchando, que por favor me colabore y ayude a gestionar mis papeles y pueda ser residente acá en Colombia. Me gustaría en mis estudios, una beca, que me ayudaran a conseguir trabajo. Que no me vean como lo que fui.
Quiero demostrarles a mis compañeros de mi frente que sí se puede cambiar de vida, que se desmovilicen. Que el gobierno colombiano les puede prestar la ayuda y el apoyo, los puede proteger, los puede librar de la muerte. Que piensen en sus familias. Que lo hagan por sí mismos, por sus familias más que todo. Que tienen gente que de verdad los aman y los aprecian. No es justo que la familia de nosotros sufra por una mala decisión tomada. Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. Y el gobierno y el Ejército están prestando la ayuda de que se puedan desmovilizar y así tener una oportunidad en sus vidas.