ELECCIONES 2022
“Eres nuestro ídolo”: los hijos de Gustavo Petro le escriben una carta en SEMANA a su papá
Antonella, Sofía, Andrea, Nicolás P., Nicolás A. y Andrés, redactaron entre todos una misiva llena de recuerdos, anécdotas y buenos deseos. “También eres nuestro amigo y confidente, nuestro ídolo”, dicen.
En estos álgidos momentos políticos en Colombia, en los que en las manos de las y los colombianos está el poder de decidir el futuro del país, al elegir al próximo presidente, hay varios candidatos, cada uno con su visión, que presentan sus propuestas, pero hay solo uno que representa un cambio verdadero. Sí, Gustavo Petro, tú, papá.
Has tenido, desde muy joven, una vida de luchas, de victorias, de derrotas en la que has tenido que enfrentar la pérdida de amigos, la tortura, la persecución política, amenazas y atentados. Pero también has cultivado amor, apoyos y amistades y que te han traído a ser lo que eres hoy en día: una esperanza para millones de colombianas y de colombianos.
Sabemos de los riesgos que has tomado por amor a Colombia y a todos los seres que en ella habitan y de la carga tan pesada que llevas en tu espalda, pues la responsabilidad de cambiar un país, por el bien de millones de personas debe ser pesada y no cualquiera podría aguantarla. Por eso, y para darte ánimos y apoyarte con todo el amor que tenemos hacia ti, tus hijas Antonella, Sofía, Andrea, y tus hijos Nicolás P., Nicolás A. y Andrés, hemos decidido, unidos, escribirte esta carta.
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Siempre has sido un padre que nos ha mostrado la importancia de adquirir conocimiento y, por ello, desde que fuimos pequeños nos decías que leyéramos, que el saber está en los libros y que de ellos dependía nuestro futuro. Hiciste que el pilar fundamental de nuestra infancia fuera la educación y, por ello, ese también es un pilar base de tu programa de gobierno. Si lo quisiste para nosotros, tenemos la certeza de que también lo anhelas para todos los niños y niñas del país.
Ser hijas e hijos tuyos siempre ha sido un gran orgullo a pesar de las dificultades y de los sacrificios que tu gran labor por el país nos ha aportado en nuestro desarrollo como personas. Cuando se es hija o hijo de una de las personas más importantes del país, siempre se está atado a la vida pública, a que los reflectores que están encima tuyo, también estén encima nuestro y ello no ha sido fácil para ninguno de nosotros.
Pero con el paso del tiempo y el desarrollo de la madurez hemos sabido sobrellevarlo y podido darnos cuenta del gran privilegio que es tenerte no solo como nuestro papá, sino como nuestro profesor de vida. Toda tu vida la has dado por Colombia y que el bienestar de millones de personas sea tu prioridad nos llena de orgullo, orgullo por el papá que tenemos y que ninguna campaña sucia podrá borrar.
“Fuiste el padre que me acogió y me crio”
“Desde que tengo memoria, fuiste el padre que me acogió, me crio y me inculcó, junto a mi madre, los valores que hoy me resaltan como persona. Siempre has sido un ejemplo como papá, como persona y como político. Desde muy chiquito siempre supe que eras una persona ejemplar, una persona respetada por muchos por su cultura e intelecto acompañado de honestidad y transparencia.
Hoy en día, en mis 24 años, estudio Business en Francia y hago una especialización en desarrollo empresarial, algo irónico para los que dicen que quieres acabar con el sector privado y las empresas. Me has apoyado en todo momento y sé que esperas que me convierta en un empresario consciente de las problemáticas medio ambientales y sociales. Se puede construir empresa y fortalecer el sector privado sin pasar por encima de la gente y del planeta, solo hay que aprender a hacerlo y tú me has motivado a lograrlo”.
Nos has inculcado la humildad y la necesidad de ayudar a los demás. Estás lleno de cualidades que cualquiera envidiaría como el coraje, la dedicación, la honestidad, la autoexigencia, el amor incondicional y muchas otras. Eres culto y estudiado, y aunque a veces terco y orgulloso, eres nuestro ejemplo a seguir. Para nosotros no eres solo el presidente que Colombia necesita, también eres nuestro amigo y confidente, nuestro ídolo, nuestro padre.
“Te sacaré sonrisas ya sea jugando fútbol con nuestros perros”
“Estaré contigo en las buenas y en las malas. Te sacaré sonrisas ya sea jugando fútbol con nuestros perros y leyendo los libros que tanto te gustan. Recuerda aquella vez que enfrentaste, por mí, tu mayor miedo: subirte en una montaña rusa conmigo. Eso me demuestra tu amor incondicional. Te agradezco por cuidarme, por hacerme feliz. A pesar de tus ocupaciones siempre has intentado estar a mi lado y sé que ahora es Colombia la que debe recibir todo lo que yo he recibido durante todos estos años. Es el turno de que tú seas el papá de todos los colombianos”.
En este camino, que es la campaña electoral, unos meses para algunos, aunque pareciera toda la vida para nosotros, hemos confirmado juntos y con nuestros ojos lo que algún reconocido autor colombiano afirmó alguna vez: en Colombia el verde es de todos los colores.
