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Carlos Mattos fue trasladado de cárcel y será nuevamente vecino de Emilio Tapia
Los dos empresarios compartieron celda en la cárcel La Picota antes de que estallara el escándalo por los traslados irregulares.
Por orden del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec), el empresario Carlos Mattos Barrero fue trasladado nuevamente de cárcel, esto tras atender un oficio de Medicina Legal que señalaba que el expresidente de Hyundai Colombia tiene problemas de salud (hipertensión, diabetes, entre otros) que se acrecientan por el clima frío.
La defensa de Mattos presentó documentación que señalaba que contaba con arraigo en el departamento del Atlántico y que, debido a los hechos materia de investigación, no se justificaba que estuviera en un centro de máxima seguridad.
El expresidente de Hyundai Colombia, quien se encontraba en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita en Boyacá, después de protagonizar traslados irregulares, estará ahora en la cárcel El Bosque, ubicada en Barranquilla, donde se reencontrará con un viejo conocido, el empresario Emilio Tapia, recordado por ser uno de los protagonistas del Carrusel de la Contratación y el extravío de los 70.000 millones de pesos del caso Centros Poblados.
Mattos, quien tiene pendiente que se emitan nuevamente las dos condenas en su contra por el denominado caso Hyundai, ha presentado varias quejas por no recibir la atención médica oportuna para sus problemas de salud.
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Este escándalo le costó el puesto al director de la cárcel Picota de Bogotá, coronel en retiro Wilmer José Valencia Ladrón de Guevara, y a tres dragoneantes. Recientemente, la Procuraduría General los llamó a juicio disciplinario.
El 2 de marzo, Mattos fue trasladado a la cárcel de Cómbita. En un oficio firmado por el entonces ministro de Justicia, Wilson Ruiz, se ordenó fortalecer las medidas para evitar que se presentaran nuevamente este tipo de hechos.
Tapia, quien había sido trasladado a la cárcel Picaleña de Ibagué, ganó una acción de tutela y, por orden de un juez, se ordenó su traslado a la cárcel Bosque de Barranquilla. En el fallo se tutelaron sus derechos fundamentales a la unidad familiar, interés superior del menor, igualdad y dignidad humana.
En la decisión (de 14 páginas) se advierte que el Inpec nunca justificó plenamente el traslado de Tapia, de la cárcel La Picota de Bogotá, hasta la de Picaleña de Ibagué, puesto que solamente se ordenó el cambio de reclusión después del escándalo por los permisos irregulares que había recibido el empresario Carlos Mattos, su compañero de patio.
Sin embargo, jamás se manifestó que Tapia estuviera inmerso en irregularidades dentro del plantel carcelario ni hubiese cometido actos de indisciplina. Para llegar a esta concusión, el juez analizó la respuesta enviada por el Inpec.
En el fallo se resalta que después “un estudio acucioso de las razones o sustento de los oficios negatorios de traslado solicitados al Inpec por el accionante” se concluyó que la motivación de traslado “es insuficiente teniendo en cuenta que únicamente se sustenta con razones de seguridad” y jamás se delimitó si estaban relacionadas con el interno, la comunidad carcelaria o algún funcionario.
Igualmente, se señala que en ningún momento el Instituto emitió un pronunciamiento “respecto del derecho al arraigo familiar. Aun cuando el traslado del hoy accionante, según lo indicado, responde objetivos legítimos, no indica el motivo por el cual se le ubica en un lugar de detención que, a la postre, genera más distancia y lejanía de su núcleo familiar”.
Finalmente, se advierte que el Inpec no consideró otras alternativas como la de trasladarlo a un centro carcelario cercano al punto de arraigo de su núcleo familiar, máxime considerando que “este está integrado por dos menores de edad e ignorando la repercusión que pudiera recaer sobre ellos”.