ENTREVISTA

“Nos preocupa el asesinato de 86 excombatientes de las Farc”: Carlos Ruiz Massieu

SEMANA habló con el nuevo jefe de la Misión de la ONU sobre su papel en la verificación del acuerdo, el estado de la implementación y sobre cómo sorteará los crecientes tropiezos que sufre la construcción de la paz.

2 de febrero de 2019
| Foto: pilar mejía-semana

SEMANA: ¿Cómo encontró todo después de su antecesor, Jean Arnault?

Carlos Ruiz Massieu: Todo muy bien. Como estamos en un punto de inflexión, parte de las instrucciones que me dio el secretario general es darle continuidad a lo que se estaba haciendo. Tenemos diferentes niveles de progreso en las áreas que estamos verificando, tanto del estado de consolidación de la paz como del cumplimiento del acuerdo. Sin embargo, podemos decir que hay avances importantes.

SEMANA: ¿Cómo siente el ambiente en el nuevo Gobierno?

C.R.M.: He escuchado expresiones puntuales como una del alto consejero para el posconflicto, Emilio Archila. Durante una visita a un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) les dio seguridad a los excombatientes frente a los compromisos que tiene el Estado, más allá de las fechas pactadas. Ellos los van a seguir apoyando. Durante estas semanas en Colombia he tenido la oportunidad de visitar las zonas de Miravalle, Dabeiba e Icononzo. Los veo comprometidos.

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SEMANA: El fin de la Misión es darles garantías a las partes. Sin embargo, el Gobierno ha hablado de hacer cambios, ¿eso les ha generado algún problema?

C.R.M.: Han evolucionado las posibles adecuaciones o modificaciones al acuerdo. Esa es la impresión que yo tengo y lo que dijo el mismo canciller Trujillo en el Consejo de Seguridad. Ellos hablan de algunas revisiones más adelante, que quizás coinciden con temas del acuerdo, pero que son de aplicación futura y no de manera retroactiva. Nosotros lo que verificamos es el acuerdo existente y no esos nuevos procesos que se puedan dar.

SEMANA: ¿Cómo le ha ido en la interlocución con los diferentes actores?

C.R.M.: Ya me reuní con el presidente Iván Duque, el canciller, el alto comisionado de paz y el alto consejero para el posconflicto. También me he sentado con el partido de la Farc, la Iglesia y la sociedad civil. No tengo queja alguna de sus esfuerzos por consolidar la paz. Han cooperado conmigo de manera absoluta.

SEMANA: Su llegada coincidió con un deterioro en las relaciones con Venezuela y Cuba. Ambos países fueron importantes en la negociación con las Farc. ¿Esta situación entorpece la labor de la Misión?

C.R.M.: Estamos prestando especial atención a toda la zona fronteriza. Pero hasta el momento yo no puedo decir que percibo de manera concreta un impacto. Sin embargo, es un ambiente mucho más tenso. Por ahora yo diría que no es complicado, pero lo cierto es que tampoco lo facilita.

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SEMANA: En esa primera lectura que ha hecho de estos dos años de implementación, ¿cuáles son los principales retos que ve?

C.R.M.: Las garantías de seguridad. Nos preocupan mucho los líderes sociales, los defensores de derechos humanos y los excombatientes de las Farc. De estos últimos, han asesinado 86 desde la firma. Es alentador el compromiso que ha mostrado el presidente Duque porque a la final la respuesta es que el Estado debe estar más presente en las regiones. Claro, debe ser una intervención en todos los aspectos y no solo a través de la fuerza pública. Hay que tener un poco de paciencia, pero esperamos respuestas puntuales como viene ocurriendo con el Plan de Acción Oportuna (PAO).

SEMANA: ¿Y cómo ve la situación de cara a las elecciones regionales?

C.R.M.: Esa es una preocupación constante. Estamos discutiendo con el Gobierno las medidas que se van a tomar para protegerlos. Nos preocupa el futuro. Hay que implementar medidas adicionales de cara al año electoral en el que ellos debutan en las regiones.

SEMANA: Y… ¿cómo ve el tema de la Jurisdicción Especial para la Paz que viene enfrentando varias pruebas de fuego?

C.R.M.: Ese tema es fundamental para nosotros. Por eso creo que en este momento en el que se está en vísperas de tomar una serie de decisiones importantes estamos muy concentrados en que se respete la autonomía e independencia. Tanto la comunidad internacional, el Consejo de Seguridad como nosotros estamos vigilando que así sea. Que eso se respete es fundamental. Hay que consolidar la JEP como un órgano central del acuerdo que está en beneficio de todos. La ONU ve en Colombia una historia de éxito en los últimos años y tiene la expectativa de que lo siga siendo.

SEMANA: Pero ¿qué tan irreversible puede ser esa historia de éxito con tantas dificultades que presenta la implementación?

C.R.M.: En cualquier proceso de paz, Colombia no es la excepción; una vez que los reincorporados entran al proceso surgen muchas incertidumbres jurídicas, físicas y económicas. El aterrizaje es la vía para uno desterrar esos miedos. Así es como se minimizan los riesgos de fracaso y aumentan las posibilidades de éxito. Aquí la ventaja es que hay un compromiso de las partes por cumplir.

