NACIÓN
‘Casa en el aire’, la banda que estafaba en varias ciudades con falsos remates de viviendas
Supuestos representantes de una inmobiliaria obligaban a los afectados a pagar el 50 por ciento de inmuebles que no existían.
La Seccional Cali de la Fiscalía consiguió que un juez de control de garantías impusiera medida de aseguramiento en contra de tres presuntos integrantes de la banda delincuencial denominada Casa en el aire, dedicada a la estafa.
Se trata de Fabián Andrés Gámez Daza, quien fue enviado a la cárcel; Tamaika Talía Muñoz y Ana Carolina López Sánchez, a las cuales el juez les dictó medida de aseguramiento domiciliaria. En audiencias concentradas, la Fiscalía les imputó cargos por como presuntos autores materiales de concierto para delinquir agravado y estafa agravada modalidad masa, delitos que ninguno aceptó.
#ATENCIÓN | #Fiscalía desarticuló banda delictiva que habría estafado a por lo menos 32 personas en #Cali #Barranquilla #Montería y #Bogotá con falsos remates de vivienda. Se logró judicializar a tres presuntos integrantes de la red delincuencial denominada 'Casa en el aire'. pic.twitter.com/jfIjWZrxdf
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) October 3, 2020
Según la investigación, los hoy asegurados, a través de la empresa Inmobiliaria y Constructora Sion SAS., creada en agosto de 2014 en Barranquilla (Atlántico) y que tenía sedes en diferentes ciudades, una de ellas en Cali, al parecer ofrecían a sus víctimas la venta de inmuebles, que se encontraban vinculados en procesos en distintos juzgados, pendientes de ser rematados.
Se evidenció que los afectados escogían el bien inmueble de su interés y llegaban a un acuerdo con los representantes de la inmobiliaria para cancelar el 50 por ciento del valor del mismo, con el propósito de que Inmobiliaria y Constructora Sion pudiera postularse en los remates o solicitar la cesión de los créditos hipotecarios que recaían sobre ellos. Los clientes suscribían un contrato de mandato, el cual era enviado a Barranquilla para ser firmado por el representante legal de la empresa, Fabián Andrés Gámez. En este contrato la inmobiliaria supuestamente gestionaba la adquisición de los bienes sujetos a remate o la cesión de derechos de crédito. Sin embargo, los investigadores pudieron establecer varias irregularidades:
Tendencias
1- En algunos casos, los inmuebles no existían.
2- En otros casos nunca tuvieron demandas ante juzgados, estando libres de gravamen alguno.
3- Si bien unos bienes tenían demandas en algunos juzgados civiles, los imputados al parecer no se inscribieron para los remates o no solicitaron la cesión de créditos.
Durante las indagaciones, los investigadores del CTI lograron asociar 32 casos de personas que resultaron estafadas por la banda Casa en el aire, 17 de ellas en Cali y las restantes en ciudades como Barranquilla (Atlántico), Montería (Córdoba) y Bogotá. El ente acusador determinó que solo en la capital vallecaucana el monto de la estafa ascendió a cerca de dos mil millones de pesos y contando las otras zonas, alcanzaría los tres mil millones de pesos.
Los asegurados fueron capturados este 29 de septiembre durante operativos de registro y allanamiento a la sede de la Inmobiliaria y Constructora Sion SAS, por servidores del CTI Seccional Cali, adscritos al Grupo de Casos Priorizados. Las investigaciones incluyeron actividades como interceptación de llamadas telefónicas, inspecciones a lugares y procesos, búsquedas en bases de datos, entrevistas a las víctimas, reconocimientos fotográficos, entre otros. Gámez Daza será puesto a disposición del Inpec para ser recluido en una cárcel de Barranquilla.
Entre otras situaciones que también afectan a Cali es la lucha contra el microtráfico que parece nunca acabar. En los últimos días, las autoridades realizaron más de 34 allanamientos para capturar a los miembros de las peligrosas estructuras delincuenciales ‘Los Chopos’ y ‘Los Pirus’. Las diligencias judiciales se cumplieron en las comunas 7, 14, 15 y 21, en el oriente de Cali.
Estas dos peligrosas bandas comercializaban con la muerte. Ambas se dedicaban al sicariato y a ejercer el control ilegal en las barriadas para amedrentar a la ciudadanía e, incluso, extorsionar a negocios y propietarios de viviendas para dejarlos vivir en los lugares que ellos demarcaban como suyos.
Además del sicariato, estas estructuras se peleaban el tráfico de estupefacientes, lo que ocasionaba disputas que terminaban con asesinatos selectivos. La demarcación de su territorio lo hacían a través de pinturas en fachadas de casas o postes de energía, esas líneas imaginarias servían de frontera para que nadie no autorizado cruzara. El que se atreviera a pasar, era asesinado.