Una campaña política puede llegar a ser muy gris, pero es Colombia precisamente quien la tiñe de todos esos colores. El color del calor humano, el color en la diversidad, el color en la abundancia, el color de lo que pareciera fueran muchos países reunidos en uno solo. A simple vista, nada tendría que ver el verde del Amazonas con el verde de las parcelas en Nariño, ni con el verde montañoso de Cundinamarca, ni con el verde tropical del Magdalena. Parecieran sin encuentro esos tonos andinos del suroccidente con esos tonos caribeños del norte.
No parece cierto que Colombia fuese un mismo país. Y, sin embargo, en el nudo de Almaguer nacen el río magdalena, el río cauca, el río Patía y el Caquetá; el amor que encontramos en el litoral pacífico en punta del este no es diferente del amor que encontramos en la guajira en Nazareth; de las cicatrices de la violencia en Santander y de las cicatrices de la violencia en Antioquia, hemos visto florecer las mismas orquídeas; y cada abrazo que en esta campaña nos han dado lo sentimos con el mismo calor.
Una campaña política puede llegar a ser muy gris, pero contigo ha sido de todos los colores. Por su intensidad, por su ritmo agitado, porque en un solo día pudimos recorrer más lugares que en un mes de vacaciones y conocer más personas que en toda una vida, por la impotencia frente a las injusticias, por todo el cariño que recibimos en cada visita, por cada sonrisa, por cada mirada, por cada deseo de buena fe. Todo este color, todo este calor, todo este amor compensará por siempre y para siempre todos lo gris de este camino. Por siempre y para siempre lo guardaremos en el corazón.
“Yo espero poder disfrutar siempre de tus singulares y dulces contrasentidos”: Sofía
“Mi parte favorita de las travesías que emprendí contigo en esta campaña fue cuando sobre las nubes vimos pedazos de montañas, atisbos de ríos y te pregunté sobre qué parte estábamos volando y qué sierra era aquella. Siempre supiste responderme. Pero lo que más me gusta de ti, lo más autentico de acompañarte estos meses, son tus pedacitos más paradójicos. Porque siempre supiste ubicarnos por los rincones más recónditos de Colombia, pero los domingos en casa te perdías hasta para llegar a tu cuarto. “¿A dónde es que iba? ¿Dónde queda mi cuarto?”. La gente no me lo creería pero yo espero poder disfrutar siempre de tus singulares y dulces contrasentidos” (Sofía).
Si por alguna razón, algo en esta campaña falla y la próxima presidencia es ocupada por otro candidato, queremos que sepas que en nosotros encontrarás un gran apoyo para contrarrestar cualquier sentimiento de fracaso que pueda asediarte.
Estaremos ahí, algunos a la distancia, otros justo a tu lado, para darte ánimos y hacer más llevaderos los momentos de amargura. Y queremos que tengas en cuenta que incluso si no llegas a ser presidente ya eres una persona victoriosa para el país, pues tus propuestas progresistas han permeado en otros programas de Gobierno y otros partidos. El legado que ya has dejado en el país es inmenso y el sueño que has tenido para Colombia se irá materializando, poco a poco, en manos de otras personas que han creído en ti. Y estamos seguros de que llegaremos al día en que tus hijas e hijos podremos decirle a tus nietos que la lucha por el cambio climático, el desarrollo del campo, la expansión del saber y la justicia social fueron en gran medida gracias a ti. Pase lo que pase tu vida ya es una gran victoria para el país.
Si te conviertes en presidente es indudable que iniciaría un proceso de transformación sin igual para el país. Un proceso que mes a mes nos devolverá la esperanza a todas y todos, un proceso que devolverá la tranquilidad a las viejas y viejos, una transformación social que logrará que millones de jóvenes quieran quedarse, quieran, como lo diría Gabriel García Márquez, vivir para contarla. Y nosotros, tus hijos, estaremos ahí para ser tu fuerza si alguna vez te falta, para ser tu esperanza si alguna vez se te agota, para darte amor y asegurarnos de que jamás te vayas a dejar de recibir aquel sentimiento tan hermoso que quieres repartir en toda la sociedad.
Si te conviertes en presidente, Colombia gana porque siempre has luchado por lograr que este sea un país en el que valga la pena vivir, por combatir la corrupción y la inequidad, por construir un mundo mejor para las futuras generaciones, por devolverle la dignidad a esta nación. Siempre te hemos apoyado en ese proceso, sin importar cuánto nos cueste en el camino, porque de él hemos aprendido a amar, a amarnos y amar a Colombia.
Papá, el hombre de las mil batallas, el rey de corazones. Un hombre que el amor y la pasión lo han llevado a sacrificar su tesoro más precioso: el tiempo con tus hijos. No pudimos tener mucho tiempo a tu lado, pero supiste darnos a cada uno tiempo de calidad, siempre de manera diferente, siempre a tu manera. Por que eres una persona que no expresa sus sentimientos, pero que lo demuestra con acciones. Hoy te damos las gracias por enseñarnos a valorar el tiempo, a vivir el momento, no solo decir te amo sino, también, a demostrarlo. Porque las acciones valen más que mil palabras. No te amamos por el político que eres, pero por el padre que has aprendido a ser. Gracias, papá.
De tus hijos e hijas que te aman y sienten el mayor de los orgullos por ti,
Antonella, Sofía, Nicolás A., Andrea, Nicolás P. y Andrés.