SEMANA: La implementación ha sido lenta e ineficiente, ¿eso cómo afecta el trabajo de la Misión?

C.R.M.: Esta pregunta nos lleva al tema de la incertidumbre. Claro que uno quiere que las cosas avancen rápido, pero, si bien no ha sido a los ritmos más óptimos, hay compromisos para avanzar con celeridad como ocurre con todo el tema de los proyectos productivos de los excombatientes. Con la transición era importante que el nuevo Gobierno hiciera un análisis interno de cómo afrontar todos estos compromisos. Bajo esa idea es que ellos elaboran el plan Paz con Legalidad.

SEMANA: Una de las primeras visitas que usted hizo en estos 20 días fue a Miravalle. Allí estaba el Paisa liderando el primer proyecto productivo que se financió. ¿Cómo ve el ambiente?

C.R.M.: El ETCR de Miravalle está lleno de éxitos. Lo primero que me llamó la atención fue la convivencia de los excombatientes con las fuerzas del Estado. Todo es muy armonioso. Eso es muy esperanzador. Allá tienen muchos proyectos productivos activos importantes que están funcionando. Por ejemplo, están sembrando tomate; otros, cultivos de pancoger; además, están trabajando en un proyecto de criadero de tilapia. Y lo que me pareció más importante es que es un trabajo en el que está muy involucrada la comunidad.

SEMANA: ¿A qué se refiere?

C.R.M.: La dinámica que ellos manejan es la siguiente: 30 por ciento de lo que producen es para ellos y 70 por ciento para las comunidades. Esa es una muy buena práctica. En Miravalle los excombatientes tienen un completo compromiso con el proceso y están bien orientados frente a los mercados. Hay que hablar de los procesos de consolidación de sus relaciones con las comunidades donde están asentados. Ya no solo vemos proyectos de las Farc, sino en colaboración con las comunidades, y todos salen beneficiados. Por ejemplo, nueve personas están buscando cómo participar del Mundial de Rafting en Australia. Cinco son excombatientes y cuatro de la región. Les gustó el tema y de Costa Rica vinieron a acreditarlos.

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SEMANA: Si muchas cosas caminan, ¿cuál es el miedo que le han manifestado los excombatientes?

C.R.M.: Una gran incertidumbre que rodea todos los espacios es el futuro y lo que va a pasar en los ETCR a partir de agosto. Muchos se preguntan cuál es el destino de los planes territoriales o cómo hacer para tener un pedazo de tierra. Todas esas dudas tienen que ver con una respuesta más estructural de la reincorporación a largo plazo.

SEMANA: El tema de la tierra no quedó explícito en el acuerdo. ¿Cree que tiene eco en el nuevo Gobierno?

C.R.M.: Sí, yo creo que tiene mucho eco. Ese es un tema central y, por eso, ellos están trabajando en un censo para saber quiénes quieren permanecer en los espacios que ocupan actualmente. Claro, no todos se van a mantener, pero hay que conocer la situación para poder hacer propuestas. El tema de tierras tiene que ser aclarado. De hecho, el llamado es a avanzar pronto en estos diagnósticos que permitan sacarlos a ellos de la incertidumbre. Más cuando en agosto vencen, eventualmente, esos funcionamientos. Se les debe dar la información con tiempo.

SEMANA: Hace algunos meses ustedes advirtieron la marginación de al menos seis excombatientes mandos medios que se desvincularon de los ETCR. ¿Sigue la desbandada?

C.R.M.: No, eso no tuvo coletazo. En los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación hay aproximadamente 4.000 excombatientes, de los cuales la gran mayoría están trabajando y vinculados a proyectos productivos. La Misión ha identificado 294 iniciativas productivas en el sector agrícola, ganadería, producción textil, entre otras. Un gran número de excombatientes están en los nuevos puntos de reagrupamiento y en las zonas urbanas.

SEMANA: Días después de que Iván Márquez salió de esa misma zona de reincorporación, él dijo que había sido intimidado por el Batallón Contraguerrilla 22 Diosa del Chairá. ¿Ustedes qué saben al respecto?

C.R.M.: En su momento sacamos un comunicado hablando, pero de unos sobrevuelos en esa zona. Se pudo comprobar que había un sobrevuelo mayor de lo habitual y más bajitos. Incluso se habló con la fuerza pública y se les compartió la preocupación. Al final se resolvió la situación. Sin embargo, lo que él indica para nosotros es difícil de verificar.

SEMANA: En un reciente informe ustedes hicieron una observación para resolver los embotellamientos por el acceso a la salud. ¿El tema se solucionó?

C.R.M.: Garantizar que se sigan prestando servicios básicos, en particular de salud, pero también de educación y vivienda, es motivo de gran preocupación. Ellos esperan que el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) mantenga más allá de agosto la mayoría, si no todas, las instalaciones médicas disponibles. Aunque casi el 93 por ciento de los excombatientes acreditados tienen seguro médico, el acceso a los proveedores de servicios sigue siendo un grave problema. Debe prestarse especial atención a las mujeres embarazadas y lactantes, y a aproximadamente 800 niños que están con ellos. 

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